Onésimo Redondo Ortega nació el 16 de Febrero de 1905 en Quintanilla de Abajo (Valladolid) y era hijo de pequeños propietarios agrícolas, lo que marcaría su futura trayectoria política e ideológica.
Tras terminar de estudiar Derecho en Salamanca obtuvo una beca para hacerlo en Alemania, donde quedó impresionado ante el espíritu de trabajo del pueblo alemán, su organización sindical y el creciente movimiento nacionalsocialista.
En Octubre de 1928 comenzó a liderar el sindicato de cultivadores de remolacha de Castilla la Vieja, a quien reportó cuantiosos beneficios económicos, con el objetivo de acabar con el monopolio azucarero en Valladolid y convirtiéndose en un precursor sindicalista al realizar un reparto equitativo de turnos.
En un principio fue miembro de Acción Católica, el brazo político de la Iglesia, formación que abandonó por considerarla moderada y burguesa.
Sus inquietudes políticas y sociales fueron llevadas al papel gracias al semanario “Libertad”, para concienciar a los castellanos de las condiciones en que vivían y del preocupante avance del marxismo y sus sindicatos.
En Agosto de 1931 fundó las Juntas de Actuación Hispánica, que tenían los principios de Nación, Justicia Social, Religión y Cultura. En Noviembre del mismo año, el grupo de Onésimo Redondo se unirá al de Ramiro Ledesma, organizado en torno al periódico “La conquista del Estado”, surgiendo así las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (JONS), formación que rescató la bandera revolucionaria rojinegra y utilizó como simbología el yugo y las flechas de los Reyes Católicos. Ramiro Ledesma le definió como un hombre católico muy influido por los jesuitas pero con ímpetu revolucionario.
Aquel mismo año 1931 se casó con Mercedes Sanz Bachiller.
Al año siguiente, en 1932, se ve obligado a exiliarse a Portugal tras ser acusado de apoyar la sublevación del general Sanjurjo (la sanjurjada). En el exilio colaboró con Ramiro Ledesma en la publicación de la revista “JONS”. También tradujo al castellano el “Protocolo de los sabios de Sión”, el documento clave sobre los planes de dominación mundial sionistas. Quizá este haya sido uno de los motivos por lo que Onésimo Redondo es una de las figuras más anónimas de los últimos años en el terreno de la Historia de España. Durante el exilio portugués también dirigió la publicación de “Igualdad”, diciendo irónicamente que si acababa siendo censurado como le había pasado a “Libertad”, publicaría uno llamado “Fraternidad”.
En el año 1933 regresó a España con la intención de presentarse a las elecciones, pero retiró su candidatura por las presiones y críticas, tanto de la derecha como de la izquierda, sin embargo, continuó con los mítines sobre el nacionalsindicalismo.
En Marzo de 1934 las JONS se unifican con Falange Española, pasando Onésimo Redondo a un papel de segundo plano, como miembro del Consejo Nacional y la Junta Política del Movimiento además de las Falanges Castellanas. Un año después, cuando se produjo la escisión del movimiento nacionalsindicalista, en el que Ramiro Ledesma y unos cuantos de sus camaradas abandonaron Falange Española para refundar las JONS, Onésimo Redondo pensó en apoyar a los partidarios de Ramiro Ledesma, decidiendo finalmente continuar siendo fiel a la Falange de Jose Antonio.
Onésimo Redondo consideraba a Castilla la columna vertebral de España, y al igual que había sido la cuna del Imperio Hispánico, para él lo sería también de la futura Revolución Nacional. Se le ha considerado el prototipo de hombre que vive y muere por unos ideales. Tenía fama de hombre aislado y solitario al que le gustaba leer y pasear por el campo. Desde joven conocía los esfuerzos de los trabajadores del campo, ya que en sus ratos libres, cuando no estaba estudiando, colaboraba en las faenas agrícolas.
En cuestión religiosa, era un hombre muy devoto, pero defensor de una cristiandad viril y heroica, sin exhibicionismos, una visión contraria a la que tenían los miembros de Acción Católica (aquella formación que había abandonado años antes de crear las Juntas de Actuación Hispánica) y del Opus Dei.
También fue defensor de la Naturaleza (por supuesto, nada que ver con los actuales movimientos ecologistas) y del ejercicio físico, y uno de los más sanos líderes falangistas, ya que ni bebía ni fumaba.
Todas estas cosas se las inculcó a sus camaradas en prisión tras haber sido detenido el 19 de Marzo de 1936. La victoria del Frente Popular y la ilegalización de Falange no le impidieron seguir en contacto con su Jefe Nacional, Jose Antonio Primo de Rivera, de quien recibió varias cartas expresándole su apoyo.
Durante su estancia en prisión, los falangistas de Onésimo Redondo organizaron protestas por no poder escuchar misa y huelgas de hambre por la horrible comida que les daban. Hace pocos vimos una gran movilización en apoyo de una saharaui que hizo huelga de hambre. Creo que no hace falta saber la respuesta si a esos mismos individuos que apoyaron a esa mujer les preguntáramos que piensan sobre que Onésimo Redondo hiciera huelga de hambre por una causa justa.
El 25 de Junio fue trasladado a la prisión de Ávila y el 18 de Julio fue liberado de la prisión por algunos falangistas que no habían sido detenidos. Lo primero que hicieron él y sus camaradas fue ir a misa; lo segundo, proveerse de armas y organizarse para luchar contra la República. Desde la Academia de Infantería de Valladolid dirigió la lucha contra el marxismo. El 19 de Julio pronunció su último discurso radiofónico, donde dijo que no habría paz mientras el triunfo no fuera completo y que solo había que pensar en la Patria, que en sus palabras era en esos momentos más importante incluso que la familia. El 22 de Julio se había creado una unidad voluntaria de falangistas liderada por Jose Antonio Girón, quien sería ministro en los primeros años del franquismo y encargado de las políticas sociales de la época.
Pero Onésimo Redondo no vivió mucho más tiempo. El día 24 se encontraba en el pueblo segoviano de Labajos cuando se topó con un grupo de individuos con banderas rojinegras. Creyendo que serían camaradas falangistas, él y sus acompañantes bajaron de su vehículo, pero cuando se dieron cuenta de que eran anarquistas de la CNT, ya fue demasiado tarde.
Onésimo Redondo murió a la edad de 31 años, la misma que Ramiro Ledesma y 2 menos que Jose Antonio Primo de Rivera. Ambos murieron en aquel fatídico y trágico año 1936. Desde aquel momento fue conocido como “el Caudillo de Castilla”.
Cuando murió, Onésimo Redondo había tenido dos hijas y un hijo (aunque este último había fallecido a los pocos días de nacer en el exilio portugués). Hubiera tenido otro más de no ser por que su mujer sufrió un aborto tras enterarse de su asesinato. Durante la Guerra Civil, su viuda Mercedes Sanz fundó el Auxilio Social, organización dedicada a alimentar y ayudar a los más desfavorecidos y calumniada desde el sistema educativo actual por parte de profesores que tergiversan su labor diciendo que “secuestraba niños”.
Cada 24 de Julio el Círculo Cultural Onésimo Redondo celebra conferencias y homenajes en la localidad de Labajos. A esta asociación cultural quiero dar las gracias por exponer su información sobre tan interesante personaje, por que me han ayudado mucho a la hora de escribir esta entrada.
Quiero terminar con estas frases pronunciadas por Onésimo Redondo, que dan muestra de todo aquello por lo que luchaba y por lo que murió:
-“Si no hay una juventud resuelta a reconquistar y conservar y aumentar lo esencial de la Patria con la necesaria lucha física, no hay salvación. Seremos un pueblo colonia, un conjunto siempre disgregable de tribus enemigas”.
-“Debemos acorralar con un genuino movimiento revolucionario todas las formas de usura, incluso esa moderna, que consiste en pagar al labrador un mínimo bastante para que no muera y siga trabajando, pero insuficiente para que sostenga los hijos que da a la Patria.”
-“La lucha de clases es uno de los mayores crímenes de la inteligencia judía”.
-“Queremos una España de ancha prole, en beneficio de la raza”.
-“Pedimos el máximo respeto para la tradición católica de nuestra raza”.
-“Los instrumentos de dominación judaica son el dinero y la prensa. En los protocolos los judíos afirman que el sufragio universal es su instrumento de dominación”.
-“Ya ha padecido la patria siglo y medio de liberalismo inculto y farsante. Ya es hora de que sepultemos en el fondo de la Historia irrenovable los mitos hipócritas de la mentalidad judía”.
-“El comunismo es un instrumento del capitalismo internacional judío para descomponer a los estados y después dominarlos. .¡Proletarios!.¡Uníos contra la burguesía comunista!. ¡Abofetear a los indecentes monaguillos de Stalin!”.
-"Si Castilla muere, España muere. Mientras Castilla esté dormida, dormirá España."
-"Vivimos en España, pensamos en el pueblo español y en nombre de su honor y de su bienestar debe cortarse la cabeza a cualquier brote de barbarie.¿Por qué ha de ser España, la nación nuestra, el campo de experimentación de todas las fantasías igualitarias inventadas por cerebros extraños a la raza?".
sábado, 24 de julio de 2010
El Caudillo de Castilla.
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