Breivik describió a Japón como modelo a seguir por rehuir del multiculturalismo.

En un documento publicado en Internet, el asesino confeso de las 76 personas que murieron en los ataques del viernes pasado en Noruega, Anders Behring Breivik, describió a Japón como un modelo a seguir por rehuir el multiculturalismo.

En el manifiesto de 1.500 páginas difundido poco antes de la masacre, Breivik afirma que su misión era salvar a Europa del Islam, la inmigración y el multiculturalismo, que él ve como amenazas.

Según la agencia de noticias japonesa Kiodo, en este texto el terrorista también elogia a Japón por no permitir que lleguen a su territorio inmigrantes musulmanes, aunque este país no prohíbe específicamente la entrada de ningún grupo étnico o religioso.

La inmigración es un tema delicado en Japón, donde a mucha gente le preocupa que al permitir la entrada de más extranjeros pueda aumentar la delincuencia y reducir la cohesión social. Mientras, los expertos advierten de que la población está disminuyendo y envejeciendo y por ello es necesario que se abra a la inmigración.

Los diputados de los principales partidos políticos han pedido que se tomen medidas para cambiar esa situación, pero de momento no han emprendido acciones por miedo a disgustar a los votantes.

Los residentes extranjeros representan solo el 1,7 por ciento de la población de Japón. Los más numerosos son los chinos, seguidos por los coreanos, muchos de los cuales son descendientes de personas que se vieron obligadas a ir a Japón antes de que este país dejara de gobernar como colonia la península Coreana, en 1945.

Breivik también escribió en el manifiesto que le gustaría reunirse con el ex primer ministro japonés Taro Aso, un conservador que en 2005, cuando era ministro, alabó a Japón por tener "una nación, una civilización, una lengua, una cultura y una raza".

El asesino también elogió a Corea del Sur por tener un bajo porcentaje de residentes extranjeros, según Kiodo.

Breivik ha admitido que el viernes pasado colocó una bomba en Oslo junto a la oficina del primer ministro noruego, Jens Stoltenberg, que causó la muerte de ocho personas, y que luego condujo hasta la isla de Utoya y mató a tiros a 68 personas en un campamento juvenil del Partido Laborista.



Fuente: La Gaceta (www.intereconomia.com)