Este 20 de Noviembre hay convocadas elecciones generales, unas elecciones distintas no solo por la situación que se esta viviendo, sino porque tras la última reforma de la ley electoral deja claro cual es la verdadera naturaleza del Sistema.
Supuestamente según la definición que la democracia parlamentaria hace de si misma, esta es una forma de organización política en el que la soberanía reside en el pueblo, pueblo que se organiza en partidos políticos mediante los cuales hace titularidad de ese poder para que la toma de decisiones responda a la voluntad colectiva
Voluntad que se hace patente mediante elecciones, un mecanismo de participación indirecta en el que el pueblo hace constancia de su preferencia eligiendo al partido político cuyas ideas prefiera.
Sin embargo tras la reforma de la ley electoral que obliga a todo partido que no haya obtenido representación en las elecciones anteriores a recoger avales por el 0,1 del censo en unos pocos días en la práctica impide a los partidos minoritarios no oficiales el acceso a las elecciones.
Un cambio cuyo objetivo va más allá del de los políticos profesionales que como casta privilegiada quieren seguir manteniéndose en el Gobierno el mayor tiempo posible ante la ascensión de diversos partidos no oficiales que restan dinero y poder a los tradicionales; sino que principalmente es una medida para controlar la posibilidad que tras alguno de estos partidos nuevos que puedan ir ascendiendo se encuentre una verdadera defensa de planteamientos políticos sociales y económicos contrarios la correlación de fuerzas establecidas en la sociedad.
Un factor cada vez más probable principalmente por el cambio de conciencia que en la sociedad se esta produciendo, ya que a pesar del lavado de cerebro constante mediante sus medios de desinformación y control de masas, la población va percibiendo, sobre todo con esta crisis y las medidas concretas que se están tomando, como los intereses específicos que guía a esta casta gobernante profesional para ejecutar esas políticas, sociales y económicas son contrarias a los intereses del conjunto de la sociedad.
Es manifiesto como todos los gobiernos de todos los países están tomando de forma descarada medidas que no solo no buscan el bienestar social, sino el de mantener y aumentar los intereses de grupos económicos predominantes, a costa de empeorar la situación actual y futura del conjunto de la sociedad, de forma que los gobiernos democráticos no actúan de acuerdo con las necesidades del conjunto de la sociedad, sino contra ellas, ya que aunque mediante el sistema democrático se suponga que la población expresa libremente sus preferencias, no es la sociedad la que elige a los gobernantes y las medidas que han de llevar a cabo, sino que a la sociedad se lo hacen creer al poder votar a uno u otro, pero realmente lo que esta haciendo la sociedad es elegir entre lo que se le ofrece.
Las decisiones de política económica que se están adoptando no hacen más que reflejar la relación relativa de fuerzas que existen en la sociedad, en la que los grandes grupos capitalistas encabezados por las finanzas han llegado a tener tanta fuerza que ya directamente imponen a los políticos las decisiones a tomar sin ningún coste.
Ante ello la sociedad es muy difícil que se pueda organizar, ya que es muy difícil establecer incentivos comunes a toda ella, y muchos menos ante las nuevas sociedades tan heterogéneas racial, social y culturalmente, diversidad de características que se transforman en diversidad de preferencias de todos sus miembros, muchas de ellas contrapuestas, impidiendo luchar contra el propio sistema.
Problemas organizacionales que se ven reflejados a la hora de organizarse políticamente no solo por los elevados costes de diversos tipos (costes económicos, temporales, sociales), sino por el propio control que los grandes capitales hacen de todo el sistema y que hacen difícil que cualquier organización no controlada por ellos, pueda empezar a tener cualquier tipo de relevancia política; excepto claro esta que se produzca algún tipo de cataclismo social, situación violenta o de inestabilidad (como la situación actual) que pueda catapultar a alguna organización de este tipo a la primera plana y empezar a crecer.
De ahí la reforma electoral, una reforma electoral que no será la ultima, pues si hace falta harán las reformas que hagan falta si grupos contrarios incrementan su relevancia cada vez más se aumentarán los requisitos para poder presentarse, o acceder a un puesto de responsabilidad política que pueda poner en jaque los requisitos políticos y sociales del capitalismo liberal, un sistema económico en que las políticas destinadas a lograr el pleno empleo, con bajos niveles de inflación es incompatible con los intereses de los grandes capitalistas (que no empresarios), aun cuando las políticas de estos grandes capitalistas están provocando cada vez más desigualdades que abocan a crisis como la que estamos viviendo en las que en vez de solucionar los grandes desequilibrios del sistema lo que se hace es establecer medidas para mantener y aumentar estos privilegios, aún a costa de una mayor inestabilidad futura.
Lo que se esta pretendiendo es salir de la crisis a base de recortar los derechos sociales, convirtiéndolos en otros negocios privados, de hecho, lo que se decide en estas elecciones es quién pondrá en marcha toda la batería de recortes de derechos sociales que han sido establecidos.
Ante toda esto, Alianza Nacional ha decidido no sólo no presentarse a las elecciones, sino pedir el boicot a las mismas, ya que consideramos que el actual régimen no es más que la dictadura de los grandes capitales que son los que dictan las políticas a seguir en su beneficio mediante sus títeres políticos, y arropados por todos los medios de desinformación y control de masas.
Contra la dictadura del capital y todos sus esbirros.
Por una economía social y nacional.
Boicot a las elecciones, urnas vacías.
Fuente: Web de Alianza Nacional (www.lostuyos.net)
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