Alianza Nacional critíca la creación de las "fiscalías contra delitos de odio".

La izquierdona, desde su posición de poder y su pretendida superioridad moral, ha puesto en marcha un nuevo instrumento de propaganda y amedrentamiento ideológico denominado “fiscalías de delitos de odio”.
Como todas sus creaciones, estas fiscalías se presentan a la opinión pública disfrazadas tras argumentos engañosos. Fieles a la costumbre de esconder la realidad manipulando el lenguaje, la primera trampa se encuentra en el propio nombre. El término “delitos de odio” es extraordinariamente ambiguo, ya que cualquier delito implica una componente de odio. Esto sencillamente impide delimitar cuál es el ámbito de actuación de las nuevas fiscalías. Así que para comprender un poco mejor en qué consiste el invento, es bueno consultar las declaraciones de quienes están detrás de su creación. Uno de sus más fanáticos impulsores e ideólogos es el marxista recauchutado Esteban Ibarra, quien no necesita presentación. El pasado dos de enero, día de la Toma de Granada por parte de los Reyes Católicos, hizo unas declaraciones en las que desvelaba una de las increíbles funciones que atribuye a estas fiscalías:


“En el marco de este día hay acciones e insultos contra la tolerancia, por eso exigimos a la fiscalía que actúe con contundencia. La toma se ha convertido en la primera referencia del año en la agenda de la xenofobia. Hay que reconocer que la islamofobia pasa por esta fiesta […] Por eso reclamamos que se cree en Granada una fiscalía de delitos del odio, como las que existen en Madrid y en Barcelona”

Traducido a un lenguaje comprensible para una persona mentalmente sana, Ibarra está pidiendo que un sistema judicial prácticamente colapsado destine recursos a crear una fiscalía que persiga a quienes, convocados por el Ayuntamiento de Granada, nos congregamos en una plaza para recordar y reafirmar la vigencia del legado de Isabel y de Fernando. Suponemos que su siguiente deseo será que se clausure y destruya la tumba de nuestros reyes, acusados de “islamofobia”. Es verdad que desde hace dos años se escuchan insultos en la plaza, procedentes de un grupo de unos treinta payasos que gritan lindezas como “puta España” o “los genocidios no se celebran”. Por supuesto, Ibarra no se refiere estos “tolerantes”, sino al resto de asistentes que nos vemos obligados a soportar y a responder a estos insultos. Toda una tromba de cinismo y de hipocresía, procedente de un personaje que ve en los demás todo el odio que únicamente él lleva dentro. Apuntarán algunos que, aparte de odio y suciedad, también hay interés: la cuantía de la subvención y el nivel de “alarma” son directamente proporcionales al número de páginas del “informe Raxen”, de manera que conviene rellenarlas como sea. Si no existiéramos, nos inventaría.







En resumen, las fiscalías de delitos de odio son perfectamente prescindibles en lo que respecta a un funcionamiento eficiente y coherente del sistema judicial. El Estado cuenta con sobrados instrumentos legales y materiales para castigar los delitos tipificados que pretenden perseguir. La motivación de fondo para crear estas fiscalías es estrictamente ideológica, y su existencia representa un acceso de la extrema izquierda en el mundo de la judicatura. Todo esto coincide con la putrefacción generalizada de las instituciones del Estado. La misión de estas fiscalías es perseguir a cualquiera que se oponga al discurso totalitario de la izquierdona en cuestiones como la inmigración, el “matrimonio” homosexual, la islamización de Europa, la continuidad histórica de España, etc. Conviene recalcar que su acción únicamente irá dirigida contra españoles. Nunca las veremos actuar contra los racistas de ERC, PNV, CIU o HB, que viven de promover diariamente el odio y las disputas entre hermanos, y que llevan más de treinta años provocando silenciosos y brutales movimientos de población dentro España, caso de los más de 200000 vascos forzados al exilio. Las fiscalías del odio tampoco actuarán contra los numerosos grupos de música “antifascistas”, cuyas letras colmadas de odio y de maldad humillan a las víctimas del terrorismo y a nuestra Nación e Historia. Esta escoria de ciudad y su rebeldía burguesa no representan ningún peligro real para el sistema, de manera que son tolerados y promovidos a fin de neutralizar a la juventud con porros e ideas estériles.

Nos queda resistir y confiar en nosotros mismos. Recordad camaradas que sus leyes están escritas en papel, mientras que las nuestras lo están en nuestra sangre y en nuestra piel. Las primeras pueden borrarse, las segundas no.


Redacción de Alianza Nacional Málaga



Fuente: Web de Alianza Nacional (www.lostuyos.net)