El Gobierno propone a las autonomías un Plan Renove para cambiar los neumáticos viejos.

El ejercicio de imaginación en el Ejecutivo para capear la subida del barril de Brent —que ayer escaló hasta los 117,81 dólares y se encamina sin pausa hasta los 120— no termina. Si el martes se conocía la propuesta que lanzó a los municipios para sustituir el alumbrado de las ciudades y reducir a la mitad la flota de vehículos oficiales, la reunión de ayer con las comunidades autónomas prometía nuevas medidas «de impacto», siguiendo el apelativo acuñado por el presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias, Pedro Castro.

Como cabía esperar, la Conferencia Sectorial de Industria no defraudó las expectativas: entre las medidas más peculiares, el Ministerio de Industria propuso a los ejecutivos autonómicos un nuevo plan Renove dirigido a cambiar los neumáticos de 60.000 vehículos por otros más eficientes y planteó la necesidad de diseñar un nuevo plan de movilidad sostenible en las ciudades, que se podría traducir en el impulso del coche eléctrico, mediante la exención de pago en los «parking» y la posibilidad de circular en las urbes por el carril bus.

«Un neumático de la más alta eficiencia permite un ahorro de 0,3 litros por cada cien kilómetros», indicó el Ministerio en un comunicado.

Por su parte, las propuestas dirigidas al ahorro energético en las dependencias públicas se centran en instalar calderas de biomasa (materia orgánica, tanto animal como vegetal, utilizada como fuente de energía) y las mejoras en edificación. Sebastián también sugirió, como una de las posibles soluciones, el cierre de las edificios públicos a partir de las seis de la tarde, una medida que ya han adoptado algunos ejecutivos locales.

Entre la batería de alternativas de movilidad, el Ejecutivo no descarta actuaciones de innegable contenido polémico, como invitar a las empresas a que introduzcan una tarifa para sus empleados por el uso de los «parking», con el fin de disuadir del uso de los vehículos.

A la espera de conocer su eficacia y su coste final, el catálogo de recortes energéticos ha originado, como efecto inmediato, el enfrentamiento del Ejecutivo central con las comunidades. Cataluña, Valencia, la Comunidad de Madrid y Baleares han rechazado de plano la propuesta del ministro de Fomento, José Blanco, de rebajar las tarifas del transporte público en un 5%.

La administración catalana, por ejemplo, da la espalda a la medida, a no ser que sea el Gobierno quien asuma el coste. La medida llega, además, en un momento en el que el Ejecutivo de Artur Mas, obligado a nuevas emisiones de deuda, predica una austeridad que ya está alcanzando a sectores sensibles, como la sanidad o la educación, informa À. Gubern. Asimismo,el vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, destacó que «el problema no es bajar el precio del billete de Metro, que es muy barato, sino aminorar el coste de energía».

Blanco, de visita a las obras del AVE en Santiago de Compostela, ironizó sobre las críticas que se vierten por las medidas de ahorro, entre las que se encuentra su propuesta de reducir hasta en un 50% el gasto de iluminación en las carreteras. «Nunca he hablado de suprimir farolas. Con el sistema LED ahorramos el 35% del gasto y lo amortizamos en tres años», defendió el ministro, que hizo mofa de que, al parecer, el presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, «tiene la culpa de que no haya pozos de petróleo en España».



Fuente: ABC (www.abc.es)