Caídos por Dios y por España en Krasny Bor.

Hay momentos de nuestra Historia que quieren ser borrados para siempre. Sucesos que avergüenzan a determinados sectores de la población, pero nos enorgullecen a algunos.
Durante la Segunda Guerra Mundial fueron enviados voluntarios españoles a combatir para las potencias del Eje. La debilidad de España tras la Guerra Civil y las presiones de los aliados (especialmente de Estados Unidos) impidieron la participación de manera oficial en un conflicto que quizá con una intervención española mayor hubiera acabado de forma diferente.
Los voluntarios españoles fueron conocidos con el nombre de División Azul debido a la camisa azul mahón falangista que en ningún momento quisieron quitarse pese a combatir para el Ejercito del III Reich Alemán e integrarse en él perfectamente.
Entre los voluntarios había gran cantidad de estudiantes universitarios y falangistas que habían luchado en la Guerra Civil. Fueron dirigidos al principio por Agustín Muñoz Grandes. Ante la amenaza de la expansión del comunismo por toda Europa que representaba la URSS y las atrocidades cometidas por los lacayos de los rusos en España, decidieron combatir contra el comunismo en su propio terreno, la estepa rusa.
El 13 de Julio de 1942 partió un tren hacia Alemania. Los españoles recibieron una instrucción de cinco semanas en un campamento bávaro y partieron al frente ruso, a donde llegaron en Octubre de 1941.
La cifra de divisionarios españoles ronda los 47000, de los que perdieron la vida entre 4500 y 5000, fueron heridos 8000 y hechos prisioneros en los gulags 732. Hay que recordar que los españoles fueron los que mas tiempo pasaron en esos campos de concentración de los que no se suele hablar. Los pocos que sobrevivieron regresaron a España en 1954.
Los hombres de la División Azul aguantaron hambre, dolor y frío en la estepa rusa. Pero lucharon valientemente. Eso fue reconocido hasta por el propio Adolf Hitler, quien los definía como “sucios pero muy valientes”.
De entre todas las jornadas de combate en las que estuvieron envueltos, quizá la más heroica y recordada sea la batalla de Krasny Bor el 10 de Febrero de 1943.
Agustín Muñoz Grandes había sido ascendido y su puesto de mando de la División Azul lo había tomado Esteban Infantes.
Un ataque de artillería soviético tenía como objetivo eliminar a las fuerzas del Eje que impedían que tuvieran acceso al ferrocarril que comunicaba Moscú con Leningrado.
El resultado de todo esto fue que la nieve se derritió y se produjo una sangrienta y espectacular batalla en un barrizal.
La superioridad soviética en número de soldados era abrumadora, pero los españoles resistieron valientemente. A duras penas podían contenerlos, pero resistieron valientemente, haciendo frente a un enemigo superior en número pero no en valor.
El cerco de Leningrado no se rompió y se estabilizó durante un año. 2252 bajas hubo entre los españoles, pero 11000 fueron las del Ejercito Rojo.
Está claro que la estadística también muestra el valor que tuvieron los españoles.
La Operación Estrella Polar de los rusos fracasó.
¿Debemos considerarnos los españoles orgullosos de aquellos compatriotas que marcharon a la estepa rusa a acabar con el comunismo?. Muchísimo. ¿Podemos pensar que nos parecemos a ellos lo mas mínimo?. No.
Jamás podremos igualar el valor de aquellos hombres. Ningún universitario actual seria capaz de interrumpir sus estudios por ir a luchar por Dios y por España a la otra punta del continente, sabiendo que lo mas probable era encontrar allí una muerte segura.
Hoy vivimos atados al trabajo y al dinero. En aquel entonces también había que trabajar para ganar dinero y vivir, pero supusieron sacar valor para hacer algo así. Y tenían ideales, cosa que a la mayoría de los españoles de hoy les falta por que si ni siquiera saben lo que es soñar con algo distinto de lo que tienen o viven.
Hazañas como la del joven Antonio Ponte Anido (quien al ver como un tanque ruso se acercaba disparando al hospital de campaña de los españoles, y estando él herido incluso, agarró una mina y salió corriendo hacia el tanque, en una acción suicida que salvo a muchos de sus camaradas) no se repetirán entre los hombres españoles en mucho tiempo (si acaso se vuelven a repetir).
Y a los que tenemos ideales, vuelvo a repetirlo, seguramente no tendríamos valor a hacer algo así. Solo nos queda admirarles por lo que hicieron.
Nuestra sociedad sigue ignorando su gesta. En cambio, nos repiten hasta la nausea los males del franquismo o de los campos de concentración donde se encarcelaron a los republicanos de la tricolor.
Desde aquí quiero rendir mi particular homenaje a los caídos de la División Azul en la batalla de Krasny Bor y a los combatientes en general recomendando la canción Krasny Bor, del grupo de RAC que lleva el mismo nombre. Quizá a muchos camaradas les parezca música ruidosa y para jóvenes, pero esta canción describe perfectamente lo que supondría a los jóvenes españoles que murieron en Rusia el dejar su Patria y su hogar para luchar junto a hermanos y amigos y ver como todos les iban dejando y dándoles mas motivos para luchar.
¡Caídos por Dios y por España, presentes!.
¡Arriba España, Una, Grande y Libre!.