MSR-Galicia/El pueblo español está siendo víctima de la congelación de las pensiones, la reducción del salario de los trabajadores públicos y de los recortes presupuestarios en sanidad, educación y demás servicios sociales vinculados al Estado del Bienestar, entre los que se encuentran los servicios domiciliarios a personas dependientes. Recortes sociales realizados bajo la mentira de ser exigencia de los mercados financieros, cuando estos lo único que demandan es una reducción del déficit y deuda pública.
¿Existe alternativa a los recortes sociales? Sí, los cuales además de ser evitables son contraproducentes: por desmantelar el Estado del Bienestar, cuando contamos con el “Estado del Bienestar” menos financiado dela Eurozona, y por perpetuar el estancamiento económico, responsable de la débil demanda existente y de la intensa destrucción de puestos de trabajo que está experimentando la economía española.
Tengamos presente que un estudio que analiza datos dela OMSy dela OCDEentre 1970 y 1927, muestra que cada incremento del desempleo del 1% va unido a un aumento del 0,8% de la mortalidad por suicidio. Y si el aumento de la tasa de desempleo fuese del 3%, el incremento de la mortalidad por suicidio en personas en edad de trabajar sería del 4,5% y por enfermedades relacionadas con el abuso del alcohol del 28%. ¿Es esta la sociedad que anhelamos?
Siendo algunas de estas alternativas a los recortes sociales:
-La retirada del ejército español de Afganistán, el Líbano y Somalia. Lo que reportaría un ahorro similar a la congelación de las pensiones.
-Revertir la bajada de impuestos de las dos últimas décadas, que ha favorecido principalmente a las rentas más elevadas: las rentas de 300.000 euros anuales se beneficiaron de un descenso del 37% en el impuesto sobre la renta, frente al 1,7% de las rentas de 22.300 euros.
Sin olvidarnos del trato favorable que reciben las Sociedades de Inversión Colectiva en Renta Variable. Que son sociedades anónimas que por su naturaleza deberían pagar unos impuestos entre el 30% y 35% de sus beneficios. Pero que en la práctica sólo tributan al 1% desde que se constituyeron en 2003. En los últimos años estas empresas obtuvieron más de 8.000 millones de euros de beneficios y solo pagaron en impuestos en torno a los 50 millones de euros. Al 35% les hubiesen correspondido pagar 1.750 millones.
El Fondo Monetario Internacional alega que la mitad del déficit español ha estado provocado por la reducción de impuestos aplicada durante los últimos veinte años.
-Combatir el fraude fiscal. No entendiendo como lucha contra el fraude quela Agencia Tributariadestine la mayoría de sus recursos para combatir el fraude incurrido por los autónomos, cuando únicamente representa el 8% de su totalidad, obviando que el 71% del fraude fiscal realizado en Español tiene en la banca, las grandes empresas y rentas altas a sus protagonistas, y que asciende hasta los 42.711 millones de euros anuales.
Según el colectivo de Técnicos del Ministerio de Economía y Hacienda uno de cada cuatro euros que mueve la economía española no paga a Hacienda.
-Reducir el elevado carácter regresivo y el reducido contenido redistributivo de la política fiscal española. Pues mientras que un trabajador asalariado que gana el salario, 22.802 euros anuales, destina a impuestos el 37% del mismo, las grandes empresas el 19,5% de sus beneficios, las medianas empresas el 21,2% y las pequeñas empresas el 23,9%.
Este mejor trato de la clase política a las rentas del capital siempre se ha justificado por considerar que es el capital el creador de puestos de trabajo, cuando la observación empírica nos permite concluir que se creó más empleo en aquellos períodos en los que no se redujo fuertemente los impuestos sobre el capital.
En el sentido de recuperar el carácter redistributivo perdido por la política fiscal resulta imprescindible recuperar el nivel de imposición del impuesto sobre el patrimonio, el impuesto sobre sociedades, el impuesto sobre sucesiones y el impuesto sobre las grandes riquezas; permitiendo al Estado ingresar más de 24.000 millones de euros sin alterar el poder de compra de las rentas bajas y medias.
-Crear nuevos impuestos: impuestos ecológicos, impuestos sobre el turismo y la introducción de la progresividad en las multas, que permitan que además del delito incurrido dependan del poder adquisitivo del infractor.
Preguntémonos por qué al hablar de reducir el déficit se habla de recortes, austeridad y control del gasto público, olvidándose de los ingresos públicos. Porque la reducción del déficit público por medio de la reducción del gasto público tiene un importante matiz ideológico. La reducción del déficit no es un fin, sino un instrumento para quela Bancay el Gran Capital logren sus objetivos: pues persigue priorizar el pago de la deuda y los intereses generados por ella sobre el gasto social; gasto que al ser recortado requerirá la privatización de los servicios sociales, constituyéndose, así, en una fuente de ingresos del capital. Nos encontramos ante la versión moderna de la gallina de los huevos de oro: el recorte del gasto público social.
Secretaría de Comunicación del MSR-Galicia
Fuente: Web del Movimiento Social Republicano (www.msr.org.es)
No hay comentarios:
Publicar un comentario