España ha jugado su mejor partido en el momento decisivo del torneo. Con su juego de toque y movimiento ha enamorado y desquiciado a una rácana Portugal que no buscó la portería de Iker Casillas ni cuando fueron perdiendo. De nuevo, la pizarra de Del Bosque funcionó a las mil maravillas cuando puso a Fernando Llorente, clave en el devenir del partido, por Fernando Torres. España ha recuperado su brillo, de la mano de un genial Xavi Hermández, y su mejor imagen para batir al rival de mayor entidad que nos hemos encontrado en el Mundial y ya estamos lanzados para hacer historia. Por fin, España ha demostrado que es mucho mejor que Portugal en el campo, que se va para casa con sólo un gol encajado, el de Villa.
España empezó jugando como mejor sabe. De manera muy rápida, con Xavi como manija y con los delanteros cayendo en banda y con mucha movilidad. Prueba del gran arranque español fueron los tres disparos que pusieron a prueba a Eduardo antes de los diez minutos de encuentro. Primero, Fernando Torres y, después, David Villa, probaron al guardameta del Sporting de Braga. Sin embargo, los nuestros empezaron a diluirse. No movían rápido el balón y era imposible avanzar en la tupida defensa lusa, que metían atrás a todos sus futbolistas excepto Cristiano Ronaldo. Esperábamos todos a un genial Iniesta, pero no estuvo al nivel del encuentro ante Chile.
Entonces, empezó a resurgir Portugal. Con un fútbol ordenado y rácano, buscaban el fallo de España. Cuando éste se producía iban rápidos en busca de la portería de Iker. En el minuto 20 y en el 27, tuvo que responder en dos tiempos a disparos de Tiago y Cristiano Ronaldo. Por suerte, no había ningún luso para empujar los rechaces. Además, una pérdida de Xabi Alonso, a lo que jugaron en la primera parte, le llegó a Meireles para centrar para Almeida, que no llegó por un pelo. Finalmente, llegó el esperado descanso para España porque, claramente, la selección fue de más a menos, mientras Portugal acabó causando peligro en nuestra portería.
La segunda parte comenzó como la primera. España teniendo el balón, pero sin llegar con claridad a la portería contraria hasta que Del Bosque lo cambió todo. Al cuarto de hora, dio entrada a Fernando Llorente por el ‘Niño’ Torres, al que le siguen faltando partidos. Con la entrada del riojano llegaron los mejores minutos de la selección. Primero fue un cabezazo del propio Llorente que despejó Eduardo. Posteriormente, un lanzamiento de Villa que lamió el poste. Y, a continuación, la jugada clave. Iniesta vio a Xavi, que cedió de tacón para Villa. Su disparo lo detuvo el portero, pero el rechace lo introdujo en la portería con el empuje de los millones de españoles que ya coreaban “Villa, Villa, Villa, maravilla”.
El tanto no cambió el guión. Cristiano Ronaldo continuó sin oler el balón, que era propiedad de España. Hasta el final, prácticamente, no pasamos apuros. Sólo España creaba ocasiones con Sergio Ramos, incansable y acertado, Llorente y Villa. Ricardo Costa puso la nota negativa al agredir a Capdevila y vio el camino de los vestuarios antes que sus compañeros. Nadie podía evitar que el mejor ganara. España está en cuartos por mérito propio doblegando a un equipo serio, pero sin ambición y apabullado por el genial juego de los nuestros. (Eduardo Siles / Libertad Digital)
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