Reflexiones sobre la orgía violenta de la huelga general. - La Nación Digital

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jueves, 30 de septiembre de 2010

Reflexiones sobre la orgía violenta de la huelga general.

Todo español medianamente informado conoce a día de hoy lo que sucedió ayer en toda España. Violencia gratuita, amenazas, provocaciones, ataques a las autoridades…en resumen, los sindicatos volvieron a demostrar que son los perros del Sistema, esta vez incumpliendo la ley como les vino en gana.
Mis detractores dirán que como van a ser perros del Sistema si incumplen la ley que digo que defienden…pues bien, a esos he de decirles que los aliados de un sistema político no tienen por que ajustarse a la legalidad, especialmente los que dicen ser demócratas, ya que tenemos como ejemplo el siglo XIX español, donde los liberales prometían muchos derechos y libertades y luego no cumplían ni una mínima parte.
Evidentemente, los tiempos cambian, y los sindicatos también. UGT y Comisiones Obreras continúan desprendiendo un cierto tufillo bolchevique digno de la etapa de la II República y la Guerra Civil Española, haciendo menciones a “políticas de izquierdas” y la “clase obrera”. Ayer volvieron a demostrar hasta donde son capaces de llegar con tal de seguir demostrando lo progresistas que son con el objetivo de seguir engañando a los cuatro idiotas que aun siguen creyendo que defienden los intereses de los trabajadores.
Convocaron la huelga general para que nadie trabajara, y por ello desde las primeras horas de la madrugada ya estaban “convenciendo” a los trabajadores para que se “unieran” a la huelga (es fácil convencer a una persona cuando es rodeada por una banda de energúmenos dispuestos a emplear la violencia y que lo más suave que le llaman es “hijo de puta”). Cuando veían que sus argumentos no eran lo suficientemente amenazantes para los “esquiroles”, utilizaban el lanzamiento de huevos con el objetivo de castigar a aquellos que no querían apoyar su causa sectaria (la de la farsa sindical).
Pero no todo fueron huevos. Tal y como grabaron los de Intereconomia con cámara oculta (espero que los periodistas que se creen tan listos comiencen a partir de ahora a dedicar su tiempo a infiltrarse entre los sindicatos y grabar sus ilegalidades), los piquetes armados frente a las líneas de autobuses urbanos tenían ordenes de utilizar la violencia contra aquellos trabajadores que no quisieran unirse a la huelga. En las imágenes se ve a un sindicalista afirmar que si salían autobuses que no eran de los servicios mínimos (que tiene que haber por ley y no por acuerdo), “ellos no serían responsables de las consecuencias”. A estas palabras fueron seguidas por unas sonoras carcajadas de sus compañeros y un individuo que decía “que ni servicios mínimos ni máximos”.
En estos momentos, me acuerdo de la época en que los fascistas italianos, ante la huelga general organizada por los comunistas en Italia en 1922, tomaron el control de los servicios públicos italianos, reventando de esta manera los planes bolcheviques. O en Madrid en 1934, cuando los socialistas quisieron imponer la huelga general en la capital de España, los falangistas se hicieron con el control de los servicios públicos, sustituyendo a los huelguistas, para mandar al traste las intenciones de la UGT de aquel entonces. Sin embargo, la historia fue muy diferente en ambos casos: los fascistas italianos iniciaron la marcha sobre Roma tras reventar la huelga general bolchevique, lo que supuso la toma de poder de Mussolini en Italia, mientras que en España las derechas se quedaron atemorizadas y de brazos cruzados y la Falange no completó lo que habían hecho sus homólogos italianos (Ramiro Ledesma consideró aquel momento la oportunidad histórica del nacionalsindicalismo de llegar al poder), sobre todo por su escaso número de militantes, lo suficiente para reventar una huelga en Madrid pero no para tomar el poder por la fuerza.
Y tampoco hemos de olvidar las disoluciones llevadas a cabo por la policía nacional durante el franquismo cada vez que los comunistas convocaban una huelga (al igual que sucede hoy, esas también lo eran por motivos políticos, y si no, que me expliquen por que se convocaban huelgas en Vascongadas cada vez que detenían a miembros importantes de ETA).
Esa gente si que tuvo valor a la hora de hacer fracasar los planes de un enemigo que todavía sigue haciendo creer que es la solución de los problemas económicos. Todos los españoles de hoy (yo incluido) tenemos mucho que aprender de ellos.
Dejando la Historia a un lado y centrándome en la actualidad, hay que recordar que los sucesos más graves transcurrieron en Barcelona. De la Ciudad Condal han llegado imágenes de coches de policía ardiendo por la acción de cócteles molotov lanzados por individuos de grupos anarquistas y comunistas que, ante la convocatoria de los sindicatos amarillos, aprovecharon la ocasión para salir a la calle a provocar el caos y recordar a la sociedad que siguen ahí sin saber que proponer políticamente. Lo de que la huelga les era indiferente queda demostrado ante el asalto a la Librería Europa de Barcelona. Sinceramente, no hay nada más inculto que romper libros. Ni siquiera yo rompería o quemaría “El capital” de Karl Marx, preferiría llevarlo al reciclado y transformarlo en una obra más útil (a partir de aquí lo dejo a la imaginación de cada uno). Personalmente, lo convertiría en un ejemplar de las “Obras completas de Jose Antonio”, “Obras completas de Ramiro Ledesma”, “El príncipe” de Maquiavelo, “Madrid de corte a checa” de Agustín de Foxá o en una Biblia (seguro que esto último sería lo que más les molestaría a los marxistas).
Estoy harto del Sistema. Harto de sus partidos políticos y sindicatos. Harto de pensar en que el día que termine la carrera (Dios quiera que sea pronto) me veré obligado a trabajar en las entrañas de la democracia liberal…un sistema que he despreciado por que le creía débil y decadente…y ahora me doy cuenta de lo equivocado que he estado.
La democracia liberal es una sociedad decadente, pero no es débil. Tiene dos partidos políticos que copan la mayoría de la población electoral, y por si las cosas se tuercen, tiene unos medios de comunicación a su servicio que emplean una y otra vez la mentira y la manipulación para cimentar sus pilares sobre una población sumisa y manipulada que obedecerá mientras siga en pie el “estado del bienestar”. Si a eso le añadimos la perfecta integración de los sindicatos de orientación marxista (junto a la involuntaria colaboración de los anarquistas) y su legendaria buena fama entre la mayoría de los trabajadores incultos, tenemos un Sistema fortalecido, política y económicamente liberal pero mentalmente marxista.
Cualquiera que haya leído a Ramiro Ledesma podría decirme que eso es falso. Que la democracia liberal es débil, tal y como él decía. Y era así. La democracia liberal de comienzos de siglo era un sistema débil incapaz de frenar el marxismo y el fascismo. Pero tras la Segunda Guerra Mundial, los defensores de la democracia liberal se encargaron repartirse el mundo con el marxismo y poner todos los impedimentos legales para que el fascismo no pudiera volver a llegar al poder por medios legales. Tras la Guerra Fría, se confirmó el fracaso del comunismo, pero la mentalidad materialista del marxismo se convirtió en un miembro más (e integrado perfectamente) dentro de la democracia liberal.
En España (y en Europa entera) hacen falta cambios. La crisis económica, la inmigración, la pérdida de valores…son tan solo la punta del iceberg. El problema es el Sistema. Una huelga general no va a solucionar nada. La única solución está en el desmantelamiento del Sistema y en un cambio en la mentalidad de los europeos. Y esa solución no se encuentra en la violencia sindical de los que se hacen llamar “demócratas”.

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