El Atlético de Madrid pasa de ronda en la Europa League tras empatar a 2 con el Sporting de Lisboa. - La Nación Digital

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viernes, 19 de marzo de 2010

El Atlético de Madrid pasa de ronda en la Europa League tras empatar a 2 con el Sporting de Lisboa.

El Atleti sufrió, claro que sí, pero con Agüero las penas son menos. A menudo no son nada, sólo risa. Porque si el inesperado asalto rojiblanco a esta Europa League sigue tomando cuerpo es gracias a la nueva exhibición del argentino, que ayer destrozó al Sporting como antes ya lo había hecho con el PSV o el Chelsea en sus dos añitos escasos de experiencia continental. No es futbolista de escenarios menores, eso está claro. El próximo rival ya sabe lo que le espera: un fenómeno.

Si el objetivo de Quique era enganchar un gol y a vivir, se cumplió pronto. A los 3 minutos, un mal despeje cayó en los pies de Antonio López que metió el balón al área. Allí, como en los chistes, acudieron un portugués (Rui Patricio), un brasileño (Polga) y un argentino (Agüero), todos con las mismas opciones de alcanzar la pelota. Medio segundo después, dos se miraban con cara de tontos y un tercero lo celebraba con sus compañeros. Adivinan quién fue el más listo, ¿no?

Durante un rato, el sueño de Quique parecía factible. Con la ventaja, el Atleti asumió un plácido dominio mientras el Sporting daba palos de ciego y de los otros. Caneira y Polga se preguntaban por qué diablos el destino les había gastado la broma pesada de enfrentarse a Agüero cuando ellos ya sólo se veían como felices suplentes de Carriço y Tonel. Hay días que es mejor no levantarse.

Pero entonces Reyes cometió un error propio de futbolista en estado de gracia: se sobreestimó. Quiso regatear a tres y perdió el balón que dio pie a una contra muy bien llevada por el Sporting, hasta que Saleiro se inventó un centro magnífico al segundo palo. De Gea no pudo llegar, Perea no se dio por aludido y Liedson cabeceó como el delantero listísimo que es.

Sin embargo, el Atleti no acusó el golpe y siguió tocando mucho más de lo esperado sin Tiago. Le faltaba profundidad, pero le sobraba calma. Antes o después, el balón le llegaría a Agüero. Y le llegó. Se lo dio Reyes con un buen pase interior y el resto fue arte romariano. Un recorte a Caneira y un remate sutil e imparable con el exterior. Golazo y el Atleti crecido a su rebufo. Durante un rato los 2.500 rojiblancos en el Alvalade corearon con olés la sucesión de toques de los suyos, que parecían otros, pero...

Otra historia.
Pero justo antes del descanso, mazazo. Una falta lateral, un despiste general y Polga que peina más solo que la una en la frontal del área pequeña. Esta vez sí, el Atleti se resintió y el que salió del vestuario para la segunda parte era una sombra del de la primera. El Sporting dominó con claridad gracias a la banda izquierda Veloso-Vukcevic y a las malas intenciones de Liedson, pero descubrieron a los nuevos héroes atléticos: Domínguez, impecable, y De Gea, que hizo el paradón suyo de cada día en un tiro a bocajarro de Saleiro.

El Atleti resistió pese a los titubeos en los cambios de Quique, que metió a Forlán demasiado tarde y por Kun en lugar de por el desaparecido Jurado, provocando el razonable mosqueo de Agüero, que seguía dando pánico y no juega el domingo. Cosas de entrenadores. Pero el final fue feliz y eso es lo único que cuenta. El Atleti galopa por Europa a lomos de Agüero, un purasangre sin techo conocido.



Fuente: AS (www.as.com)

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