Breivik se alojará en la cárcel más lujosa de Noruega.

Anders Behring Breivik, autor de las masacres de Oslo y Utoya, podría ser enviado a una de las prisiones más modernas y mejor acondicionadas de Noruega. Similar a un complejo hotelero en su apariencia exterior y a una residencia universitaria interiormente, Halden Fengsel, es sencillamente una de las cárceles más lujosas del mundo.


Inaugurada el año pasado, la cárcel cuenta con más de 30 hectáreas con largos prados para pasear, pistas polideportivas, gimnasio, rockódromo, biblioteca e incluso un estudio de grabación. El interior de las celdas tampoco desmerece: pantalla de plasma, frigorífico y acceso a un baño individual.

Además, en caso de recibir visitas, el centro tiene pequeñas viviendas acondicionadas para que los reclusos puedan acoger como en casa a familiares y amigos que acudan a visitarlos durante unos días.


En Halden Fengsel están permitidos los teléfonos móviles y, en busca de que los presidiarios se encuentren más relajados, los funcionarios no llevan armas. Y algo más: para hacer el clima aún más favorable casi la mitad de los carceleros son mujeres, a pesar de que todos los reclusos son varones.


Al igual que sucede en España, la legislación noruega no busca el castigo con las condenas a prisión, sino la reinserción en la sociedad. Es por esto, por lo que en los últimos años el sistema penitenciario noruego haya ido ampliando las libertades de los presos en las cárceles. Noruega tiene a gala contar con una de las redes de prisiones más avanzadas del mundo. “El sistema carcelario noruego se enfoca en los derechos humanos y el respeto, no lo vemos como algo inusual”, explicó el gobernador de la penitenciaría a la revista Time.


En caso de que Anders Breivik sea condenado por crímenes contra la humanidad la pena podría llegar hasta los 30 años de prisión, mientras que si es declarado culpable de asesinato no pasaría en ningún caso más de 21 años.


Sin embargo y a pesar de las pruebas, los testigos y el reconocimiento de culpabilidad del propio Breivik, su defensa aún confía en que el autor de la mayor matanza en el país de los últimos tiempos pueda librarse de ingresar en prisión. Su letrado, Geir Lippestad, ya ha hecho pública su intención de que un tribunal médico declare que “está loco”.


Según el abogado, su cliente, dentro de su trastorno, cree ser “un soldado” inmerso “en un estado de guerra”. “Su visión es rara y difícil de explicar”, declaró Lippestad. Está por ver si los tribunales aceptan está versión o condenan al homicida a ir a la cárcel.


Fuente: La Gaceta (www.intereconomia.com)