La Policía teme el asalto al Senado y la Bolsa de Madrid durante la manifestación de mañana.

Las investigaciones elaboradas por el Cuerpo Nacional de Policía acerca del activismo de miembros de ultraizquierda en torno a los indignados ilegales confirman los peores augurios: algunos grupos de manifestantes preparan para mañana una jornada de altercados antisistema en la capital en la que, debido al blindaje en torno al Congreso de los Diputados, se planea el asalto al edificio de la Bolsa de Madrid o al Senado.

La Jefatura Superior de Policía de Madrid, según han trasladado en exclusiva a LA GACETA fuentes de la máxima solvencia, trabaja desde ayer con un escenario en el que “existen serios riesgos con respecto a las columnas de manifestantes de Moratalaz y Vallecas”, dos de las seis que confluirán a las dos de la tarde en la plaza de Neptuno durante la manifestación “contra la crisis, el capital y los recortes sociales y laborales”.

Asimismo, en la marcha desde Vallecas “estarán presentes miembros violentos de la Coordinadora Antifascista de Madrid y del grupo Bukaneros del Rayo Vallecano”, según ha averiguado la Policía. Todos ellos, más que coordinados para intentar que Madrid se convierta en una auténtica batalla campal en la que los incidentes de Barcelona quedarían como menores.
De esta forma, la Policía permanecerá muy atenta a la protección tanto de la Bolsa como del Senado, aunque no se descartan incidentes en cualquier otro escenario.

Asimismo, según se desprende de los datos que obran en poder de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, algunos indignados ilegales habrían planificado, durante el transcurso de la manifestación, ocupar de nuevo otra plaza en el centro de Madrid, lo cual produce una gran incertidumbre en la Policía ante la falta de órdenes por parte de la Delegación del Gobierno a la hora de cumplir las leyes.

Toda esta información se encuentra estrechamente ligada a la que la Policía maneja desde hace meses acerca de los movimientos y sinergias de grupos de extrema izquierda madrileños englobados en la autodenominada “izquierda antifascista”, donde adquieren especial relevancia los citados Coordinadora Antifascista de Madrid e Izquierda Castellana.

Desde hace meses se ha detectado en actos políticos participados por ambos grupos “la presencia de determinados miembros activos del entorno de la banda terrorista ETA-Batasuna”. Al menos desde 2006.

De hecho, dos de las seis personas que han solicitado la autorización para las protestas ante la delegación del Gobierno, Ángeles Maestro y Aitor Otaduy, están vinculados a la Coordinadora Antifascista de Madrid. Además, tanto Maestro como Otaduy fueron candidatos a las elecciones europeas de 2009 en Iniciativa Internacionalista, junto con otros seis militantes madrileños (formación promovida y avalada por el ilegalizado brazo político de ETA, Batasuna).

Pese a que este grupo no es muy numeroso (poco más de 500 activistas), ya ha protagonizado sonados incidentes como “el ataque a la sede de la Policía Municipal de la calle Montera, en protesta por la muerte de un antisistema en Grecia”, por ejemplo, o la “batalla campal en Vallecas con motivo de una manifestación de ultraderechistas con resultado de 32 detenidos”. También organizaron “la marcha antifascista del 20-N de 2008 donde se intervinieron 62 armas blancas”.

Esta organización la conforman 14 grupos radicales: Rash Madrid (red skins), Bukaneros (ultras del Rayo Vallecano), Iniciativa Comunista, Unión de Jóvenes Comunistas de Madrid, Colectivo de Jóvenes Comunistas y otras formaciones minoritarias.

Varias decenas de los radicales de la Coordinadora Antifascista estuvieron presentes desde el primer momento en la acampada de Sol, si bien no consiguieron hacerse con el control del movimiento. La Policía está convencida de que entre 200 o 300 integrantes de la Coordinadora asistirán a la manifestación del domingo, como ya hicieron en la del 15-M.

En total, 500 policías de la primera Unidad de Intervención Policial de Madrid velarán por la seguridad de los ciudadanos ante las seis columnas. Por desgracia, temen lo peor “por la falta de decisión política ante la hora de cargar cuando sea necesario –si lo es–”.



Fuente: La Gaceta (www.intereconomia.com)