Dicen que la historia se repite y a veces demasiado, así que no creo ser el único al que el sangriento, cruel e injustificable asesinato múltiple de Oslo le recuerde algún hecho similar de esos que invitan a la reflexión.
Personalmente esta matanza me recuerda mucho, salvando las distancias, por supuesto, a lo que se llamó la “matanza de Atocha”, que, recordemos para los más jóvenes, no fue el 11-M con 192 muertos, no, para el sistema y sus denominaciones altisonantes la matanza de Atocha fue el asesinato de 5 abogados laboralistas de CCOO el 24 de enero de 1977. Sobre este atentado del que los servicios secretos españoles saben mucho, podéis leer algo en este enlace del Foro TNS:
http://tns.mforos.com/1022048/6374106-del-20-d-al-11-m-una-historia-de-falacias-y-encubrimientos-ismael-medina-muy-recomendable/ , pero como no quiero irme del tema vamos al grano que me conozco.
La razón de que encuentre similitud entre ambos crímenes es porque lea lo que lea o escuche lo que escuche casi todo me suena como si ya lo hubiera vivido antes. Aquí van algunos apuntes de este “Déjà Vu” que diría un políglota.
- En ambos casos los culpables de los atentados, por cierto, detenidos inmediatamente, son de “extrema derecha”, el peor terrorismo del mundo mundial y dichos atentados iban dirigidos contra esa izquierda que no ha roto un plato en su vida.
- En ambos casos han ido acompañados de una cobertura mediática desmesurada (sobre todo si se comparan con otros casos en que los protagonistas son otros), sectaria y ocultando o manipulando informaciones muy interesantes o incluso determinantes para su esclarecimiento (mandiles incluidos).
- En ambos casos es incomprensible e inadmisible para una inteligencia mediana, que los autores de estos crímenes actuaran sin apoyo de otras personas o instituciones “relacionadas” o con mucha información sobre las víctimas, sus lugares de reunión, medidas de seguridad, etc.
- En ambos casos ninguna de las víctimas es dirigente o miembro destacado de los grupos atacados, algo cuanto menos curioso siendo los escenarios de los crímenes lugares en los que sí se encontraban habitualmente dirigentes importantes, pero, ¡qué casualidad! justo en ese momento no.
- En ambos casos estos crímenes han supuesto un detonante ensordecedor para pedir ilegalizaciones masivas e inmediatas de grupos de “extrema derecha”, peticiones en muchos casos reclamadas por defensores de asesinos o terroristas.
- En ambos casos estos atentados han servido para bendecir o subir a los altares democráticos, a ideologías o actuaciones políticas culpables de muchos más asesinatos que los que han causado los dos crímenes mencionados.
- En ambos casos todas las fuerzas políticas, desde la izquierda hasta la derecha, han coincidido no sólo en condenar los crímenes, lo cual es lógico y justo, sino en arremeter contra el peligro del auge de la “extrema derecha” y recordar historias e historietas del pasado, en muchos casos falsas, en otros manipuladas o incluso que ocurrieron justo al revés de cómo nos las cuentan.
Evidentemente existen más similitudes que harían esta reflexión interminable, pero para ir terminando voy con las consecuencias.
En los sucesos de 1977 en España la consecuencia directa e inmediata fue la legalización del partido comunista y la satanización por los siglos de los siglos amen de la “extrema derecha”, que jamás levantó cabeza.
En los sucesos de 2011 en Oslo todavía es pronto para hacer una lectura definitiva, pero todo parece indicar que aparte de servir para defender a capa y espada la maravillosa e imprescindible para el progreso inmigración, el multiculturalismo y la invasión pacífica y ejemplar del Islam en Europa, fenómenos que últimamente estaban siendo bastante cuestionados por millones de europeos, incluso en sus sacrosantas urnas, estos sangrientos sucesos pueden también ser la antesala de “legalizar la ilegalización” de lo que llaman “extrema derecha”, de perseguir (aún más) a sus seguidores o incluso “justificar” represalias posteriores violentas contra sus militantes, votantes o simpatizantes.
Quizás servidor sean un “conspiranoico” incurable, pero es que son tantas las veces en que he visto actuar al sistema con golpes similares para lograr los mismos o parecidos objetivos, que cada vez me resulta más habitual que se me escape aquello de “esta película ya la he visto”. ¿Y tu?.
Jesús Muñoz
Fuente: Web de Trabajadores Nacional Sindicalistas (www.sindicatotns.es)
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