Nada de lo que se dice y se promete por los políticos del sistema merece el menor crédito. No nos limitemos a las ocasiones en que ETA ha prometido y no ha cumplido. Todos los partidos y todas las instancias políticas españolas han incurrido en el mismo delito. La monarquía liberal ya nos ha demostrado lo que puede dar de sí: tiranía, conculcación de los derechos de los padres en la educación de los hijos, aborto fomentado oficialmente, destrucción de la familia, impuestos excesivos y despilfarro oficial de los mismos que ha llevado a la miseria a muchas familias españolas. Y a ello han colaborado, en mayor o menor grado, todos los partidos políticos parlamentarios.
El empleo de eufemismos, indispensable para mentir, se da tanto en los que denominan el crimen del aborto como “interrupción voluntaria del embarazo” como en la declaración que nos ocupa que se refiere al terrorismo criminal como ”actividad armada”.
En la CTC no olvidamos que la actividad de ETA con sus crímenes ha sido una piedra angular en el edificio del actual sistema político español. Fue ETA la encargada de asesinar al almirante Carrero Blanco, siguiendo órdenes de instancias internacionales muy altas y con ayuda de las mismas.
Además a ETA le correspondió la misión de eliminar toda posible resistencia al separatismo en los pueblos de Vascongadas y Navarra. Por medio de asesinatos selectivos hizo desaparecer a las personas que hubieran podido dirigir una oposición a los partidos nacionalistas. Y por el terror que ello ocasionó paralizó toda acción en tal sentido.
Una vez más manifestamos nuestra simpatía y solidaridad con las víctimas de ETA, con un recuerdo especial hacia los primeros asesinados que para nosotros fueron más que unos nombres y apellidos: amigos entrañables. Entonces lloramos su desaparición mientras veíamos al mundo oficial volver la cara y procurar echar tierra sobre los crímenes.
Si ETA finalmente desaparece será, entre otras razones de orden práctico, porque consideren cumplido el objetivo propuesto por las instancias internacionales que nos impusieron esta “democracia” para la destrucción de España: la corrupción moral, social y política de la siempre católica, foral y española región vasco-navarra.
En estas circunstancias, los carlistas mantenemos en alto la única bandera que puede reconciliar a los vascos con su verdadera identidad: Dios y Fueros!, Jaungoikoa ta Foruak!
Junta de Gobierno de la Comunión Tradicionalista Carlista
Fuente: Web de la Comunión Tradicionalista Carlista (www.carlistas.es)
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