Un médico abortista abandona su trabajo tras la aprobación de una ley pro-vida en Texas.

La normativa en Texas obliga a las madres que quieren abortar a ver una ecografía y escuchar los latidos de su hijo. El médico no estaba dispuesto a dedicar más horas para las pruebas de ultrasonido.

El médico abortista Neal Adán Poch, de una clínica Planned Parenthood, en Fort Wort (Texas), ha decidido abandonar su trabajo después de la aprobación de la ley en Texas, el pasado mes de mayo, que obligaba a la madre a ver una ecografía y escuchar el latido del feto.

Jeff Williams, coordinador una asociación pro-vida en el norte de Texas, dice que Poch dejó su puesto de trabajo después de 13 años practicando abortos. "Con los nuevos requisitos de la ley, se duplicó su trabajo al tener que realizar pruebas de ultrasonido los miércoles y los jueves por la mañana. Con el nuevo volumen de trabajo, el médico abortista no estaba dispuesto ha hacer ese esfuerzo adicional para seguir matando a los bebes en Fort Worth", explica Williams.

"El doctor Neal Adán Poch realizó su último aborto la semana pasada", dijo el coordinador pro-vida. "A pesar de que es probable que la clínica contrate a un nuevo médico abortista, esta semana la clínica no ha podido practicar abortos", explica Williams, quien atribuye el abandono de este médico a las oraciones y el apoyo de los voluntarios católicos que defienden la "cultura de la vida" y que todos los días del año rezan por el fin del aborto y pasan horas en la puerta de la clínica asesorando a las mujeres que acuden a abortar. Williams aclaró que el médico dejó de practicar abortos no un arrepentimiento de lo que hacía sino por "las molestias que le causaban el cambio de la ley".

Un informe en Texas de una asociación pro-vida indica que 12 clínicas abortistas han cerrado a raíz de la aprobación de la nueva ley.


Fuente: La Gaceta (www.intereconomia.com)