Gobierno y Generalitat financian asociaciones que atacan a la Iglesia.

En los mismos días que el Papa visitaba España, la ciudad de Barcelona acogía el Foro Llibertat 2010, que se celebraba con un objetivo claro: “Generar propuestas para avanzar hacia una sociedad laica, que puedan ser asumidas tanto por las instituciones como por la ciudadanía”. El encuentro, que recibió 120.000 euros sólo del Ministerio de Exteriores y que también fue financiado por el desaparecido Ministerio de Igualdad, la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona, lo organizaron la Fundación Ferrer i Guárdia y el Movimento laic i Progressista, asociaciones promotoras de las concentraciones anti-Papa bajo el lema: “Yo no te espero”.

Hace pocos días, Jofre Villanueva, secretario general del Movimiento Laico y Progresista declaraba a EFE que era “intolerable” que “el dinero de todos los españoles se invirtiera en pagar la visita del Santo Padre”. En su opinión, “sus gastos no deben ir a cargo de los contribuyentes”. Para Villanueva, por el contrario, sí es justo que los catalanes le otorgasen 765.185 euros de sus bolsillos para financiar las actividades de su fundación.

Por poner un ejemplo, una de ellas: el foro celebrado en Barcelona los días 5, 6 y 7 de noviembre en Barcelona en el que se reunieron especialistas internacionales para concluir que era necesaria una “abolición de los privilegios de las confesiones religiosas mayoritarias” en aras de conquistar “derechos sexuales y reproductivos o derecho a una muerte digna” que no serán”realidades plenas” hasta que “el clericalismo desaparezca de la acción política”. En el encuentro participaron profesores universitarios y representantes de partidos políticos. No faltó a la cita Victorino Mayoral, presidente de la Fundación Cives (ideólogos de la asignatura de Educación para la Ciudadanía).

El invitado más cercano a lo que pudiera ser un representante de la Iglesia Católica era Toni Comín, diputado socialista en el Parlamento catalán, al cual presentaban en la mesa de debate como “cristiano de base”. Comín relataba hace poco en una entrevista: “La Conferencia Episcopal española, en lo moral, es absolutamente retrógrada. Sobre la homosexualidad, intolerable. Y sobre el aborto deberían buscar un debate más matizado [y] teológicamente, están en una lógica inquisitorial”.



Fuente: La Gaceta (www.intereconomia.com)