Editorial 05/07/2011.

En el día de hoy se cumplen 60 años de la partida de los voluntarios de la División Azul a Rusia para luchar contra el comunismo. Otra época, otra visión del mundo, otros principios… Pero sería de necios encerrarnos en un pasado que, nunca mejor dicho, ya pasó.
Es por eso que queremos dedicar estas líneas como homenaje a aquellos valientes españoles que, con toda la vida por delante, decidieron alistarse y acudir a la lucha por una Europa mejor haciendo frente a la bestia comunista, que aún a día de hoy se nos sigue presentando como la salvación del hombre.
Como buenos españoles, jamás debemos olvidar su hazaña. Y, por supuesto, debemos de tenerles siempre como un modelo de conducta. Por eso mismo, también debemos dejar de elogiarles a ellos, que ya cumplieron su función histórica, y preocuparnos por continuar su lucha a través de un proyecto serio, revolucionario y con vistas al futuro.
El mejor homenaje que se les puede hacer a los divisionarios es no rendirnos y honrar su memoria con nuestros actos, más que hacer actos en su honor (cosa que, indudablemente, merecen).
¡Caídos por Dios y por España, PRESENTES!. ¡Caídos de la División Azul, PRESENTES!.