Reflexionando acerca de la división en el cristianismo. - La Nación Digital

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jueves, 28 de enero de 2010

Reflexionando acerca de la división en el cristianismo.

A lo largo de nuestra Historia, el cristianismo, uno de los pilares de la civilización occidental europea, ha sufrido escisiones que lo único que han hecho han sido debilitarnos y enfrentar a los europeos entre si.
La primera crítica hacia la doctrina de la Iglesia Católica fue la formulada por Guillermo de Ockham, donde defendía la separación entre Iglesia y Estado.
La segunda provocó un cisma aun mayor: el surgimiento del luteranismo y la aparición de otra facción en la cristiandad (ya existían para aquel entonces los ortodoxos en Europa oriental).
Aunque soy católico, afirmo que Guillermo de Ockham tenía su parte de razón. Iglesia y Estado es algo que jamás deben mezclarse. La Iglesia es la representación de Dios sobre la Tierra. Si entra en contacto con el terreno político corre el grave riesgo de corromperse, ya que ningún gobierno está libre de ese riesgo. El hombre no es perfecto, por lo que una agrupación de hombres tampoco. Y un sistema donde puede imperar la codicia y la avaricia debe mantenerse lo mas alejado posible de una institución de fe. Si no somos capaces de mantener intacta y pura la doctrina católica y su Iglesia, ¿cómo pretendemos salvar nuestra alma?. Quizá este mismo pensamiento lo tuvieron en su día los fundadores de Falange cuando en el punto veinticinco dejaban bien claro que “Iglesia y Estado concordaran sus facultades respectivas, sin que se admita intromisión o actividad alguna que menoscabe la dignidad del Estado o la integridad nacional”.
Los siguientes acontecimientos que sacudieron la cristiandad sucedieron unos siglos después. Lutero, un religioso alemán, criticó duramente a la Iglesia Católica, que había dejado de lado su misión divina pasando a acumular riquezas y poder. Además, Lutero exigió que el hombre pudiera hacer una libre interpretación de las Sagradas Escrituras. Esto ultimo me resulta especialmente interesante, ya que creo que si el Hombre tiene una libertad para actuar y pensar otorgada por Dios, perfectamente podría intentar encontrar sentido a las Sagradas Escrituras por él mismo, aunque sin olvidar la interpretación oficial de la Iglesia Católica.
Esto le llevo a la excomunión, pero su movimiento religioso, la Reforma, cobró fuerza, algo que fue aprovechado por los príncipes alemanes recelosos del emperador Carlos V.
En aquel entonces, Alemania era un conjunto de reinos gobernados por príncipes sometidos al emperador. Descontentos con el entonces rey de España, se convirtieron al protestantismo y esto provocó conflictos bélicos a lo largo de Europa, ya que también los reinos del norte se convirtieron al protestantismo.
Curiosamente, Lutero criticó que los sacerdotes católicos tuvieran concubinas con las que tenían hijos a quienes daban cargos eclesiásticos y luego él se caso con una mujer, motivo por el cual los sacerdotes protestantes pueden tener familia.
De todas maneras, esta división cristiana tuvo sus efectos positivos: la Contrarreforma. Se establecieron castigos hacia quienes malgastaran dinero de la Iglesia, se impulsó la ayuda a los necesitados, la fundación de seminarios y la vuelta de las órdenes religiosas a sus orígenes espirituales, entre otras cosas.
Se ha de reconocer que si bien eran ciertas las acusaciones de Lutero (igual que en su día las de Guillermo de Ockham), en ningún momento se debió haber dividido a la cristiandad. Todos somos hijos de Dios y buscamos la misma salvación. Y más siendo cristianos por igual.
Como católicos no podemos ser mas papistas que el Papa. Estamos en nuestro derecho de exigir una institución que nos represente fielmente y que defienda y extienda nuestro mensaje por el mundo de manera correcta.
Si en su día Lutero y Ockham criticaron a la Iglesia para buscar una institución mejor y verdadera, ahora quiero hacerlo yo.
No es la primera vez que critico a los actuales líderes de nuestra Iglesia. Esta vez no voy a ir al tema del dinero, ya lo hice en su día. Ahora quiero quejarme del escándalo de Irlanda.
Quizá el tema esté ya muy pasado, pero no podemos olvidarlo. No podemos consentir que abusos sexuales de sacerdotes, que dicen ser hombres de Dios, sean ocultados por aquellos que dicen representar a todos los católicos.
Precisamente, este tipo de cosas dan más alas y argumentos a todos aquellos enemigos de la religión católica. ¿Cómo pretendemos criticar el laicismo a favor del catolicismo si ni siquiera podemos mantener incorrupta nuestra institución?.
No podemos tirarles ninguna piedra hasta que no hayamos solucionado nuestros problemas institucionales. No veamos la paja del ojo ajeno en lugar de la vida que tenemos atravesada en nuestro ojo.
Una viga muy grande como es el tema de los abusos no podemos omitirla. En primer lugar, esos sacerdotes deberían ser excomulgados. En segundo, se les debería obligar a indemnizar a las victimas, ya que no ha sido la Iglesia la que ha delinquido, sino uno de sus miembros, por lo tanto, la institución no tiene que pagar nada a nadie. De esta manera, la imagen quedaría limpiada.
Lo que atamos en la tierra lo ataremos en el cielo. Pero de la misma manera, el mal que hagamos en la tierra corrompiendo a la iglesia de Dios lo pagaremos en la otra vida.

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