La familia empuja a Zapatero a renunciar a ser candidato en 2012.

Laura y Alba Rodríguez Espinosa, las hijas del presidente del Gobierno, de dieciséis y catorce años de edad, respectivamente, pueden condicionar la decisión del líder del PSOE de no repetir como candidato del partido a las elecciones generales de 2012. Fuentes de toda solvencia apuntan a LA GACETA que las adolescentes –que en el último año y medio han desarrollado “una rebeldía extrema”– preocupan sobremanera al presidente Zapatero y a su esposa. Las chicas, afines a la tribu urbana conocida como “góticos”, se han negado a seguir un tratamiento médico alimentario bajo la supervisión de un prestigioso endocrino de Madrid.

Una imagen reciente de las hijas del presidente ha desatado de nuevo la polémica. La fotografía, tomada durante la celebración de la victoria de la Selección española en el Mundial, está celosamente guardada en el cajón de una agencia de noticias, después de que algún importante asesor presidencial ordenase no distribuirla a los medios. Más allá de la conocida privacidad que el matrimonio Rodríguez Zapatero ha exigido siempre para sus hijas, Laura y Alba, de dieciséis y catorce años respectivamente, son desde hace meses motivo de “preocupación” para sus padres, hasta el punto de que, según fuentes de toda solvencia, el líder del PSOE puede renunciar por ello a ser de nuevo el cartel electoral de su partido en las generales de 2012.

Al igual que les ocurrió a los hijos de anteriores presidentes del Gobierno, “las chicas, especialmente la mayor, no se adaptan a la vida en La Moncloa”, comentan las mismas fuentes. Una y otra son afines a la tribu urbana conocida como “góticos”, que se caracteriza por su estética mortuoria, y han desarrollado una rebeldía y una estética que inquietan sobremanera al matrimonio presidencial.

A la indisciplina de las adolescentes –por otra parte, propia de la edad–, se suma el problema de sobrepeso de las niñas; una circunstancia que ha llevado a Sonsoles Espinosa a consultar con un prestigioso endocrino de Madrid, “como hacen tantas madres ante una situación así”. Cuentan que “no fue fácil” para el citado endocrino y mucho menos para Sonsoles Espinosa comprobar la resistencia por parte de las chicas a someterse a un tratamiento médico, a una dieta saludable, aconsejada en casos similares por diversos motivos y no sólo los estrictamente estéticos. Según la versión ofrecida a LA GACETA, Laura y Alba se opusieron a ello de manera tajante. El especialista no llegó a tratarlas. En noviembre de 2009, con motivo de una visita a la ONU, la imagen de los Zapatero junto a Barack y Michelle Obama provocó un auténtico terremoto mediático y social en torno a las hijas del presidente. Su exposición ante la opinión pública las desestabilizó “mucho”, reconocen estas fuentes. Tanto que el círculo más próximo al presidente baraja desde algunas semanas el escenario –cada vez más probable– de que renuncie a una tercera reelección “por motivos estrictamente familiares”. El pasado mayo, la edición española de la revista Vanity Fair dedicó a Sonsoles Espinosa un amplio reportaje en el que, con permiso de la propia Sonsoles, amigos y conocidos transmitieron sin tapujos el malestar de la mujer del presidente: “Se siente enjaulada en Madrid; como en una sartén hirviendo”, aseguraban. A lo que el sacerdote de León Samuel Rubio, el mismo que oficio su boda con Rodríguez Zapatero, añadía que el episodio en que “sus enemigos han usado a sus hijas para cargar contra ellos” ha supuesto para ella el trance más duro desde que se instaló en La Moncloa.

En febrero de 2010, coincidiendo con el periodo de mayor crecimiento del desempleo, el diario El País publicó una encuesta en la que un 66 por ciento de los electores opinaba que Zapatero no debía repetir como cartel electoral del PSOE en las elecciones generales de 2012. La reacción del círculo de confianza del presidente no se hizo esperar. “Tenemos al mejor líder, que es José Luis Rodríguez Zapatero, y todos apostamos por él”, se apresuró a declarar la vicepresidenta Fernández De la Vega. “El supuesto debate sobre la sucesión no existe en el PSOE”, dijo el ministro de Fomento, José Blanco. “El partido no contempla otra posibilidad que la de que Zapatero sea de nuevo el candidato”, apostilló Leire Pajín. Entonces, la secretaria de Organización de la formación socialista enfatizó que quería ser “contundente y rotunda” en la respuesta, “sin dejar espacio a los equívocos”. Una firmeza que dudosamente puede emplear Pajín siete meses después, es decir, ahora que la preocupación por sus hijas pesa más en el presidente que la posibilidad de perpetuarse en el cargo.



Fuente: La Gaceta (www.intereconomia.com)