El candidato del PSOE está dispuesto a sentarse a hablar con los ‘indignados’.

Alfredo Pérez Rubalcaba no sólo está dispuesto a convertirse en la azote de la banca, siguiendo así una de las reivindicaciones del movimiento del 15-M, sino que está dispuesto incluso a sentarse con los mismos indignados que le echaron un pulso en calle en las últimas elecciones, durante su etapa como ministro del Interior. A tal punto llega la desesperación del candidato del PSOE por buscar a toda costa el voto de cara a las próximas elecciones que ayer –tras reunirse con el Comité de Científicos de la Fundación Ideas que trabaja en su programa electoral– se mostró dispuesto a hablar con aquellos que hasta hace poco acampaban por las plazas de toda España.


“Estoy dispuesto a escucharles y a hablarlo”, dijo ayer Rubalcaba tras manifestar que “no se le puede dar por las puertas en la narices y dejarles sin cauce de participación” en el sistema democrático. El candidato parece dispuesto a ceder a costa de una amplia reforma del sistema electoral que él mismo ha anunciado y donde tiene ya trabajando a sus colaboradores más cercanos, dada la complejidad de la medida, que requeriría hasta de una importante reforma de la Constitución.


Rubalcaba salió impregnado de esas ideas indignadas nada más reunirse con un grupo de destacados intelectuales internacionales entre los que se encontraba el Premio Nobel de Economía, Joseph Stglitz, que el pasado lunes se acercó al madrileño Parque del Retiro para participar en una de la asambleas que organiza el movimiento del 15-M. Al laboratorio de ideas, como denominan en el PSOE al grupo de sabios que trabajan desde la Fundación Ideas para la elaboración del programa electoral del candidato, se sumó ayer José Luis Rodríguez Zapatero. El presidente del Gobierno se limitió a celebrar un almuerzo, escuchar y compartir algunas ideas como “combatir la desigualdad de género, de renta y de formación académica”, según apuntaron fuentes socialistas.


Todas esas ideas, que aún se discuten, quedarán plasmadas en el programa electoral que Rubalcaba pretende cerrar durante agosto y donde, finalmente, tras mil y un ataques a la denominada burbuja inmobiliaria, se apostará por “revitalizar el sector de la construcción ordenadamente”, según apuntó ayer el propio candidato que, a las puertas de las elecciones, comienza a ver cómo una cosa es predicar y otra distinta dar trigo.


Fuente: La Gaceta (www.intereconomia.com)