Marruecos impide entrar en el Sáhara a la prensa española.

El Gobierno de Rabat cerró ayer a cal y canto y sin ninguna explicación la entrada a El Aaiún de varios medios de comunicación —entre ellos TV española, Efe y TV3 de Cataluña— que pretendían informar sobre la muerte del niño saharaui que fue disparado por agentes marroquíes en un campo de refugiados a las afueras de la capital del Sahara Occidental.

El incidente se produjo cuando varias personas a bordo de un vehículo pretendían alcanzar el campamento levantado por miles de ciudadanos en las últimas semanas en la ex colonia española, para pedir al Gobierno de Rabat mejores condiciones de vida.
El fallecido, según fuentes saharauis, es el niño Nayen Elgarhi, de 14 años. Hay, además, varios heridos. Siete, según fuentes saharauis, algunos de ellos de gravedad. Tres, según Marruecos.
Se trata del incidente más grave ocurrido en El Aaiún desde la Intifada (levantamiento popular) de 2005 y ha coincidido además con el viaje al reino alauí del enviado personal del secretario general de la ONU para este conflicto, el norteamericano Christopher Ross, que ayer se entrevistó con el rey Mohamed VI. Está previsto que a principios de noviembre se reúnan en Nueva York las dos partes, Marruecos y el Frente Polisario.
El ruido de un helicóptero
«Eran sobre las siete o siete y media de la tarde (dos horas más en Madrid) y se escuchó el ruido de un helicóptero que descendió y volvió a subir y a continuación el sonido de las sirenas de varias ambulancias a pesar del fuerte viento», relata a ABC la abogada española Cristina Martínez Benítez de Lugo, que se encontraba el domingo en el campamento. Además de esta abogada en el lugar hay al menos otros cinco observadores extranjeros, casi todos españoles.
«En el momento no nos dimos cuenta de lo que había ocurrido. Sólo nos enteramos después, cuando fueron trasladados al hospital, que había habido siete heridos, algunos muy graves, y un muerto. Pero el hospital se encuentra rodeado» y no ha sido posible recabar más datos directamente, añade Benítez de Lugo al otro lado del teléfono móvil.
Rabat dio en la mañana del lunes su versión de los hechos y dijo a través de la agencia oficial Map que «un grupo de individuos», entre los que se encontraba un delincuente, se había saltado un control policial a bordo de dos coches. Desde uno de ellos se produjo un disparo, lo que obligó a las Fuerzas de Seguridad a «responder», según un comunicado del Ministerio del Interior citado por la agencia, que dice que se ha abierto una investigación judicial.
«Una persona resultó muerta y otras tres heridas en el intercambio de disparos», añade el texto, que detalla numerosos antecedentes del supuesto malhechor, de nombre Ahmed Daoudi, pero no dice nada de la víctima mortal ni de los heridos. Rabat añadió después que en el vehículo se hallaron «armas de fuego y cócteles molotov».
«Mentira», afirma en tono enojado a este corresponsal un miembro del Frente Polisario, cuya versión había sido hecha pública con más celeridad que la marroquí. Además de denunciar la muerte a manos de agentes marroquíes reclaman que la Misión de la ONU haga algo para impedir hechos como este.
«Daoudi ha sido operado y le han extraído una bala. Está con vida», confirman a ABC fuentes de la ONG saharaui ASVDH desde El Aaiún tras hablar con su madre.
El vehículo tiroteado pretendía llevar al campamento «agua, alimentos y medicinas» cuando «soldados del Ejército marroquí empezaron a disparar», según la agencia Sahara Press Service. Entre los siete heridos graves se encuentra un ex preso político hermano del muerto.
Miles de saharauis —entre 15.000 y 20.000, según fuentes del Polisario— llevan varias semanas llegando al campamento-protesta levantado en el desierto a una veintena de kilómetros de El Aaiún, capital de la ex colonia española. Exigen a Rabat mejoras sociales.



Fuente: ABC (www.abc.es)