Zapatero promete más colaboración al PNV y desestabiliza el "cambio" en el País Vasco.

Lo adelantó el propio José Luis Rodríguez Zapatero en julio durante el Debate sobre el Estado de la Nación, en el que Mariano Rajoy pidió solemnemente elecciones anticipadas: “Voy a seguir ese camino cueste lo que cueste y me cueste lo que me cueste”. Así es. Hoy, aún a costa del Gobierno Vasco del “cambio” que preside el lehendakari socialista Patxi López –gracias al acuerdo con los populares de Antonio Basagoiti–. El último regate corto del presidente pasa por los seis escaños del PNV, imprescindibles para sacar adelante los próximos Presupuestos Generales del Estado (PGE) tras la desafección de los grupos de izquierda y nacionalistas, y Zapatero comienza el nuevo curso político proclamando a los cuatro vientos, desde China y Japón, como en la madrugada de ayer hizo desde Tokio, la promesa de una mayor colaboración fluida con los mismos nacionalistas a los que ha desalojado del Gobierno Vasco junto con el PP.

Esto es, Zapatero ofrece un pacto estable a los de Iñigo Urkullu, con quien confesó haber conversado antes de su minigira asiática, tal y como han relatado las agencias desde Japón. Con todo, el peso de esta crucial negociación lo llevarían la ministra de Economía, Elena Salgado, y el portavoz del Grupo Socialista, José Antonio Alonso –aunque, a su vez, los ministros de Fomento e Interior, José Blanco y Alfredo Pérez Rubalcaba, hayan participado en un reciente encuentro con el presidente del PNV, Iñigo Urkullu del que importantes dirigentes del PSE no tenían noticia alguna, según fuentes consultadas por LA GACETA– . El presidente no quiere ni oír hablar de una prorroga de los PGE que le abocaría a un adelanto electoral. Se dice optimista y trata de conservar los apoyos de UPN y Coalición Canaria para futuras votaciones, a quienes citó como posibles apoyos en los PGE, pero reconoce que se hablará con el PNV de asuntos varios –desde impuestos a las pensiones, pasando por los PGE y las políticas de empleo, exigencia innegociable del PNV–. Asimismo, Zapatero declaró que no ve motivos para que se den suspicacias entre los socialistas vascos, ya que la negociación de las transferencias siempre se abordará con el Gobierno Vasco.
Ahora bien, la reivindicación básica del PNV, más allá de la transferencia de las políticas de empleo en las condiciones que proponen –y que supondría la ruptura de la denominada caja única de la Seguridad Social–, pasa por el compromiso del respeto a la lista más votada tras las próximas elecciones. Ésa fue la cuestión por la que Urkullu se interesó en sus entrevistas de antes del verano con Basagoiti y Rajoy, y que supone la paralización de la extensión del “cambio” en el País Vasco a decenas de importantes municipios y las diputaciones, último reducto de poder de los nacionalistas.

La incongruencia de un socialismo que desbanca al PNV junto con los populares del Gobierno Vasco y, pocos meses después, les propone un acuerdo estable negociando competencias propias del lehendakari para salvar los PGE, deja a Patxi López en una posición más que precaria.

Enfado en el PSE
Fuentes cercanas al lehendakari socialista consultadas por LA GACETA destacan “la preocupación y el enfado” de los socialistas vascos, pero quitan hierro a la coyuntura y descartan que “las molestias” pasen a mayores: “López quiere que haya Presupuestos, pero también quiere limitar los daños”. Su aviso sobre la caja única ayer se vio atendido por otras comunidades como Murcia y Castilla y León.

Desde la dirección de los populares vascos asisten atónitos a “la rehabilitación del PNV”. Si, por un lado, no ocultan que se ven beneficiados “porque nos quedamos como los verdaderos garantes del cambio”, por otro, lamentan su paralización. “Si sumáramos con el PSE, el PNV se quedaría sin casi ningún ayuntamiento de más de cincuenta mil habitantes y quizá sin diputaciones; ahora por Zapatero mantienen sillones, que es lo que buscan”, auguran en relación al respeto a la lista más votada, impidiendo alianzas.

Una vez que logren “su cuota de poder, comenzarán una brutal campaña de deslegitimación de López, incidiendo en que no fue el más votado... Gracias a Zapatero, que, como decíamos desde el principio, es el principal peligro para el ‘cambio en Euskadi”, inciden.

Entretanto, socialistas y nacionalistas vascos ayer prosiguieron su cruce de declaraciones. Desde Internet, el dirigente del PSE Txarli Prieto publicó en su blog que ve al PNV “sintiéndose la reina de la fiesta” en la negociación de los PGE, poniendo “el acento en marginar al lehendakari”, mientras que el senador jeltzale Iñaki Anasagasti hacía lo propio en su bitácora diciendo que si Zapatero quiere presupuestos debe decirle “al coro de bocazas” del PSE que se calle. Por su parte, el presidente del Bizkai Buru Batzar, Andoni Ortuzar, indicó en una entrevista a Europa Press que, “a la espera de que se produzcan nuevos contactos”, su formación exigirá “el pleno desarrollo del autogobierno”, incidiendo en aspectos económicos como el del empleo. Ahora bien, el precio de la estabilidad de un Gobierno es muy alto, y como el PNV subrayó antes de verano, solicita desde refrendos al traspaso de las competencias de la Seguridad Social.



Fuente: La Gaceta (www.intereconomia.com)