El Barcelona derrota a Osasuna por 2 goles a 0. - La Nación Digital

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miércoles, 24 de marzo de 2010

El Barcelona derrota a Osasuna por 2 goles a 0.

Noticia en el Camp Nou: el Barcelona ganó sin goles de Messi, resolvió un partido sin necesidad de un trabajo hercúleo del argentino y de pasó se sacudió la presión y la envío camino de la capital en vísperas del Getafe - Real Madrid. Así es esta carrera frenética por la Liga en la que no se puede conceder ni un milímetro. Y en una lucha tan cerrada un empate en casa parece, en realidad tan liviano, casi un agujero negro. Pero ganó el Barcelona y salvó el segundo escollo en esta semana de nueve puntos que mira de reojo al partido del Bernabéu que aparece como espada de Damocles en el horizonte. Ganó un partido que amenazaba peligro serio en La Romareda, ganó uno ante Osasuna innegociable pero con amenaza invisible: unos puntos que casi nadie siente peligrar, horario extraño y fiesta previa, en este caso homenaje a los campeones de Liga del 85. Schuster incluido, claro.

Vive últimamente el Barcelona en el Camp Nou con un pie en el alambre. Acostumbrado a flirtear con cierta dosis de nerviosismo pero aún más acostumbrado a los finales felices. Regaló el primer tiempo ante Málaga y Valencia y lo regaló también ante Osasuna. O más bien se lo discutió el equipo de Camacho. Pese a que no termina de alejarse de la zona de peligro, salió Osasuna como un equipo despreocupado y alegre, tuteó al Barcelona sin complejos y discutió la posesión y las ocasiones con un gran repliegue defensivo y velocidad y movilidad en ataque con Massoud de referencia y Juanfran, Vadocz y Camuñas buscando petróleo a la espalda de la defensa culé. En el arranque Vadocz obligó a Valdés a una parada superlativa, a bocajarro. En el área de Ricardo, el Barcelona sólo entraba en híper velocidad a partir de Messi, liberado por la zona central. Alves no tenía trascendencia, como Henry o un oscuro Iniesta. Y todas las ocasiones morían en Ibrahimovic, que esta vez puso máxima voluntad pero cuyos rivales son más sus propios demonios que los defensas contrarios. Tuvo ocasiones el Barça pero se fue al descanso tras vivir unos últimos minutos demasiado cerca de su área.

Ibrahimovic, de héroe a villano

Como ante el Valencia, al Barcelona le bastó con volverse reconocible en el segundo tiempo. El partido se volvió previsible con Osasuna resistiendo cada vez más metido en su área, cada vez más separado del balón, y el Barça comprimiendo el partido y madurando al rival; Robando, presionando, moviendo con rapidez, generando fútbol.

Como está sin Xavi y tuvo que jugar sin Piqué (que faltó en las malas experiencias de Almería y el Calderón) le costó al Barcelona romper la lata después de acumular méritos gracias, como ante el Valencia, a los ajustes de Guardiola en el vestuario: Pedro por Henry, el canario en una banda, Iniesta en otra y Messi por detrás de Ibrahimovic. Así, poco misterio pero resultado óptimo, el Barcelona empezó a subir revoluciones. Pedro agitó el ataque, Iniesta se reencontró y ejerció de dinamo y Touré se liberó en la medular y lanzó su enorme presencia cada vez más cerca del área. La entrada posterior de Keita también ayudó al proceso de asfixia de un Osasuna al que le quedaba resistir...y rezar.

Y la resistencia de Osasuna duró una hora, lo suficiente para que el Camp Nou, hasta entonces confiado, comenzara a dudar y a temer un accidente tan imprevisto como desastroso. Los nervios enfocaron a Velasco Carballo y hubo gritos de "villarato, villarato". Ibrahimovic centraba el debate entre aplausos y pitos, expuesto por no conseguir generar juego -remates, segundas jugadas...- cuando el equipo le buscaba en largo. Y cuando la grada se polarizaba, cuando los detractores miraban cada vez con más recelo y Bojan se preparaba para entrar, el sueco apareció para romper el partido. Ejerció su trabajo de goleador y culminó en el segundo palo una jugada que fue puro Barcelona, hermosa y mil veces vista, y las que quedan, en el Camp Nou: generada por un lado (Pedro), trasladada al contrario (Iniesta) con triangulación letal en el área entre el desdoblado (Maxwell) y el finalizador (Ibra).

Acto seguido, el sueco se fue, aplaudido. Así es el fútbol, de villano a héroe por uno de esos remates que se le han venido resistiendo demasiado en la segunda vuelta. En su lugar entró Bojan, que marcó el segundo al remachar otra buena asistencia de Iniesta, que alcanzó un gran nivel en el tramo final del partido. Otra muy buena noticia para el Barcelona.

El segundo gol premió la intensidad final del Barcelona, que cerró el partido en área rival ante un Osasuna al que el primer gol pilló ya sin fuerza y sin plan, sin posibilidad de invertir la tendencia que tenía un partido ya totalmente concentrado en su área. El Barça terminó atacando y atacando (Keita, Alves, Pedro, Iniesta...), la mejor forma de evitar sustos y dejar con buen sabor de boca a una afición que superó un pequeño susto y ahora pone los ojos en Getafe. Así es esta Liga. Empatar es pecado, en casa sentencia de muerte. Ganó el Barcelona, le toca al Madrid. Sigue la partida. Pasen y vean.



Fuente: AS (www.as.com)

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