Bono trató con Obiang la próxima “entronización” del hijo del dictador.

La oposición guineana en España ha desvelado a LA GACETA algunas de las claves que, según ellos, han motivado el opaco viaje de José Bono a Guinea Ecuatorial con una delegación parlamentaria. Hasta el momento, el silencio institucional se ve compensado por la reacción enérgica de los partidos en el exilio que siguen preguntándose por los verdaderos motivos de la estancia de la tercera autoridad del Estado en el país centroafricano.

Armengol Engonga, vicepresidente del Partido del Progreso y del Gobierno en el Exilio, y la Candidatura Independiente de Guinea Ecuatorial, las dos principales fuerzas opositoras que residen en España, han asegurado a este periódico que el objetivo del viaje de José Bono, más allá de cuestiones comerciales, de refuerzo de relaciones y de reuniones con los empresarios españoles –como se indicó en el comunicado oficial–, “contenía razones políticas de calado”.

Fuentes presentes en el país y cercanas al Gobierno aseguraron a la oposición guineana que en la reunión que José Bono mantuvo con el dictador en Malabo el jueves 10 de febrero, Obiang solicitó a Bono dos cosas. Por un lado, que España apoye al Gobierno de Guinea Ecuatorial ante la comunidad internacional para “asegurar y garantizar un cambio al frente del Estado”.

El elegido sería el hijo del presidente: Teodoro Nguema Obiang Mangue, que aseguraría la continuidad del régimen. Un régimen contestado y que, como ocurre en muchos otros en el continente, se mueve entre moderadas y breves convulsiones internas y un cierto rechazo de una parte de la comunidad internacional que, en todo caso, mantiene fuertes relaciones comerciales con el país de Obiang Nguema por sus importantes reservas de petróleo. Guinea Ecuatorial es el tercer productor africano de crudo. “No tiene sentido la argumentación oficial, Guinea es una finca, allí nunca se ha ayudado a las empresas españolas. Las compañías empiezan pero no acaban y no existe ninguna garantía jurídica”, aseguran desde el exilio en España. Y se preguntan: “¿Qué saca España de todo esto sino es a cambio de facilitar la transición?”.

Argumentan, además, que quedaría poco tiempo para la “entronización” de Obiang Mangue como presidente. “Se realizará cuando su padre finalice su mandato de turno de la presidencia de la Unión Africana, y se hará sin elecciones como lo hizo Fidel Castro en Cuba”.

La segunda petición sería consecuencia de la primera: neutralizar, precisamente, a la oposición en España para “allanar el camino del cambio” y silenciar las voces que desde el exterior “mantienen la lucha frente al dictador”. “La oposición en el exilio en España ya tiene los días contados. El dictador ha pedido a la delegación parlamentaria española que haga todo lo posible para poner fin al foco opositor contra su régimen”.

Además, Bono entregó al mandatario ecuatoguineano una carta firmada por Don Juan Carlos en la que el Monarca, además de expresar el interés por potenciar las relaciones económicas, le envía su enhorabuena particular y la del pueblo español por pasar a encabezar la Unión Africana.




Fuente: La Gaceta (www.intereconomia.com)