La Jornada Mundial de la Juventud reunirá en Madrid a 420.000 peregrinos y más de 30.000 voluntarios.

A un mes de la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud en la capital, la organización ultima los detalles para que Madrid luzca sus mejores galas. La ciudad recibirá entre los días 16 y 21 de agosto a más de un millón de jóvenes dispuestos a vivir una experiencia inolvidable. Y para que todos los rincones de la capital estén a la altura de tan magno acontecimiento, desde la JMJ llevan meses organizando diferentes iniciativas.

Muchas de ellas se centran en dar la bienvenida al Papa y en acompañarle en los diferentes recorridos previstos para la visita. Puenting es el programa estrella del recibimiento. Durante los meses de junio y julio 150 voluntarios de diferentes parroquias de la región han pintado pancartas con distintos mensajes y lemas para el Sumo Pontífice.

Los 600 metros de tela serán colgados de los 24 puentes de la A-2, la M-14 y la M-13. Todas ellas, carreteras por las que Benedicto XVI entrará en la ciudad tras aterrizar en el Pabellón de Estado de Barajas.
“Son para que el Papa vea lo que le queremos”, asegura María Pérez, voluntaria que se acercó ayer a la parroquia de San Juan Evangelista del Parque de las Avenidas donde se terminaban los últimos letreros.
Además de las pancartas, los voluntarios también están elaborando toneladas de confeti reciclado para conseguir un ambiente festivo en todos los rincones de la capital.

Junto al puentig, y ya en el marco de la Jornada Mundial, está previsto realizar muchas actividades a pie de calle. Por ejemplo, para uno de los recorridos del Papa por Madrid se realizará una suelta de globos con forma de paloma desde el Hospital San Rafael a cargo de niños. “Los globos son biodegradables y llevan dentro una semilla para que germine donde caiga” explica a LA GACETA Belén Vegas, miembro del equipo de ambientación ciudadana. Este grupo de voluntarios tiene como objetivo principal “que el Papa se sienta como en casa”, afirma orgullosa.

Asimismo, con las banderas enviadas por miles de peregrinos desde sus respectivos países se está cosiendo una lona gigante que acompañará a Benedicto XVI por las calles de la ciudad. Con este gesto “queremos hacer partícipes de alguna manera a todos los Estados en la celebración”, explica Vegas. Y por si esto fuera poco, cuando el Papa ponga el pie en Madrid todas las campanas de las iglesias de la región repicarán para anunciar a los madrileños la tan esperada visita.



Fuente: La Gaceta (www.intereconomia.com)