Atlético de Madrid y Sevilla empatan a 2 goles.

Partido loco y divertido, más en la segunda que en la primera parte, entre Atlético de Madrid y Sevilla, dos equipos en horas bajas que encaraban el encuentro con el anhelo de acercarse a Europa. Tras el empate, de Champions ya ni hablamos porque están a 12 y 11 puntos respectivamente de un Villarreal que aún no ha jugado esta jornada. Habrá que centrarse en la Europa League. Lo cierto es que pudo ganar cualquiera, el Sevilla se adelantó por partida doble pero el Atlético supo superar sus miedos en un partido desquiciado, roto. Al estilo inglés, debido al método del colegiado más británico de la Liga española.

Nadie protesta a Mateu Lahoz. Un árbitro que vale más por lo que no pita, que por lo que pita. Cuanto menos para el juego, los jugadores menos se tiran y menos protestan, porque saben lo que hay. Independientemente de errores o aciertos, la 'filosofía Lahoz' mejora el espectáculo y el juego, que gana en dinamismo y verticalidad. Su 'dejar jugar' anula a los psicineros, a los mentirosos y a los antideportivos, que se aprovechan de la falta de criterio de algunos que se han acostumbrado a pitar lo que siempre se pita. O lo que le dicen los propios jugadores. El problema es que Lahoz es un idealista solitario en una tierra de ateos. En Inglaterra sería uno más, aquí es un tío raro.

Acertó Lahoz en el golazo de Negredo, pero fue demasiado permisivo con un entradón del Kun al final de la primera parte y un par de patadas lanzadas al aire de Antonio López ante Navas, ya en la segunda parte. También señaló una dudosa cesión tras un despeje de Escudé, que quedó en nada por el desacierto del Kun y a pesar de la pillería de Tiago, que sacó sin preaviso.

El Sevilla se adelantó en el minuto 40 con una volea tan precisa como potente de Álvaro Negredo, que aprovechó la cesión de Perotti (no estaba en fuera de juego) y la indolencia de la zaga rojiblanca que vio el golazo en posición privilegiada. Reaccionó el Atlético, hasta entonces relajado, y Agüero pudo empatar en una contra de Forlán. El remate del argentino casi a quemarropa lo sacó con el pie un acertado Javi Varas. La impotencia le llevó al Kun a atropellar con la pierna demasiado alta a Fernando Navarro cuando pretendía despejar. Pudo ser roja pero se quedó en amarilla, la misma que minutos antes había visto el 'pit-bull' Medel, por reiteración e insistencia (luego vieron amarilla Ujfalusi y Fernando Navarro). Fue lo más interesante de una primera parte en la que los dos equipos acusaban su miedo a perder.

Y como nadie quería descolgarse de la lucha por Europa, el Atlético prolongó su reacción y al inicio de la segunda parte hizo el empate. Era justo por ocasiones y por juego. Forlán cruzó un balón largo y en profundidad hacia el canterano Koke, que remató de primera, con la cabeza y pillando a contra pié a Javi Varas. Golazo del también jugador vallecano, en una acción inusual de su repertorio de juego, pero que solventó con divina destreza (min. 47). Justificó Koke, en su segundo partido como titular, la confianza que Quique le está dando. Y pudo ser el héroe, antes de ser relevado por Juanfran, si aprovecha un rechace tras una gran jugada del Kun por la izquierda. Agüero se la robó a Fazio en el lateral, recorrió la horizontal y disparó. Varas rechazó; Koke buscó la rosca y de nuevo Varas emergió para despejar. Era la plenitud del Atlético en el partido, que coincidió con la desaparición de Rakitic.

El suizo-croata es tan genial como irregular. Al estilo Özil, por ejemplo. Quizás por eso no le fichó el Atleti. Nadie habría dicho que estaba sobre el campo hasta que, en el minuto 66, colocó la pelota con suavidad y exactitud al palo derecho de De Gea para hacer el 1-2. La jugada fue otra vez admirable. Negredo bajó al centro para relanzar por la izquierda a Perotti. El argentino recortó por dentro ante Ujfalusi y cambió de banda hacia el hoy capitán Navas, que dejó de cara a Rakitic. Otro pase atrás y otra vez que un atacante sevillista tiene todo el tiempo del mundo para burlar a De Gea. ¿Fallo de la defensa por no salir o de los dos medios por no acompañar? Quique lo tendrá que estudiar, Manzano quizás ya lo hizo durante esta semana.

Pero diez minutos después (76') el Atlético volvió a reaccionar, con uno de sus mejores hombres hoy: José Antonio Reyes. Ya escorado en la banda izquierda (Juanfran en la derecha), le ganó la espalda a Sergio Sánchez (había salido por el lesionado Dabo) y batió con la izquierda y con temple a Varas. Lo celebró el sevillano y no era para menos según estaba el partido, más abierto y loco que nunca.

Interpretación de Lahoz y fallo del Kun

Y en busca del 3-2, llegó la jugada tonta de la jornada. Mateu Lahoz interpretó cesión en lo que parecía un despeje de Escudé. Antes de que nadie pudiera acercarse y sin tiempo para valorar si era o no era, Tiago quitó la pelota de las manos a Varas y sacó para Agüero, que falló lo imposible. Varas, avido de reflejos, despejó a córner.

En estas se fue consumando el tiempo y Negredo fue el que más cerca estuvo de desnivelar el choque con un disparo desde kilómetros al larguero de De Gea. En la misma jugada, Capel se dejó caer y pidió penalti en el rechace, pero ya hemos dicho quien arbitraba. Empezaron casi igualados en la tabla (33 puntos el Atlético, y 34 el Sevilla) y anduvieron poco pese al esfuerzo (34 el Atlético; y 35 el Sevilla). Pudo ganar cualquiera pero, que sepan los dos que Europa se aleja.



Fuente: AS (www.as.com)