Alianza Nacional muestra su rechazo al ingreso en prisión de Pedro Varela. - La Nación Digital

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domingo, 19 de diciembre de 2010

Alianza Nacional muestra su rechazo al ingreso en prisión de Pedro Varela.

Le esperan a Pedro Varela un año y tres meses en prisión. De nada sirve lamentarse.
Sus carceleros saben bien lo que hacen y no les importa incurrir en sangrantes contradicciones con tal de lanzar un aviso a navegantes. Sus sonrisas y palabras de concordia son la fachada que esconde sus intenciones, que afloran desquiciadamente cuando topan con alguien como Pedro, incombustible, valiente y superior a ellos. ¿Cuál es el delito? Vender libros, en particular libros sobre el 3er Reich. Para un consumidor de televisión ya está todo dicho; en su mente aparecerán espectros y muertos que arrastrarán a Pedro hacia la tumba con toda justicia. Sin embargo, ni legislador ni juez son cualquiera. En teoría uno redacta y el otro aplica la ley, y esa ley debe ser justa e igual para todos. Lo más relevante del caso de Pedro Varela es que demuestra que la ley no es igual para todos, ya con los mismos argumentos con que ahora se le encarcela podrían encarcelarse a otras muchas personas.


En cualquier biblioteca, legislador y juez encontrarán decenas de libros que glorifican al comunismo, incluyendo manuales de “Educación para la Ciudadanía”. Si están cansados de fijar la vista en papeles, pueden pasarse por cualquier restaurante de lujo de Barcelona, donde encontrarán a decenas de dinosaurios escupiendo ese mismo veneno delante de centollos pagados con nuestro dinero. Si lo prefieren pueden poner la televisión, donde verán cómo el responsable de Paracuellos (hasta 5000 fusilados) es nombrado “doctor” e “hijo predilecto”. Y si lo que quieren es pasar un buen rato, les recordamos que en Cataluña vive un tipo muy gracioso que aparece periódicamente en televisión, y que disfrazado con un uniforme coreano vitorea al régimen genocida de Kim Jong-il. En realidad no se trata sólo de un payaso, ya que ostenta el cargo de delegado en el extranjero de la tiranía norcoreana, la misma que está matando de hambre a su pueblo y que ha convertido a un hermoso país en una cárcel.


Para comprender la dimensión del tema que nos ocupa, conviene ojear la siguiente tabla, que recoge una estimación (como todas aproximada) de los asesinados por el comunismo en (1) hambrunas planificadas, (2) hambrunas causadas por una gestión nefasta de los recursos, (3) persecuciones arbitrarias, (4) persecuciones por motivos ideológicos, de raza o de credo, y (5) asesinatos selectivos.



¿Acaso no es el comunismo una idea genocida, que ha exterminado a millones de personas por motivos específicos y discriminatorios? En la terminología de moda, ¿acaso el comunismo no incita al odio? El odio ciego de la lucha de clases arrasó naciones enteras como Rusia. El odio de la chusma hacia la excelencia mató a millones de personas, entre ellas a cientos de miles de académicos, escritores y artistas sobresalientes durante el “gran salto adelante” en la China de Mao. El odio más visceral y enloquecido que se haya visto jamás sobre la Tierra acabó con un 25% de la población de Camboya y dejó marcado para siempre al resto, aún no sobrepuesto de la experiencia de los campos de exterminio, hambre y tortura regidos por niños y adolescentes.


Nadie ha entrado en la cárcel en España por difundir las ideas de Lenin, Mao, Kim Jong-il o Pol Pot; y haberlos los hay. ¿Por qué tiene entonces que entrar Pedro Varela, que además no ha hecho ningún tipo de declaración a favor del “Holocausto”? La respuesta genérica es “porque es nazi”. Pero las motivaciones son diferentes según a quién se pregunte.


Si preguntamos a la masa…


La historia de la Segunda Guerra Mundial la escribieron los vencedores de Nüremberg, los cuales tuvieron tiempo de sobra para fotografiar y filmar con profusión millares de cadáveres. Imágenes de este tipo no existen en relación al mundo comunista, donde el terror se organizó y ejecutó en el más estricto secreto. En nuestro mundo de medios de comunicación e imagen, esta diferencia es esencial de cara al público, esa masa informe que forja su pensamiento delante de un televisor.


Si preguntamos a los tolerantes profesionales…


Esto es harina de otro costal. En los últimos años ha florecido en España una especie de hipócrita resentido muy peligroso, el tolerante profesional. Diría Nietzsche, “nada es más vengativo que su humildad”. Sus buenas palabras escoden un proyecto político continuación del viejo bolchevismo, sólo que tras formas más versallescas y caretas con mueca de sonrisa. Estos tolerantes profesionales son los sacerdotes del relativismo, y se han atribuido la capacidad de decidir lo que está bien, y de repartir carnés de buena o de mala persona según te arrodilles o no ante ellos.


Están en contra de todo lo que hace fuerte y feliz a una persona: la nación, la estirpe, la familia, un trabajo digno, la religión y la cultura. En España llevamos años viendo cómo la izquierdona, garante de esta gentuza, erosiona cada uno de estos pilares. La cuestión es, ¿para qué? El viejo sueño comunista es aniquilar al individuo, crear una masa maleable, aterrorizada y fácil de controlar; una comunidad de iguales en la mediocridad y en la pobreza. Antaño los comunistas actuaban como hombres, declaraban la guerra y hacían revoluciones. Hoy en día actúan como cobardes, despojando a los niños de su identidad en las escuelas, promulgando leyes antinaturales, encarcelando a disidentes tras argumentos cínicos y falsos, y ocultando sus intenciones tras eufemismos.


Lo único positivo del caso de Pedro es que huele a podrido. El sistema que lo ha encarcelado se está pudriendo y se está contradiciendo a sí mismo de manera insostenible. Y lo más importante, también está creando las condiciones para que el instinto de supervivencia de nuestra Nación y de toda Europa vuelva a despertar.


Pedro Varela es portador de una llama que no se apagará. Gritamos contigo ¡ARRIBA EUROPA! ¡NI UN PASO ATRÁS!

Redacción de Alianza Nacional Málaga



Fuente: Web de Alianza Nacional (www.lostuyos.net)

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