Los actores se echan a la trinchera de nuevo.

No me gusta publicar entradas tan de seguido, pero llevaba días oyendo hablar de la existencia de un video en el que salen actores partidarios del Gobierno hablando de las victimas de la Guerra Civil y, tras verlo, no he podido evitar escribir esto y publicarlo. Me refiero al video donde Almodóvar, Maribel Verdú, Hugo Silva, Javier Bardem, Paco León y otros tantos actores salen hablando acerca de las victimas del franquismo.
Para empezar, esta no es la primera vez que esta gente toca esos temas.
Suele ser habitual verles en hacer propagandas a favor de la izquierda en general y el PSOE en particular. Y no lo digo por la defensa de los homosexuales realizada por Almodóvar, sino también por Maribel Verdú, a la que hace poco pudimos ver en “Los girasoles ciegos” en Televisión Española, que junto con “Las 13 rosas” son las películas mas revanchistas y manipuladoras hechas últimamente acerca de la Guerra Civil Española.
Lo que se puede decir que me ha ofendido más es que la palabra “falangista” se ha nombrado más de una vez, seguramente con la intención de atacar esas ideas por el caso del juez Garzón. Me da la ligera sensación de que Hugo Silva se refería a la llamada “patrulla del amanecer” liderada por Onésimo Redondo, y me parece una injuria lo de que un grupo de falangistas violara a una mujer. Sin embargo, en caso de que esto fuera cierto, diría que esos individuos son indignos de haber lucido el yugo y las flechas, la camisa azul y el haberse hecho llamar falangistas.
A lo mejor le he chafado a algún elemento de izquierdas el verme justificar la violación de una mujer solo por que la cometieran personajes que serian mis camaradas ideológicos. Pues lo siento, pero al igual que muchos otros nacionalsindicalistas, considero ese tipo de comportamientos indignos de un falangista en particular o de un patriota en general.
Volviendo al video, todos terminaban diciendo: no tuve un juicio justo ni un abogado, mi familia me busca, ¿hasta cuando?. Ese último “¿hasta cuando?” lo dicen con un gesto de rabia muy bien hecho como actores que son.
Pues ahora les voy a responder yo.
Matías Montero era un joven estudiante afiliado a Falange Española. Solía vender periódicos de la formación hasta que fue asesinado cuando realizaba su labor. Jamás se detuvo a nadie por ello. Entre sus papeles, se encontraron posibles artículos en los que se hablaba de amor a España. Aun sigue sin haber justicia por este caso. ¿Hasta cuando?.
El asesinato de Matías Montero fue la gota que colmó el vaso. Antes de él, ya habían sido asesinados varios miembros de Falange Española, muchos de ellos estudiantes. A día de hoy, se les sigue injuriando, diciendo que eran ellos lo que alteraban el orden público. ¿Es eso hacer justicia?. ¿Usar la manipulación histórica?.
Calvo Sotelo era uno de los líderes de la oposición al Gobierno del Frente Popular. Una noche, se presentaron en su casa varios policías a buscarle para llevarle a interrogar.
Se le llevaron ignorando su condición de inmunidad por ser diputado y, cuando subió a la furgoneta, un militante de Juventudes Socialistas (guardaespaldas de Indalecio Prieto, líder del PSOE) le metió dos tiros en la nuca. Le tiraron delante del cementerio de la Almudena.
Esto es justificado por los socialistas como una venganza por el asesinato de un guardia civil republicano. Pues bien, si de verdad el Frente Popular era demócrata, tal y como nos lo cuentan hoy, el asesinato de Calvo Sotelo fue terrorismo de Estado.
Un Estado demócrata no puede tomarse la justicia por su mano, debe de cumplir las leyes que afirma defender. Y en un Estado verdaderamente democrático, se hace un juicio antes de mandar a alguien a prisión.
Por supuesto, se que el Frente Popular no era demócrata ni nada por el estilo, solo estaba diciéndolo desde la mas pura suposición.
Algunos dirán que el régimen de Franco también hizo terrorismo de Estado. Pues no. El régimen de Franco no era demócrata, y la persecución a la oposición política era algo legal.
La hipocresía de la izquierda en este sentido es muy grande.
Jose Antonio Primo de Rivera fue encarcelado junto al resto de jefes falangistas acusados de alterar el orden público. En ese tiempo, los primeros que alteraban el orden público eran los que formarían el Frente Popular. El que no se lo crea, que se mire el golpe de Estado del 34, organizado por el PSOE, que han cambiado por la denominación de “huelga revolucionaria”.
El Frente Popular no hizo nada por solucionar la conflictividad social. Todos los políticos llevaban una escolta de militantes de sus partidos como guardaespaldas, a ellos les daba igual que en las calles la gente se matara.
Se dice que Calvo Sotelo quería sacar el ejército a la calle para dar un golpe de Estado, pero lo que exigía era el cumplimiento de la ley. Esas palabras de Calvo Sotelo le valieron una amenaza de muerte de la Pasionaria. El otro día, mirando un libro de textos históricos escolar de hoy, vi ese mismo discurso de la loca esa. Y, “curiosamente”, la parte final no aparece, está borrada.
O el caso más gordo: el de Santiago Carrillo en Paracuellos del Jarama. Uno de los genocidios mas brutales de la Guerra Civil. Demos gracias a Dios de que los comunistas eran pocos en comparación con los socialistas o los de Izquierda Republicana, por que si no, prefiero no imaginarme como hubiera acabado España entonces.
Sin darme cuenta, he acabado cambiando de tema. Quiero terminar diciendo que en España hay que pasar página de todo esto, pero sabiendo muy bien lo que pasó. Parece que, para algunos, por que hubiera un régimen que durara 40 años ya está todo esto solucionado y no hay que pedir justicia por ello. Si ellos piden justicia por los suyos, pidamos nosotros por los nuestros.
Hay que ver lo que son las cosas, en mi familia no hay ni fusilados ni adeptos al bando nacional, pero al final voy a terminar mis días matándome con gente de mi edad por cosas que otros cometieron hace 84 años.
Dios no lo quiera, prefiero ver con mis propios ojos el triunfo de una revolución nacionalsindicalista pero no a través de alzamientos, sino a través de un cambio en la mentalidad del pueblo español, por muy utópico e imposible que parezca.