"Nuestro fracaso (a la hora de) actuar con responsabilidad a nivel federal sólo abrirá la puerta a la irresponsabilidad de otros", declaró.
El pasado lunes, el estado de Arizona aprobó una controvertida ley que da potestad a la Policía del estado --fronterizo con México-- a detener a los inmigrantes que no lleven consigo los documentos que acrediten su situación regular en el país, una medida que según los críticos tiene un perfil racista. El gobernador, el republicano Jan Brewer, aún no ha firmado la ley.
"Eso incluye, por ejemplo, las recientes iniciativas en Arizona, que amenazan con minar las nociones básicas de la imparcialidad que como americanos apreciamos", comentó a este respecto Obama, y dijo que "la confianza entre la Policía y sus comunidades" es "crucial" para mantener la seguridad. El presidente ya ha ordenado al Departamento de Justicia que determine si la ley incumple los derechos civiles.
"Hoy celebramos la propia esencia del país que todos nosotros amamos, una América donde muchos de nuestros antepasados vinieron de otros lugares", dijo el dignatario norteamericano en un acto de la Casa Blanca en el que 24 miembros del Ejército originarios de otros países obtuvieron la nacionalidad estadounidense.
En su opinión, Estados Unidos debe seguir siendo "una nación de inmigrantes y una nación de leyes". "Esto incluye la reparación del descompuesto sistema de inmigración de América", añadió Obama, cuyo padre era de Kenia.
Los congresistas demócratas sopesan la posibilidad de intentar impulsar este año la reforma de inmigración, asunto clave en un país en el que se estima que viven cerca de 10,8 millones de inmigrantes ilegales (Europa Press)
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