'Sportingazo' en Palma de Mallorca.

En los días previos al partido contra el Sporting había llovido sobre Palma con insistencia y el aficionado mallorquinista temía encontrarse con un partido pasado por agua. Pero lo que no se esperaba era encontrarse con un partido con lluvia de goles del equipo rival. Eso no entraba en los cálculos y menos aún si se tenía en cuenta una estadística muy favorable a los baleares, el hecho de haber encajado sólo cuatro goles en casa en toda la primera vuelta.

Pues el equipo asturiano consiguió en un partido lo que otros diez equipos habían logrado entre todos. A los tres minutos llegó el primero, obra de Diego Castro que remató de cabeza culminando una cadena de errores en defensa que recordaron a la afición balear aquella nefasta primera parte en partido de Copa contra el Almería.

A partir de ahí, los de Preciado se sintieron cómodos en el terreno de juego y la única señal de vida en el Mallorca era la lenta progresión de De Guzman en el centro del campo en la dirección de su equipo. El canadiense se echó el equipo a la espalda y su crecimiento empezaba a darle forma a su equipo que empezó a llegar a través de Nsúe, Castro, Webó y no tanto Pereira.

Pero ahí quedó en evidencia el equipo de Laudrup, porque a su lenta recomposición del juego se añadió su carencia en el remate a portería. Castro y Webó tuvieron oportunidades muy claras pero la ejecución fue mala y eso te va minando a media que avanza el partido. Al descanso se llegó con el 0-1 reseñado y lo peor que te puede pasar en un día malo, te pasa.

Sin fuerzas.
Al cuarto de hora de la segunda parte, Kevin tropezó con un balón que se convirtió en gol en propia puerta y ahí se acabaron las fuerzas de un Mallorca impotente. Desde ese momento, el Sporting se acomodó atrás y salió a la contra para redondear el partido con otros dos goles de André Castro y Novo que hicieron que la mayoría de la afición bermellona optara por marcharse a casa.

El Sporting está vivo como lo demuestran sus tres victorias consecutivas y el Mallorca está tocado después de sufrir tres derrotas seguidas y sin marcar un solo gol en esos tres últimos partidos. El partido fue un reflejo de las sensaciones que da cada equipo; el Sporting se ha venido arriba y ha entrado en una dinámica positiva mientras que el Mallorca pasa por un bajón anímico y moral que le está afectando en el rendimiento.

A los de Laudrup se les va a hacer muy largo el mes de febrero, el más corto del año, mientras que el conjunto asturiano evidenció ayer una mejoría que le ha hecho olvidar dos crisis, la deportiva y la que ponía en duda a su entrenador Manolo Preciado.

Nadal lo vivió desde el palco
Tras volver de Australia, Rafa Nadal se convirtió ayer un espectador de lujo del Mallorca-Sporting, partido que siguió desde el palco del Iberostar Estadi. El manacorí no perdió detalle de lo que sucedía en el césped.



Fuente: AS (www.as.com)