Bono ocultó haber recibido un coche de 80.000 euros de El Pocero.

El año 2010 ha sido crucial en la vida tanto personal como pública del presidente del Congreso. José Bono se ha enfrentado a una ruptura matrimonial que ha coincidido en el tiempo con la salida a la luz de sus beneficiosas amistades con el constructor de la inmobiliaria Reyal Urbis, Rafael Santamaría.

Su balance económico ha tenido que salirle al presidente del Congreso realmente positivo a tenor de los acontecimientos. Ayer el periódico digital El Confidencial publicó un completo resumen de los principales hitos en la vida del político socialista en los últimos años.

“El milagro económico de Bono”. Así titulan su crónica los periodistas Alberto Mendoza y José L. Lobo, que afirman que durante este año “la cara oculta del ambicioso político ha quedado al descubierto: sus amistades peligrosas con empresarios y constructores, los lujosos regalos que ha recibido, su notable incremento patrimonial, el modo en que levantó su hípica... En definitiva, los atajos que han conducido al actual presidente del Congreso a un meteórico ascenso económico y social. Atajos que hasta la fecha la Justicia ha rechazado investigar, pero que alejan a Bono de la carrera por la sucesión de Zapatero”.

Esa última interpretación realizada por El Confidencial, sin embargo, no segará las intenciones de seguir en la brecha política del expresidente de la Junta de Castilla-La Mancha. Eso sí, si antes el jefe del Ejecutivo no decide retirarle en la sede de la embajada española en la Santa Sede.

Entre los muchos episodios que han rodeado este año su figura destaca además del pago de la decoración de la habitación de su hija por el constructor Santamaría –padrino de la niña–, otro excelente regalo: dos caballos de competición.

Según publicó el citado diario digital, la buena amistad que mantienen el político y el empresario llevó al dueño de Reyal Urbis a entregar dos equinos valorados en 200.000 euros al hijo del presidente del Congreso.

Uno de esos caballos, llamado Farceur de Haul, fue adquirido en Francia por un “emisario del político socialista y pagado en billetes de 500 envueltos en papel de periódico”, informó El Confidencial. Más tarde, la factura del pago del equino se hizo a nombre de Rafael Hoteles SA.

Como publicó en exclusiva LA GACETA, además del espléndido regalo que realizó el constructor a su ahijada –la hija de Bono– por valor de 7.669 euros, Santamaría también realizó un trueque inmobiliario con su amigo. Sin embargo, el Tribunal Supremo, a instancias de la Fiscalía de Conde-Pumpido, consideró que no debían ser objeto de investigación más profunda al considerar que eran producto de la buena relación entre el constructor y el expresidente autonómico.

La afición por los caballos del hijo jinete de Bono se ha convertido en un quebradero de cabeza para el presidente de la Cámara baja. La ya famosa Hípica Almenara, situada en Toledo, ha pasado de ser un pequeño hipódromo a convertirse en una lucrativa empresa en la que ha trabajado otro de los buenos amigos de José Bono con que durante los últimos años ha tenido un cierto distanciamiento.

Francisco Hernando, El Pocero, reconoció además haber realizado las obras de la hípica del hijo del exministro de Defensa y aseguró que había cobrado religiosamente por ese trabajo de los anunciantes del recinto. El Confidencial también informó de otra brillante operación empresarial realizada por el presidente del Congreso en relación con Hípica Almenara. Según publicó el diario digital, Bono “persuadió personalmente a importantes firmas como Porcelanosa, Banco Santander, Telefónica, Coca Cola o Beatriz Hoteles para que patrocinaran su hípica, que generó 1,2 millones de euros en los últimos cuatro años”.

Cita “personal”
La relación con el conocido constructor de la macroedificación de Seseña le ha dado más de un problema a Bono. De hecho, desde Izquierda Unida se criticó duramente la aprobación por parte de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha que dirigía Bono de los permisos necesarios para construir la urbanización de El Pocero en el municipio toledano e incluso el caso llegó a los tribunales.

Esa no fue la única noticia que surgió de la relación que ambos mantenían. En un momento de exaltación de la amistad el constructor llegó a presumir de haberle regalado un Porsche Cayenne valorado en 80.000 euros al presidente del Congreso, cuya propiedad, según El Confidencial, ocultó Bono.

Tras años de relación, paseos familiares en el yate del empresario incluidos, el constructor y el ex ministro de Defensa rompieron su amistad. En 2008, Francisco Hernando afirmó: “Con el señor Bono no tengo ya el gusto de tratar”. Después de aquel momento la relación entre ambos se enfrió, o eso es, al menos, lo que los dos dejaban entrever. Por ese motivo la visita realizada a Bono el pasado día 21 de diciembre en el Congreso de los Diputados por el asesor de Comunicación de Francisco Hernando, el reconocido periodista Alfredo Urdaci, fue tan sorprendente. Tras el encuentro, Urdaci explicó que la visita fue “personal”.



Fuente: La Gaceta (www.intereconomia.com)