Filosofando con Ortega. Segunda parte. - La Nación Digital

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jueves, 25 de noviembre de 2010

Filosofando con Ortega. Segunda parte.

“Hay quien ha venido al mundo para enamorarse de una sola mujer y, consecuentemente, no es probable que tropiece con ella”.
“El enamoramiento es un estado de miseria mental en que la vida de nuestra conciencia se estrecha, empobrece y paraliza”.
“La belleza que atrae rara vez coincide con la belleza que enamora”.
“Con la moral corregimos los errores de nuestros instintos, y con el amor los errores de nuestra moral”.
“El amor, a quien pintan ciego, es vidente y perspicaz porque el amante ve cosas que el indiferente no ve y por eso ama”.
“El amor auténtico se encuentra siempre hecho. En este amor un ser queda adscrito de una vez para siempre y del todo a otro ser. Es el amor que empieza con el amor”.
“No hay amor sin instinto sexual. El amor usa de este instinto como de una fuerza brutal, como el bergantín usa el viento”.
“El deseo muere automáticamente cuando se logra: fenece al satisfacerse. El amor en cambio, es un eterno insatisfecho”.
“Enamorarse es sentirse encantado por algo, y algo sólo puede encantar si es o parece ser perfección”.
“Los hombres más capaces de pensar sobre el amor son los que menos lo han vivido; y los que lo han vivido suelen ser incapaces de meditar sobre él”.
“Es importante acentuar el papel que juegan sobre el amor la fisonomía y los gestos tales como un beso. Revelan el auténtico ser de la persona que amamos”.
“El amor, más que un poder elemental, parece un género literario. Porque el amor, más que un instinto, es una creación, y aun como creación nada primitiva en el hombre”.
Todas estas citas con las que encabezo la entrada muestra la idea sobre el amor que tenía el filósofo José Ortega y Gasset. Tras haber mostrado la visión que tuvo Ortega acerca de la vida, me pareció sumamente interesante mostrar su opinión acerca de las mujeres…un tema sobre el que un servidor podría decir muchas cosas y ninguna a la vez.
Comenzaré diciendo que la razón por la que creo en la existencia del amor es parecida a aquella por la que creo en la existencia de Dios: por fe derivada de una corazonada o intuición. Por desgracia, soy incapaz de saber si me he enamorado alguna vez ya que no he podido comparar muchas intuiciones. Lo que si sé es que en esa etapa de la vida todo le parece a uno maravilloso, hasta que se da cuenta de que no es así. ¿Y quien tiene la culpa?. ¿Hollywood o el propio ser humano?.
Antes que nada, debemos diferenciar el amor de la atracción sexual. Como a todo hijo de vecino, me gusta admirar la esbelta fisonomía de las mozas de crianza (y este es uno de los motivos por los que no me gusta ir a las bibliotecas a estudiar). Se podría decir que ese es uno de los pocos comportamientos que tenemos todos los hombres españoles en común (y el que diga que no, miente). Pero siendo sinceros, esa admiración hacia la figura de la fémina que pasa a nuestro lado a coger un libro, a subirse al autobús o a buscar a sus amigos en un bar no es más que el más natural de nuestros instintos naturales que se despierta (y con razón, reconozcamos las cosas).
Sin embargo, aquella mujer que tanto idealizamos, con la que soñamos imaginándola perfecta y que tanto buscamos por bares, bibliotecas y los lugares más inimaginables…en definitiva, aquella por la que podemos sentir sincero y verdadero amor…dudo mucho que la encontremos, tal y como pensaba Ortega. Y eso es así por que nos dedicamos a soñar y a ponernos metas inalcanzables en lugar de ser realistas y conformarnos con lo que hay.
Quizá el mayor problema es la manera en la que la mayoría de los españoles decide conformarse. Actualmente, a la mujer únicamente se la concibe como un mero objeto sexual. Y todo gracias a los progresistas. Mucho hablar de “liberación” e “integración” de la mujer en la sociedad, pero la única liberación que se ha otorgado a la mujer es el derecho a la promiscuidad, ocultando que en realidad únicamente se limita a obedecer al varón mujeriego y falto de sentimientos que únicamente la considera un cuerpo bonito y no una persona con dignidad humana.
Cualquiera que escuche a un grupo de progresistas hablando podrá comprobarlo. Yo he escuchado en primera fila a una “progre libertina” (otra forma de definir a las feministas radicales) aconsejar a un varón el utilizar a una joven durante una noche “para darse el gusto”, rematando la faena con “a la mañana siguiente, si te he visto no me acuerdo”. Ese tipo de “consejos” explican por que mujeres como Bibiana Aido han sido ministras en España…¡por que hay muchas como ella!.
Y como el resto de los progresistas, las feministas utilizan la mentira y la tergiversación para lograr sus objetivos. Yo ya he recibido los calificativos de “retrógrado” y “machista” por parte de esa tropa alguna que otra vez únicamente por que me opongo a su modelo de “igualdad”. Más motivos tendría yo para quejarme al escuchar a las feministas hablar con homosexuales acerca de que “el hombre perfecto culto y sensible no existe”.
No contentos con eso, y después de haber negado a Dios y a la Patria, los progresistas también quieren negarnos la existencia del amor, amparándose en un estudio científico. Vamos a ver…¿acaso a alguien le consuela el que el amor pueda ser una sustancia producida por el cerebro?. ¿Acaso le va a doler menos un desenlace trágico por eso?. De la misma manera que al alcohólico que sufre síndrome de abstinencia no le consuela el saber que eso tiene causa científica, al hombre al que le “han partido el corazón” tampoco le va a consolar eso.
Si el amor no existe, que me expliquen a mí por qué hay gente que hace tantas “cosas” cuando está en ese estado: emborracharse, perder unas gafas, pegarse con amigos…¿o acaso no hay personas que han hecho eso a causa de las mujeres?.
¡Ay, las mujeres!. Ciertamente, que sería de nosotros sin ellas. Nos alegran la vista y el día solamente con su presencia (pensé en poner “nos planchan la ropa”, pero a lo mejor alguien me tildaba de machista por no comprender que en esas tareas los hombres no es que seamos muy diestros). Pero ahora no hay quien las aguante.
En “Mi lucha”, Adolf Hitler escribió que “de la misma manera que las mujeres prefieren a los hombres fuertes, los pueblos quieren líderes de ese estilo” (si no fue exactamente así fue parecido, lo que importa es que se entienda que es lo que quiero decir). De siempre la mujer ha preferido al fuerte, entendiendo fuerte por aquel hombre que la cuide y la proteja de todos los malos. Sin embargo, ahora las mujeres buscan “fuertes” de apariencia: niñatos con mucho músculo y poco cerebro que suelen tratarlas como objetos. El musculoso descerebrado y que aparenta ser el más varonil del grupo es el preferido de las “amantes de la libertad” (aclaro que para ser feminista una mujer no tiene por qué considerarse como tal, basta con que esté a favor de la promiscuidad sexual con frases tipo “es mi cuerpo y hago lo que quiero”). En el fondo, esos individuos sacan el instinto animal más bajo de las feministas, que parecen disfrutar de esas relaciones sadomasoquistas en las que ellas presumen de liberación mientras el macho las humilla constantemente.
Obviamente, los dos miembros de ese tipo de parejas son fácilmente manipulables para el Sistema. Ellos, por qué se creen que para ser alguien hay que aparentar ser fuerte y estar tres horas en el cuarto de baño (feminización del hombre en ese sentido). Ellas, por que se piensan que la mujer es libre para acostarse con el que primero con el que se encuentran creyéndose que eso es bueno (masculinización de la mujer). En el fondo Bibiana Aido no miente: hombres y mujeres son iguales…por que el Sistema así lo quiere y así lo ha conseguido.
Es triste que el valor del amor haya degenerado en el de la mera satisfacción sexual. Todo esto se nota ya desde la adolescencia…y puede que desde antes incluso. Dentro de unos años, veremos los efectos de la “generación Física o Química”. No hace falta ser un lince para saber lo “productivos” que van a ser para España…
¡Menuda la que nos espera!...Por delante tenemos la etapa del desamor: considerar a nuestras mujeres objetos de desahogo, abortos a la ligera en jóvenes de 14 a 16 años…y el negocio del amor llevado a cabo por Hollywood.
Yo, por mi parte, voy a seguir soñando con una mujer ideal. A lo mejor eso me hace más llevadera esta “mísera existencia” dentro de las entrañas del Sistema.

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