Los subsaharianos encuentran nuevas formas para entrar en España por Melilla. - La Nación Digital

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lunes, 31 de enero de 2011

Los subsaharianos encuentran nuevas formas para entrar en España por Melilla.

El goteo de entrada irregular de inmigrantes subsaharianos a Melilla procedente de Marruecos se ha incrementado desde el pasado mes de octubre. Casi a diario, varios jóvenes aprovechan el territorio marroquí para cruzar la frontera o se introducen a nado o en pequeñas lanchas hinchables desde el cercano puerto, a escasos metros de Melilla.

En 2010, los ilegales que han llegado a Melilla, según la única cifra aportada por el Ministerio del Interior, son 1.007. A Ceuta lograron entrar 560.

Los ilegales subsaharianos entran nadando por dos zonas. En el norte, lo hacen por el Barranco del Quemadero, y en el sur, por el Dique Sur, que hace de tope con el puerto de la zona marroquí y está en la desembocadura de Arroyo Mezquita. Son 200 metros a nado que puede hacer cualquier persona un poco preparada físicamente.

Algunos han logrado pasar a la ciudad autónoma española a través de una de las tuberías que enlaza la depuradora con el Dique Sur, que es la zona que separa las aguas de la ciudad autónoma y el país norteafricano. Otros, esporádicamente, se juegan la vida colocándose en los bajos de coches o camiones para intentar pasar desapercibidos cuando cruzan la frontera.

La situación cada vez es mas problemática ya que el Centro de Estancia de Inmigrantes (CETI) de Melilla está abarrotado con 650 indocumentados, después del incremento de entradas de los últimos meses. En dicho Centro se atiende a todos los inmigrantes que llegan a la ciudad de manera irregular a la espera de iniciar los expedientes para forzar su salida. Continuamente, ilegales subsaharianos son desplazados hacia otros centros de la Península que no se encuentran con los problemas de ocupación que tiene el de Melilla. El centro que más recibe es el de Algeciras.

Goteo constante
María Antonia Garbín, consejera de Bienestar Social, comenta a LA GACETA que la llegada de ilegales “es un goteo constante”. “Antes entraban a través de la frontera, pero, desde hace unos meses, lo están haciendo sobre todo por el mar, a nado o en pequeñas embarcaciones hinchables, tipo zódiac. Pasan a través del puerto marroquí, que está al lado del de Melilla. La mayoría son subsaharianos y argelinos, aunque también está entrando gente procedente de Bangladesh o Pakistán. Da mucha pena ver cómo llegan barcazas con niños, bebés y embarazadas”, asegura.

La consejera sostiene que “esta llegada de gente de manera ilegal depende del Gobierno Central de Madrid. El Gobierno autónomo ha dado aviso a las autoridades competentes en materia de fronteras del aumento de menores extranjeros como consecuencia de una mayor presión migratoria procedente de Marruecos”.

Antonio Gutiérrez, diputado por Melilla del Partido Popular, pidió a finales del 2010 la comparecencia de los ministros del Interior y Trabajo e Inmigración, Alfredo Pérez Rubalcaba y Valeriano Gómez, para que expliquen si el aumento en la entrada de inmigrantes irregulares en la ciudad española se debe a un relajamiento en la vigilancia de Marruecos de su frontera.

Gutiérrez saca una conclusión del incremento de entrada ilegal en terreno melillense: “Lo que parece cierto es que cada vez que hay un conflicto, un distanciamiento o cualquier problema diplomático entre España y Marruecos, se produce esta presión migratoria”.

El diputado popular añade: “Estoy harto de preguntar al Gobierno y de pedir la comparecencia de Rubalcaba para que cuente a los españoles lo que está pasando en Melilla con este asunto. Ya que el delegado del Gobierno en la ciudad no dice nada, estamos esperando una comparecencia del ministro del Interior para que aclare muchas cosas”.

Gutiérrez asegura que “España tiene que llevarse bien con Marruecos, pero está claro que siempre que pasa algo, que se produce una debilidad en las relaciones entre ambos países hay problemas en tres frentes. Primero: se producen dificultades en el tránsito fronterizo. Segundo: se recrudecen las agitaciones organizadas en la frontera, como pasó el pasado verano con las agresiones a las agentes de Policía. Y tercero: se produce un importante repunte de la inmigración ilegal; sobre todo, subsahariana”.

Sobre el número de ilegales en Melilla, el diputado conservador no tiene datos: “¿Cifras? Sería frívolo dar datos. Hasta que no comparezca Rubalcaba y ofrezca las cifras oficiales del Gobierno no se puede hacer nada. Lo que pasa es que el Gobierno no las da, por mucho que se le insista”.

El diputado popular afirma que “la distancia entre el puerto de Melilla y el más cercano de Marruecos es ridícula, y por allí es donde se están metiendo con la complacencia del Gobierno alauí, que tolera el tránsito ilegal por su frontera. No digo que sea cómplice, pero sí que no hace lo necesario para frenarlo. Por su parte, el Ejecutivo español dice que todo es perfecto, que las Policías de ambos países están coordinadas y que todo está controlado, cuando esto no es así y hay un problema evidente”.

El político melillense asegura que “desde octubre de 2010 hay un incremento en la entrada de irregulares. La Delegación del Gobierno, a pesar de nuestra insistencia, no dice nada. Yo llevo preguntando desde 2008 al Gobierno para que se regule esta situación. Lo que está claro es que Guardia Civil y Policía han tenido que mejorar sus condiciones porque no tenían los medios necesarios para cumplir bien su trabajo”.

Respecto a la falta de datos que ofrece el Ejecutivo, Antonio Gutiérrez expone: “Al Gobierno no le saco ninguna información, ni cuando le pregunto sobre los elevados gastos que supone tener a los ilegales ni cuando lo hago sobre cuánto supone en asistencia sanitaria, hospitalaria, en medicación... Nunca ofrecen datos y no hay ninguna transparencia.”

Difícil repatriación
El proceso de repatriación de los ilegales es un problema añadido ya que es muy lento. Gutiérrez explica los plazos: “Primero se les interna en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes, pero nada más llegar allí empiezan los obstáculos porque, al ser la mayoría subsaharianos, no tienen nacionalidad. Además, se las saben todas y vienen sin ningún tipo de documentación. Se les abre un expediente administrativo que se suele prolongar tres, cuatro meses... y, a veces, hasta medio año hasta que el Consejo de Ministros decide su expatriación. Esta no se puede llevar a cabo hasta que no se sepa destino o tutelaje”.

Los inmigrantes que logran colarse y vivir en Melilla suelen dedicarse a trabajar de manera ilegal de guardacoches o gorrillas o acaban pidiendo. Según fuentes del Gobierno autonómico,los subsaharianos no suelen ser delincuentes, pero sí que ocupan profesiones marginales y llegan a mendigar si no les sale nada.

Por otra parte, el número de menores que se encuentran bajo tutelaje de la Ciudad Autónoma de Melilla y que residen en centros de protección en la propia ciudad asciende a 201. De todos ellos, 127 menores varones denominados MENA (menores extranjeros no acompañados) están acogidos en el Centro La Purísima Concepción.

Menores tutelados
En el Centro Asistencial de la capital melillense hay un pabellón con 21 menores niños y niñas. Luego, en la nave de menores adolescentes Eladio Alonso también se encuentran 21 menores. Además, existe una casa cuna donde hay otros tres de menor edad.

En centros de la Península hay un total de 16 menores, distribuidos de la siguiente manera: Centro Dulce Nombre de María (Málaga): cinco menores; Grupo educativo Diego Martínez Padres (Palencia): cinco menores; Prisma, Proyecto Rehabilitación Salud (Zaragoza): dos menores; Residencia Prado de Santamaría (Córdoba): tres menores; y Dianova Santa Elena (Córdoba): un menor.

La Asociación Unificada de la Guardia Civil de Melilla pide que se les “deje trabajar con dignidad, con los medios adecuados y profesionalidad”. “Y no hay derecho a que tengamos garitas de dos metros cuadrados sin aire acondicionado”, relata un portavoz del cuerpo.



Fuente: La Gaceta (www.intereconomia.com)

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