La juez del 11-M resiste la presión de Interior y seguirá con la instrucción “hasta el final”. - La Nación Digital

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sábado, 4 de junio de 2011

La juez del 11-M resiste la presión de Interior y seguirá con la instrucción “hasta el final”.

La causa abierta contra el jefe de los Tedax en el 11-M, Juan Jesús Sánchez Manzano, por posible destrucción de pruebas sigue su curso en el Juzgado Central de Instrucción número 43 de Madrid. Pero lo hace contra viento y marea. La titular del juzgado, Coro Cillán, mantiene imputados por los delitos de encubrimiento, falso testimonio y ocultación de pruebas a Sánchez Manzano y a la perito jefe de los laboratorios de los artificieros. Pero su instrucción, cursada con escrupuloso arreglo legal a los plazos y a las formas –“No me lo pueden quitar”, asegura Cillán–, ha debido hacer frente a sucesivas maniobras que perseguían el sobreseimiento, la paralización o la derivación de la causa a otro juzgado.

El último de ellos se conoció el jueves pasado: la defensa de Manzano interponía recurso contra la decisión de Cillán –respaldada finalmente por la Fiscalía– de no archivar la causa por persistir la advertencia de “irregularidades”. Los abogados del ex jefe de los Tedax denunciaba el “escarnio mediático continuo y constante” que habría sufrido el comisario. Reclamaban el sobreseimiento arguyendo que la juez ha incurrido en reiteraciones y dilaciones indebidas, y que los hechos ya estaban juzgados por la Audiencia Nacional, a la que pedían también que se derivase la investigación, a lo que se ha negado Cillán por no entender que se trate de delitos de terrorismo.

El recurso fue admitido a trámite, pero la instrucción no se paraliza, como les gustaría a los abogados de Manzano, puesto que la juez de instrucción, lo admitió en un solo efecto, esto es, desestimó la parte del sobreseimiento libre de las actuaciones que demandaban los representantes legales de Manzano. A partir del jueves, estos tienen un plazo común de 10 días para presentar escrito de impugnación o adhesión al referido recurso.

No sólo a los abogados les interesa echar tierra sobre este asunto: el miércoles pasado el Ministerio del Interior premió al ex jefe de los Tedax ascendiéndolo, junto a otros comisarios, al más alto rango del escalafón policial: el de comisario principal. Preguntado ayer en el Consejo de Ministros sobre este ascenso –cuanto menos sorprendente tratándose de un imputado en un proceso abierto–, Alfredo Pérez Rubalcaba manifestó sin ambages: “Yo no hago los ascensos, los hace la propia Policía, que tiene sus normas. Lo único que le puedo contestar es que si le toca ascender, ascenderá, no sé más, no tengo más datos al respecto”.

Pero lo cierto es que Interior blindó a Manzano al no incoar expediente disciplinario en cuanto fue imputado; si hoy existiera ese expediente, su ascenso quedaría automáticamente invalidado con una sentencia condenatoria que, por más que llegue ahora, no arrebatará a Manzano su nueva dignidad. Las demoras de la Fiscalía en contestar las peticiones de la magistrada y el hecho de que Interior proteja tan ostensiblemente al principal imputado en este proceso constituyen presiones poderosas sobre Cillán, que vienen a sumarse a otras maniobras como el exhorto del Juzgado de Instrucción número 6 –a cuyo titular fuentes jurídicas de plaza de Castilla no dudan en adscribir a una ideología de izquierdas–, que pretendía quedarse con el caso quitándoselo al 43. Pero una providencia salida de este juzgado con fecha de ayer a la que ha tenido acceso LA GACETA devuelve el exhorto constatando que “no consta que por la representación de los querellados, Juan Jesús Sánchez Manzano y la perito 17632, se haya solicitado en ningún momento la inhibición al Juzgado de Instrucción 6 de Madrid exhortante”. Así que de momento, si una instancia superior no dice lo contrario, Cillán seguirá instruyendo el caso del 11-M “hasta el final”.

La instrucción seguirá adelante, y tiene muchos “datos pendientes de investigar”. Así, un auto de la juez ya destacó que las declaraciones de dos agentes de la Unidad Central de los artificieros resultaron “de forma incomprensible contradictorias”. En ellas, aseguraron que no intervinieron en la recogida de las muestras, a pesar de que varios Tedax de la Brigada Provincial de Madrid apuntaran a su presencia en el escenario de los atentados.

Según la querella que originó la causa, la actuación de Manzano –quien se hizo cargo de las muestras de los explosivos– dificultó conocer la naturaleza de las bombas y, por lo tanto, la autoría exacta de los terroristas.



Fuente: La Gaceta (www.intereconomia.com)

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