Batasuna y EA anuncian ya que ETA decretará una "tregua verificable".

El brazo político de ETA y su socio preferente, Eusko Alkartasuna (EA), reconocieron ayer que manejan los planes de la banda terrorista. Y dichos planes son, como adelantó LA GACETA en exclusiva el pasado marzo, que ETA anuncie una tregua “permanente y verificable”. Un anuncio en principio previsto para antes del verano, pero retrasado después por varias circunstancias. Y los verificadores de la tregua deben ser, según esta hoja de ruta, los mediadores internacionales, como también reveló este diario. En suma, una idea similar a la que se siguió en la pacificación de Irlanda del Norte.

Batasuna y EA emitieron un comunicado en el que reconocen que han presentado un documento al resto de formaciones nacionalistas vascas. En ese documento, titulado Acuerdo sobre las condiciones mínimas y suficientes para el desarrollo del proceso democrático, proponen los pasos a seguir en la negociación entre el Gobierno y ETA para alcanzar la paz. La reacción de los autores del texto llegó después de que el diario El Correo diese cuenta de su contenido.

El texto está dividido en tres apartados. En el último, se incluyen ocho puntos claves en el nuevo proceso de paz, ahora rebautizado por ETA-Batasuna como “proceso democrático”. Entre esas condiciones, está la petición de que se derogue la ley de partidos –sí, la que permitió ilegalizar a Batasuna y el resto de marcas electorales de la banda–. También se solicita el final de la dispersión de los presos etarras, con el traslado de todos ellos a cárceles de Euskal Herria. Igualmente, desde Batasuna y EA quieren que se frenen todos los procesos judiciales contra el entramado terrorista. Y, por último, dicen comprometerse a “reparar” a las víctimas.
En las otras partes del documento, se habla nuevamente de “mesas de diálogo”. Aunque se apunta a que los que se sienten en ellas debatan sobre “presos” y “desmilitarización”, pero no sobre política, como ocurrió en las conversaciones de Loyola del proceso de paz. En aquellas conversaciones, el PSE, Batasuna y el PNV llegaron a un principio de acuerdo, luego rechazado por ETA, que incluía la posibilidad de la anexión de Navarra al País Vasco.

Por supuesto, en el documento no podía faltar la mención a las “vías exclusivamente políticas y democráticas” y a la “ausencia de violencia”. Estas expresiones son las que cantan a los cuatro vientos desde el sector de ETA-Batasuna que se ha dado en llamar posibilista. Arnaldo Otegi, Rafael Díez Usabiaga y Rufino Etxebarría lideran este grupo presuntamente desmarcado de la estrategia político-militar de la banda asesina.

Al reconocer la existencia de este texto determinante, Batasuna y EA destacaron ayer que se trata de una extensión del acuerdo que ambos firmaron en Bilbao el pasado 20 de junio. Aquel acuerdo, titulado Bases de un Acuerdo Estratégico entre Fuerzas Políticas Independentistas es la materialización del manido frente soberanista.

Conocidos estos planes de Batasuna y EA, la pregunta clave en el aire es si ETA está al tanto o no de esta propuesta. No son pocos, entre ellos los altavoces mediáticos del Gobierno, los que sostienen que ETA y Batasuna están desvinculados, incluso sin contactos personales desde hace meses (así lo aseguran en El País, por ejemplo). Sin embargo, ahora los batasunos ponen negro sobre blanco la hoja de ruta que conviene a la banda asesina. ¿Es cierta, por tanto, esa división interna entre Batasuna y ETA de la que hablan constantemente el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y sus adláteres?

Las fuentes consultadas por LA GACETA aseguran que sí hay un debate interno, pero apuntan a que no tiene la envergadura que le atribuye el Gobierno. Recuerdan además que ETA planea reorganizar su maltrecha estructura con su enésima tregua-trampa. Y llaman la atención sobre un hecho: en documentos incautados a etarras el año pasado se demuestra que ETA ordenó a Batasuna la creación de un “polo soberanista” junto a EA.



Fuente: La Gaceta (www.intereconomia.com)