La campeona del mundo muere agonizando y se va para casa. - La Nación Digital

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jueves, 24 de junio de 2010

La campeona del mundo muere agonizando y se va para casa.

¿No se lo creen? Pues es tan cierto como que Gattuso fue titular: Italia está eliminada del Mundial de Sudáfrica. Y reitero, aunque les cueste creerlo, es totalmente verdad. Eso sí, se resistió a morir. En la primera parte se dejó llevar y Eslovaquia rentabilizó su dominio con el primero de Vittek. Ya en la segunda, con una Italia más activa, Vittek volvió a golpear. Pero lejos de rendirse y fiel a su historia, Italia se levanto con menos recursos que nunca, pero con la misma fuerza de siempre. Y así acortó distancias Di Natale y luego Howard Webb, el colegiado que arbitró el España-Suiza, anuló el empate de Quagliarella. Parecía cuestión de tiempo que se impusieron los campeones del Mundo, pero apareció Kopunek para destrozar una ya de por sí frágil defensa liderada por Cannavaro y puso el 3-1. Resucitó de sus cenizas Italia y Quagliarella, con el 3-2, dio la oportunidad a Simone Pepe de hacerse inmortal, pero el nuevo jugador de la Juve falló el gol que habría dado el pase a Italia y que hubiera continuado la épica historia de una Italia acostumbrada a sufrir, resistir y ganar. Siempre ganar. Esta vez se emborronó la página donde se escribía la historia italiana y entre el manchón se puede leer que una desconocida Eslovaquía derrotó a la gran Italia, a los guardianes del título Mundial, poseedor de la gloria.

Y es que Italia es diferente por muchas cosas, pero sobre todo es única por su filosofía. Tras dos empates, con un gol de penalti y otro de córner la solución de Lippi es Genaro Gattuso. Ni más ni menos. ¿Se imaginan que pasaría en España si el recurso de Del Bosque para ir a por una victoria vital es un 'perro de presa'? Ardería el país, la prensa, los foros, las redes sociales y todo Internet. En Italia no. La entrada de Gattuso en el once inicial se asume como normal, incluso como un alivio. Sobre todo para De Rossi y para Montolivo, que a la espera de Pirlo, intentan comandar el juego italiano: directo y simple por naturaleza; inconsciente y pasional sin Pirlo y en situación extrema. Como era la de hoy. Pero no funcionó, ni Gattuso en la primera parte, ni un mermado Pirlo en la segunda. Aunque tampoco apareció De Rossi.

El de la Roma empató ante Paraguay y provocó el penalti del 1-1 ante Nueva Zelanda. Su presencia para Lippi y los italianos es fundamental. Hoy, su suerte cambió. En el 25', se confió en la salida de balón y su pase a Montolivo se quedó frágil e incompletó. Robó Eslovaquia y al segundo recibió Vittek, que de primeras batió por raso y cruzado a Marchetti. La gesta italiana se antojaba más gesta que nunca, pero tratándose de Italia todo era posible. En ese minuto, el 25', Italia apenas había pisado el área de Mucha y estaba fuera del Mundial. Terminó la primera mitad, y el 'status quo' era el mismo: Italia, fuera. Y pudo ser peor porque Strba y Stoch probaron un par de veces a Marchetti y Kucka le dio un gran susto de volea en el 45', con un lanzamiento que rasgó la red por el exterior.

Antes de ese minuto, se vivió en el Ellis Park la jugada dramática del partido y quizás del Mundial. Prohibida para los más sensibles. En un choque supuestamente fortuito, Gattuso abrió la rodilla con sus tacos a Strba, el mejor hasta ese momento. Los gritos de lamento y los espasmos desesperados del eslovaco retorciéndose en el césped se comprendieron cuando la realización ofreció un primer plano del ensangrentado boquete en su pierna. Sin exagerar. Y dije antes 'supuestamente fortuito' porque en el 16', el propio Strba vio una amarilla por una entrada a Gattuso. Y el italiano es de los que no perdonan. A pesar de que Vladimir Weis solicitó el cambio y Kopunek estaba preparado, Strba quiso continuar, quizás motivado por una hipotética venganza personal o quizás colectiva, que es más dolorosa.

Quagliarella y Maggio fue el plan b de Lippi. Se fueron Criscito y Gattuso, que se puede despedir de la 'Azurra' con una estrepitosa eliminación y fomentando aún su imagen de tipo duro, por ser benévolos, tras el encontronazo con Strba. El plan C llegó algo más tarde, en el 54', con la entrada de Pirlo por Montolivo.

Italia se recompuso con Maggio de lateral derecho, Zambrotta, izquierdo; Cannavaro y Chielini, en el centro de la zaga. De Rossi y Pirlo se quedaron solos en el centro, con Pepe por un costado, y Di Natale cayendo al otro. Iaquinta y Quagliarella, arriba. Los cambios añadieron coraje y empuje al equipo italiano, y restó valentía al eslovaco. Menos preciso y dominante, aunque siempre intenso en la presión.

Di Natale golpeó al aire en la mejor ocasión hasta el momento (54') de Italia. Luego Eslovaquía volvió a tomar posiciones, tras el agobio inicial de la 'Azurra', y tuvieron un par de 'uys' en varias contras, pero la sensación era la de siempre: Italia acabaría empatando y pasando, porque Nueva Zelanda no encontraba puerta ante Paraguay en el otro partido del grupo F. Ese era el pensamiento general porque de noches épicas se escribe la historia italiana y porque Italia, sin hacer un gran fútbol, estuvo a punto de marcar por medio de dispuso de Quagliarella. En la salida de un córner, el del Nápoles disparó a puerta vacía y su volea se estrelló en la rodilla Skrtel sobre la línea.

El fin italiano parecía consumarse con el segundo de Vittek, que llevó a la red un gran pase de Hamsik. Pero contra Italia no tiene cabida la relajación. Se despistó Eslovaquia e Italia enlazó su mejor jugada del Mundial con Quagliarella conduciendo e Iaquinta devolviendo de tacón para que Di Natale en el rechace de Mucha recortara distancias. Luego Quagliarella marcó en un ajustado fuera de juego para asustar aún más a una Eslovaquía encogida ante la campeona del Mundo.

Dentro de una preciosa locura, Kopunek, que acaba de salir, pareció sentenciar de nuevo en un gol insólito con asistencia desde un saque de banda, pero Italia es difícil de 'matar'. Es como el 'malo' de una de esas películas de serie B que nunca muere. Quagliarella en el primer minuto del descuento sorprendió desde la frontal a Mucha y reavivó el pánico eslovaco y la esperanza 'azurra'. Entre el Nueva Zelanda-Paraguay acabó en empate, así que un gol de Italia le metía en octavos. Lo tuvo Pepe, pasado el descuento y en un balón colgado, pero falló en su empeño de rematar con la derecha un gol que estaba predestinado a su pierna izquierda.

Así acabó el que posiblemente haya sido el mejor partido del Mundial hasta ahora, por lo menos el más pasional y tenso. Eslovaquía hace historia colándose en octavos y eliminando a la campeona del Mundo, que no caía en la fase de grupos desde el Mundial de Alemania 74'.



Fuente: AS (www.as.com)

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