Patriotismo vs nacionalismo.

Con mucha frecuencia oigo el empleo de la palabra “nacionalista” como sinónimo de “patriota”, tanto para referirse a los simpatizantes del bando nacional en la Guerra Civil como para los separatistas de los diferentes puntos de España. Sin embargo, los partidarios del bando nacional jamás se llamaron a si mismos “nacionalistas”, sino nacionales (principalmente por qué consideraban que por encima de la Patria estaba Dios).
El termino nacionalismo surge en el siglo XIX. Diferentes regiones de Europa dan un paso adelante para sellar una conciencia nacional que tenían desde hace siglos, como son los casos de Italia y Alemania, que de siempre se habían considerado italianos y alemanes pero estando divididos en diferentes estados (algo semejante a lo que ocurrió en España durante la Edad Media, donde al revés de lo que se piensan algunos, si existió una identidad española en dicha época, tal y como recoge el historiador José Antonio Escudero en “Curso de Historia del Derecho. Fuentes e instituciones político-administrativas “). A esos fenómenos se los conoce como “nacionalismos”, y están influidos por el Romanticismo, un movimiento cultural relacionado con el liberalismo y surgido en Alemania en aquel siglo XIX que defendía las identidades nacionales de cada pueblo.
También se dio el caso especial de Grecia, donde surgió una especie de nacionalismo griego de corte liberal cuyo objetivo era conseguir la independencia de la nación griega, hasta entonces dominada por Turquía.
A excepción del caso alemán, liderado por conservadores como Bismarck, estos movimientos eran defendidos por liberales, no hay más que ver la influencia de la masonería italiana en este siglo y de sociedades secretas griegas del mismo estilo. Incluso en el caso griego acudieron liberales de toda Europa y América a luchar, afirmando que lo hacían por la deuda que sus culturas tenían con la Grecia clásica.
Estas conciencias nacionales del Romanticismo llegaron también a España, donde ya existía un Estado nacional de tres siglos de antigüedad. Rápidamente aparecieron movimientos nacionalistas apoyados por ricas burguesías en Cataluña y Vascongadas, con la diferencia de que no eran liberales, sino conservadores (Cataluña) o tradicionalistas (Vascongadas). También se dio el mismo fenómeno en Galicia, solo que en menor intensidad.
El “nacionalismo” vasco surge entre mediados y finales del XIX cuando Sabino Arana, de ideología carlista, comienza a pensar que la tradición católica como tal únicamente se conserva en las provincias vascas, “conclusión” que el señor Arana sacó tras la avalancha de castellanos marxistas relacionados con el PSOE que fueron a Vizcaya para trabajar en la industria vasca. En ese momento, Arana piensa que lo mejor para los vascos es la secesión respecto al Estado español, y para encontrar una “justificación”, apela a la “raza vasca”, que según él era más fuerte y moralmente más sana que la “raza española”. Arana encontró apoyos en los burgueses industriales que temían que sus obreros socialistas acabaran con ellos, y en 1895 fundó el Partido Nacionalista Vasco. Al llegar el siglo XX, el PNV dejó un poco de lado las teorías de la “raza vasca”. Por mucho que justifiquen a Arana diciendo que eran cosas de la época…hasta hace poco, durante la última legislatura autonómica en Vascongadas del PNV, se financiaban excavaciones antropológicas en busca de la “raza vasca”. En lo único en lo que ha cambiado el PNV ha sido en que ya ha dejado de ser un partido tradicionalista para pasar a ser una formación liberal (no hay más que ver su postura respecto al aborto).
Durante el franquismo, nació la versión marxista de este fenómeno, lo que hoy conocemos como “izquierda abertzale”, en torno a la banda terrorista ETA.
En cuanto al caso catalán, el movimiento literario de la Reinaxença dio lugar con el paso de los años al “nacionalismo” catalán, originalmente de cortes tradicionalistas y relacionado con el carlismo (Lliga Regionalista), y ya a comienzos de los años 30 del siglo XX, con formaciones marxistas (Esquerra Republicana de Catalunya). Actualmente conviven catalanismos de izquierdas y de derechas.
Una vez explicado todo esto, ¿por qué me niego a llamar nacionalismo al patriotismo?. Para empezar, el nacionalismo no deja de ser más que una ideología política, mientras que el patriotismo es un sentimiento y una conciencia que un individuo suele tener hacia su nación. Las ideologías políticas solo sirven para definir una manera de pensar en términos económicos y sociales que afectarán a la Patria, pero no influyen en la manera que tenemos de verla.
Por poner un ejemplo, con frecuencia se usa el término de nacionalista español hacia el falangista. Pero una persona puede apoyar el sistema político, económico y social del nacionalsindicalismo perfectamente sin necesidad de sentirse patriota. Sé que es raro de ver, todo es posible. ¿O es que acaso no hemos oído alguna vez decir a alguna persona apolítica que piensa que en España hay demasiados extranjeros o que en España únicamente mandan los políticos sin tener en cuenta al pueblo?.
Otro motivo por el que rechazo la palabra nacionalista es por el uso que se la ha dado en España: nacionalista catalán, nacionalista vasco, nacionalista gallego, nacionalista andaluz, nacionalista castellano…En España solo existe una nación que es la propia España, pluricultural y plurilingüe, pero todos sus habitantes miembros de la misma nación. Y si en España se han intentado de dar casos de crear un “nacionalismo español” es debido ideólogos derechistas y centralistas cuyo objetivo es destruir la diversidad cultural de España en beneficio del modelo castellano. Y cualquier español mínimamente inteligente y que sepa de Historia reconoce que tanto los carlistas como los falangistas no han sido centralistas, sino que han defendido los diferentes modelos de ser español que ha habido, llámese catalán, castellano, vasco, gallego, andaluz, valenciano o lo que sea, dentro de la nación española.
Además, en España podemos contar varias facciones políticas que se autodenominan patriotas y a las que en el lenguaje políticamente correcto se les llama nacionalistas: nacionalsindicalistas, tradicionalistas, nacionalsocialistas, conservadores católicos…si empleamos la palabra “nacionalista” para referirnos a toda esta gente, ¿cómo sabremos de quien estamos hablando?. Precisamente viene bien recordar esto ahora por que dentro de unos días se conmemora el aniversario del asesinato de José Antonio Primo de Rivera y el fallecimiento de Francisco Franco, y como suele ser habitual, la prensa del Sistema saldrá diciendo que “grupos ultranacionalistas rinden homenaje a Franco mientras hacen apología del fascismo”.