El Baúl de la Historia: "Las Guerras Dacias".

En el siglo I, el Imperio Romano hizo numerosos pactos de paz con los países vecinos con el objetivo de preservar la paz en sus fronteras y dentro del mismo Imperio, pero a finales del mismo siglo, el rey de Dacia, Decébalo (Diurppanneo), sucesor del rey Berebistas, rompió esos pactos y tratados de paz con el Imperio Romano atacando Moesia en el año 85 y saqueando varios pueblos que se encontraban alrededor. A ese pacto respondió el emperador Domiciano con dos ataques conocidos como la Primera y Segunda Batalla de Tapae respectivamente: el primer ataque, comandado por el general Cornelio Fusco, fracasó rotundamente; el segundo ataque, comandado por el general Tetio Juliano, fue muy exitoso. Tras esto y tras ver que se necesitaban refuerzos en las fronteras de Panonia debido a los continuos ataques de los sármatas, el emperador Domiciano se vio obligado a firmar una paz humillante con los dacios a la que se añadía el pago de un tributo a los mismos.

A pesar de esta paz firmada, Decébalo acosó continuamente a los comerciantes romanos que pasaban por su país y practicando el pillaje y el saqueo en las poblaciones fronterizas. Con todo esto, Dacia se convirtió en un enemigo potencial del Imperio Romano.

La Primera Guerra Dacia empezó en el año 101 y duró hasta el año siguiente, en 102, cuando Trajano, ya emperador, hubo obtenido el permiso de los senadores. El emperador Trajano avanzó en su marcha contra Dacia para defender los límites del Imperio Romano con un gran ejército bajo su mando. El ejército estaba compuesto por 14 legiones romanas más vexillationes (destacamentos formados para el propósito en cuestión en el ejército romano) de varias otras; en total lo formaban un total de 150.000 hombres.

Trajano siguió con la estrategia romana habitual: aplastar la resistencia enemiga con el poder de sus legiones y, una vez aplastada ésta, iniciar un proceso de romanización de la nueva provincia imponiendo la organización administrativa y de obras públicas romana y aliándose con jefes locales.

Trajano partió de Sirmio con 7 legiones y 41 cohortes auxiliares mixtas más algunas vexillationes, formadas todas las unidades por un total de, aproximadamente, 86.000 hombres. Avanzó hacia Sarmizegetusa, pasando por Tapae, donde tuvo que detener su ofensiva para ocuparse de una incursión bárbara conocida como Batalla de Adamclisi. Tras reanudar la ofensiva, Decébalo tuvo que retroceder hacia el interior de su país mientras Trajano asediaba la ciudad de Sarmizegetusa, victoria que terminó con la rendición de Decébalo y la aceptación de las condiciones impuestas por los romanos.

Con esta victoria, Dacia se convirtió en Estado tributario y aliado de Roma. El emperador Trajano puso varias legiones en el territorio dacio asegurando el dominio romano.

La Segunda Guerra Dacia se llevó a cabo en el año 105 después de que Decébalo volviera a atacar Moesia y las colonias romanas instaladas en Dacia e incitara a las tribus dacias a rebelarse contra el Imperio Romano. Ese año Trajano empezó a reunir las fuerzas y las legiones necesarias para conquistar definitivamente la Dacia. En el año 106 Trajano se encontraba ya dispuesto para empezar la conquista definitiva y, por lo tanto, su campaña final contra los dacios. De las tres fuerzas romanas que iniciaron su avance desde el Danubio,

una estaba comandada por el mismo emperador, quien partió desde Drobeta, situada al sur de la Dacia, ocupando Tapae y pasando a asediar, posteriormente, la capital dacia. Las otras dos columnas romanas partieron de Oescus y Axiopolis atacando el centro y este de la Dacia respectivamente, y, a medida que avanzaban, también fueron arrasándolo todo a su paso. Tras la caída, saqueo y quema de la capital de la Dacia, Decébalo consiguió escapar de los romanos, suicidándose finalmente para evitar ser capturado por los romanos.

Trajano encontró el tesoro del rey enemigo cerca del río Sargetia, tesoro el cual ascendía, aproximadamente, a unos 160.000 kg de oro y a unos 331.000 kg de plata.

El avance romano dentro del territorio dacio continuó, pero la campaña se dio por finalizada tras tomar Porolissum, un enclave de resistencia ubicado en el norte de la Dacia.

La victoria sobre los dacios fue muy importante para el Imperio Romano debido a su gran éxito: el Estado ganó 2.700 millones de sestercios, que junto a las ganancias que producían las minas del oeste de Dacia, pudo iniciarse un gran programa de edificaciones públicas y servicios sociales, con lo cual el emperador Trajano obtuvo el gran apoyo de la población. Además, la ganancia de todo este dinero sirvió para solucionar los problemas económicos que había contraído el Imperio durante el reinado del emperador Domiciano debido a las continuas campañas que se habían iniciado por toda Europa.

Tras la conquista de la Dacia, se inició un proceso de colonización, llevando a dicho territorio a varios miles de ciudadanos romanos de todo el Imperio, y se instalaron dos unidades legionarias, la Legio XIII Gemina en Potaissa, y la Legio I Italica en Novae, para asegurar la defensa de la nueva provincia, sobre todo de los ataques de los germanos y de los sármatas. Una de las ventajas que ofreció Dacia y que también cabe destacar, fue que éste territorio actuó como contención de las invasiones bárbaras impidiendo un contacto inmediato entre estos pueblos y las ricas provincias del interior del Imperio.

El emperador Trajano, para celebrar el éxito de esta campaña, la última campaña de conquista de la civilización romana, pues a partir de entonces los sucesores de Trajano empezaron a optar por tomar una política exterior defensiva, ordenó 123 días de celebraciones en todo el territorio imperial.



Helena López