Editorial 1/7/2010.

Hoy España se despierta sabiendo que tendrá que pagar más impuestos de forma indirecta. Ha entrado en vigor la subida del IVA y, por desgracia, muchos siguen sin saber que un Gobierno que se decía defensor de los trabajadores les está robando por toda la cara.
Y de defensores de los trabajadores también estamos oyendo mucho estos días…los sindicatos atacan en Madrid. Como en la Comunidad de Madrid no gobierna el PSOE, los sindicatos pueden permitirse el lujo de organizar una huelga parando el metro e incumpliendo los servicios mínimos que deben de darse en estos casos por ley. Estos servicios no solo no se han cumplido, sino que también han sido agredidos trabajadores que no se han unido a la huelga (cuando por ley un trabajador puede decidir ir a la huelga o no, es decir, es un derecho y no una obligación) y los sindicatos amenazan de forma vulgar y agresiva al riesgo de que sus exaltados seguidores sean expedientados por actuar de manera ilegal. Por supuesto, todas estas acciones sindicales de la izquierda cuentan con el beneplácito y apoyo del Gobierno central de Zapatero.
Pero no solo de sindicatos viven los medios de comunicación de España. Hace unos días, el Tribunal Constitucional ha tirado por la basura su nombre concediendo a Cataluña un nuevo estatuto autonómico en el prácticamente les regala casi toda la independencia. Por así decirlo, Cataluña hará lo que quiera, pero será el resto de España quien le ayude cuando lo necesite. Y otra vez vuelve a ser la izquierda quien está en medio de todo esto.
Al igual que en 1934, se han vuelto a juntar reivindicaciones separatistas en Cataluña con huelgas de sindicalistas exaltados y violentos.
El futuro de España pinta cada vez peor…