El Levante da un repaso al Atlético de Madrid.

El Atlético parece desinflado. Da la sensación de estar en caída libre. El Levante le venció ayer merecidamente. En ningún momento plantaron cara los de Quique Sánchez Flores a los aguerridos soldados, no exentos de calidad, del conjunto granota. No es cuestión de resucitar el fatalismo histórico, pero la situación en el Atlético roza la crisis, si no ha caído de lleno ya en ella. Y en esas siempre se señala al entrenador. Sin demagogia y sin regalar los elogios, que una plantilla que cobra siete millones brutos (entre todos lo que un delantero del Atlético), y que se imponga con mucho mejor fútbol es uno de esos milagros que demuestra la grandeza del fútbol.

Caraja.
Empezar perdiendo siempre es un lastre. Al Atlético le ha sucedido en cuatro días lo mismo, arrancar el encuentro perdiendo 1-0. Le sucedió contra el Aris y le volvió a ocurrir ayer en el Ciutat de Valencia. Iniciar el partido con esa caraja es síntoma de falta de concentración, de entrar fríos, como sin motivación, algo preocupante para técnicos y jugadores rojiblancos. En el primer centro al área, Xavi Torres dejó en evidencia a la zaga colchonera y la puso para que Nano, más solo que la una, ajusticiara a De Gea. Hubo un ligero espejismo de reacción en el Atleti, pero fueron fuegos de artificio de Reyes, porque los Xisco Nadal, Rubén Suárez, Caicedo y compañía, limitándose a luchar y disputar cada balón, dominaban el partido casi a su antojo. Había decidido Quique volver a dar la titularidad a Assunçao sacando del once a Mario Suárez (Raúl García entró por Tiago, hombre por hombre son dobles parejas para el técnico). Assunçao vio tarjeta amarilla muy pronto, luego hizo otra entrada en la que el colegiado pudo sacarle la segunda, y Quique sacó su dedo índice sobre la grada para sustituir a la media hora de partido al que hace pocas semanas era uno de sus titularísimos.

Mario Suárez tampoco arregló el desaguisado. Caicedo había podido marcar el segundo y el tercero y Rubén el cuarto, tras jugadón de Xisco Nadal, pero De Gea volvió a ser De Gea y evitó que los de Luis García Plaza (¡como maximiza los recursos este entrenador!) aumentaran su ventaja como merecían. El Atlético sólo tuvo una oportunidad en la primera mitad. Fue en el minuto de prolongación cuando Antonio López remató, el rechace lo empaló Forlán para que Manolo Reina se luciera y revelará que el Levante jugaba con portero.

La vida siguió igual en el segundo tiempo. Caicedo volvió a perdonar una ocasión clara que neutralizó bien De Gea. El Levante se imponía al Atleti en todas las líneas. Juanlu, Rubén y Xisco Nadal regateaban con facilidad. En el centro campo se imponían los granotas y Agüero y Forlán no podían con la solvencia defensiva y el oficio de un Ballesteros, que rozó la perfección. Caicedo se plantó solo en el área grande (¿dónde estaba Godín?) y se inventó una vaselina potente con la zurda que batió a De Gea. El Atlético seguía sesteando. Al Kun le llegó un balón en el minuto 67, sacó su gambeta de ensueño y centró a Forlán, pero el uruguayo remató mal y desviado. El Atlético no era capaz de reducir distancias y Quique tardó más de veinte minutos en mover el banquillo, lo que demuestra que no cree en el fondo de armario que tiene en su plantilla. Y parece que varios de su plantilla cada día creen menos en él.

Fuente: AS (www.as.com)