Bono aprovecha su tribuna en el Congreso para ensalzar el republicanismo en España. - La Nación Digital

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viernes, 24 de septiembre de 2010

Bono aprovecha su tribuna en el Congreso para ensalzar el republicanismo en España.

La votación ayer en el Congreso de los Diputados de la Ley de Economía Sostenible, proyecto estrella de Rodríguez Zapatero que ha pasado en el baúl más de un año –ya no tendrá el mismo efecto–, estuvo precedida por una intervención del presidente de la Cámara, José Bono, que convirtió en apología del republicanismo en España. Fue justo entre la conclusión del debate de totalidad de la citada iniciativa, que comienza ahora su tramitación parlamentaria en Comisión, y el voto de las enmiendas a la misma cuando el ex ministro de Defensa aprovechó su tribuna para hacer una presentación interesada del bicentenario de las Cortes de Cádiz.

Con la excusa de que el acto iba a tener lugar al día siguiente, Bono no formuló esta perorata hasta ayer, valiéndose de que todos los diputados (incluido el propio presidente del Gobierno) debían estar en el hemiciclo al someterse a votación la Ley de Economía Sostenible. Este mismo texto podría haber sido leído al comienzo de la sesión plenaria el pasado martes, pero, claro, parece ser que la ocasión no merecía un quórum tan reducido. De este modo, 345 diputados de los 350 que hay en la Cámara baja pudieron escuchar el alegato histórico de parte de la tercera autoridad del Estado. Sin embargo, la sorpresa se instaló en los grupos del hemiciclo cuando el presidente del Congreso dio a su disertación la solemnidad de una declaración institucional. De hecho, así figura en las propias actas de la sesión que recogió para su archivo el servicio de taquigrafía de las Cortes Generales.

Populista
“El Congreso de los Diputados –empezó Bono a recitar–, al recordar hoy tan importante fecha, no puede dejar de rendir homenaje al verdadero protagonista de nuestra historia que es el pueblo español; un pueblo que entonces comenzó una andadura constitucional en la que para su desdicha la libertad iba a ser lo excepcional”. Una introducción con la que el ex ministro preparó el terreno para, acto seguido, insertar su guiño al revisionismo histórico que practica el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. “Dictadores, monarcas y generales poco patriotas” –subrayó, levantando el murmullo en los escaños de la oposición– “proporcionaron el triste resultado de que en los 166 años que van desde la Constitución de Cádiz (1812) a la promulgación de la vigente Constitución (1978) el pueblo español sólo ha disfrutado de 16 años completos de libertad”.

Estas cuentas a la ligera, que provocaron indignación en un buen número de parlamentarios, fueron repetidas intencionadamente por el ex ministro: “Las cifras son bien sencillas de recordar: ciento sesenta y seis años y tan sólo dieciséis de libertad”.

El estupor entre los diputados del PP también se debió al proceso que había auspiciado la lectura de este escrito. Según informaron fuentes parlamentarias, en la Junta de Portavoces del pasado martes, órgano encargado de cerrar el orden del día de la sesión plenaria, el presidente del Congreso se limitó a avanzar que el jueves (por ayer) tomaría la palabra para preludiar los actos conmemorativos por los doscientos años transcurridos desde que las Cortes Generales y Extraordinarias celebraron su primera sesión en San Fernando (Cádiz). En ningún momento, apuntan las mismas fuentes, Bono dio la posibilidad de consensuar el texto, por lo que su intervención “sólo puede entenderse a título personal”.

Desajuste
El peculiar cómputo que hace el presidente del Congreso sólo puede referirse al año y medio de la I República (1873-74), a los ocho de la II (1931-39) y al Trienio Liberal (1820-23). Aun así no salen los famosos 16 años. Puede que cuente, además, el llamado sexenio revolucionario (1868-1974), un periodo con algún experimento democrático como la Constitución de 1869, pero entonces nos encontramos con dos problemas añadidos. En primer lugar, que salen más de 16 años. Y en segundo lugar, que aparecen en danza alguno de esos “generales” a los que alude implícitamente Bono, como Prim o el almirante Topete.

Según las opiniones de expertos recabadas por LA GACETA, la ambigüedad de esos “16 años” sólo puede deberse a la ignorancia de Bono o a un intento de presentar como modelo de libertad experiencias tan poco democráticas como la Segunda República, donde el Estado de derecho brilló por su ausencia y la España de Azaña y Negrín fue tutelada por la Rusia de Stalin. Las dos cosas resultan chocantes en un presidente del Congreso que debe conocer bien la Historia Constitucional española.

Canovismo
Si Bono reduce la libertad a sólo 16 años, deja fuera valiosos experimentos como las Constituciones de 1837 o 1869 y, por supuesto, la etapa de la Restauración iniciada por Cánovas, en 1874 y prolongada hasta la Dictadura de Primo de Rivera, en 1923. Todos los especialistas subrayan que el canovismo marca el nacimiento del parlamentarismo en España, algo que Bono debería saberse al dedillo.



Fuente: La Gaceta (www.intereconomia.com)

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