Los teóricos revolucionarios conciben la acción directa como la actuación de un agente social –Organización política, social o sindical- en sustitución del Estado, para atender a una necesidad social, proteger un bien colectivo o hacer frente a un peligro o a una amenaza, ante la omisión por parte de aquél de sus obligaciones.
Uno de esos teóricos, Ramiro Ledesma Ramos, propugna la acción directa al servicio de la Patria: “Es evidente que la violencia política va ligada al concepto de acción directa. Unas organizaciones, unas gentes, sustituyen por sí la intervención del Estado y realizan la protección y defensa armada de valores superiores que la cobardía, debilidad o traición de aquél deja a la intemperie. Ello ha de acontecer siempre en períodos de crisis, en que se gastan, enmohecen y debilitan las instituciones, a la vez que aparecen en circulación fuerzas e ideas ante las cuales aquéllas se sienten desorientadas e inermes…” (Escritos políticos 1933-1934,
Ya desde la fundación de las JONS, escribe respecto de la actuación de éstas que “A las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista se le ofrecen, naturalmente, varias tácticas para luchar contra sus poderosos enemigos. Desde luego rechazan la táctica electoral y parlamentaria, sin que esto quiera decir que no la utilicen de un modo ocasional. Son más adecuadas y eficaces a sus propósitos los métodos de acción directa, y puesto que acusan al Estado de no vigilar con suficiente intensidad las maniobras de los enemigos de la Patria, subsanarán con sus propios medios las deficiencias que adviertan”.
Nosotros, que tenemos a Ramiro Ledesma y a las JONS como referentes ideológicos y políticos de primer orden, adoptamos en el último Congreso Nacional, de 4.XII.2010, la acción directa como método. En este camino debemos entender dos acciones, la de 19 de diciembre, ante la prisión de Logroño, y la de 23 de enero en Tarrasa.
El último 19 de diciembre, por la mañana, estaba corcovada una concentración ante la prisión de Logroño para demandar la libertad del máximo dirigente de Batasuna, Arnaldo Otegui. La convocatoria, autorizada por la Delegación del Gobierno en La Rioja, se enmarca en una campaña, en cuyo trasfondo está una negociación encubierta del Gobierno de Zapatero con ETA y con su entramado político y social.
Ante este atropello contra la Nación y contra las víctimas del terrorismo separatista, la Delegación AN-Norte organizó la respuesta que estaba a su alcance. Alrededor de cuarenta y cinco militantes y simpatizantes, divididos en dos grupos, se dispusieron a enfrentarse a los pro-etarras. Uno de los grupos fue interceptado, retenido y filiado por efectivos de la UIP. Pero el otro eludió el control policial y mantuvo un encontronazo con grupos de jóvenes que se dirigían a la concentración. Como resultado, varios guarros hubieron de ser asistidos en centros sanitarios. Uno de ellos tuvo que ser llevado en ambulancia.
Al finalizar la concentración, un orador avisó de la “presencia de elementos fascistas, que habían agredido a jóvenes de La Rioja y de Iruñea”, por lo que los vehículos particulares y los autocares de los simpatizantes de Batasuna hubieron de ser custodiados por efectivos policiales para tomar el camino de vuelta a sus lugares de origen. Estos hechos pueden verificarse en la noticia dada por el propio diario pro-etarra Gara en su edición digital de 19 de diciembre de 2010, actualizada a las 17’37 horas.
Por lo que respecta al domingo 23 de enero, estaba organizada una consulta soberanista en la localidad catalana de Tarrasa. Seis militantes de la Sección AN-Barcelona, cuatro chicos y dos chicas, entraron con Banderas españolas en uno de los pretendidos colegios electorales y se apoderaron de una “urna”, enfrentándose a los separatistas allí presentes. Posteriormente, se marcharon del lugar con la ilegítima urna.
En uno y otro caso, nuestros militantes y simpatizantes han ejercido la acción directa ante la omisión por parte de los poderes del Estado de su deber de salvaguardar la Unidad nacional, proteger la vida y la libertad de los españoles y cumplir y hacer cumplir su propia Constitución y las leyes.
Tanto el Rey, como los sucesivos Gobiernos del actual Régimen político, las Fuerzas Armadas, las Cortes Generales, los Tribunales o la Fiscalía General del Estado –es decir, las Instituciones y los Poderes obligados a ello-, han abdicado de sus obligaciones hacia la soberanía, la unidad y la dignidad de la Nación, pese a que la actual Constitución contiene instrumentos para garantizarlas. Así, el artículo 155 de la misma establece: “1. Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general.”
No es la ausencia de instrumentos legales, sino la falta de voluntad política, lo que ha llevado al actual estado de cosas en varias Comunidades Autónomas, principalmente la vasca y la catalana, en las que se quiere enterrar la misma idea de España.
Frente a esta ofensiva antinacional, el Estado permanece inerme porque así lo quiere la clase política de la llamada Democracia española y lo permiten los garantes de la soberanía de la Nación y de la permanencia del Estado, el Rey y las Fuerzas Armadas. Un Rey felón y unos Ejércitos integrados por eunucos y mercenarios.
Por eso, a los patriotas españoles no les queda otro camino que el de sustituir la acción que corresponde al Estado en defensa de la Nación, esto es, la acción directa. Para ella hemos de prepararnos.
Sección política de Alianza Nacional
Fuente: Web de Alianza Nacional (www.lostuyos.net)
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