Hasta el PP se suma ya a los guiños de los grupos a los 'indignados'.

No andan las cosas como para dejarse el voto en el camino y por eso, tras la declaración de amor que el PSOE hizo en toda regla el pasado lunes hacia el movimiento 15-M tratando de incluir algunas de las peticiones de los indignados en el programa electoral que presentará Alfredo Pérez Rubalcaba, todos los partidos se han lanzado –sin saber bien de qué manera– a buscar el apoyo. “La última pirueta de Rubalcaba es colocar al PSOE a la cabeza de las manifestaciones que se han convocado contra sus políticas”, dijo ayer Soraya Sáenz de Santamaría. La portavoz del PP denunció la “incompatibilidad” del vicepresidente primero y ministro del Interior, que debe velar más la seguridad en la calle que por buscar votos a su favor.

La portavoz popular, tratando tal vez de deshacer esa maniobra del PSOE, se lanzó ayer a recordarle a los indignados que su partido “comprende la preocupación de los que protestan en la calle o en su casa por la falta de trabajo”. Es por ello que Saénz de Santamaría prometió, ante la inminente llegada de un Gobierno del PP, que los populares creen necesario “que haya reformas para que no haya recortes”. Al igual que hizo el PP, todos los grupos políticos, comenzando por el PSOE, que ya apuntó algo más que maneras tras las manifestaciones del pasado domingo, y siguiendo por todo el arco parlamentario de la izquierda, se lanzaron a encontrar algún tipo de coincidencia entre sus respectivos programas y las reclamaciones de la calle.

Dicho y hecho

El más duro, tal vez, fue el portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran i Lleida, que tras ver como sus compañeros del Parlament catalán pudieron comprobar cómo se las gastan los más radicales de los indignados, aclaró que “la política no puede ser sustituida por nada, aunque sí se apliquen algunas reformas”. Tras lanzar estos guiños, todos los grupos parlamentarios se lanzaron a la labor. Sólo unas horas después, el pleno del Congreso, y por unaniminidad, apoyó una moción en la que se insta al Gobierno a profundizar en la credibilidad, transparencia, austeridad y los controles democráticos de la instituciones y poderes del Estado. La iniciativa partió de ERC e IU, pero se fueron sumando todos los grupos –334 votos favorables y una abstención y por error–. Este paquete incluye, nada menos, que acelerar ahora la reforma de la Ley de Financiación de Partidos Políticos tras más de un año de debate.



Fuente: La Gaceta (www.intereconomia.com)