Forlán pone la final a un paso para el Atlético de Madrid. - La Nación Digital

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viernes, 23 de abril de 2010

Forlán pone la final a un paso para el Atlético de Madrid.

No fue ni hermoso ni heroico, fue serio y efectivo. Así leído, se adivinaría una victoria del Liverpool, pero no, fue del Atleti. Un Atleti que aceptó la guerra táctica que planteaba Benítez y ganó cada batalla. El gol, improbable invitado a este ejercicio de contención, de llegar sería por accidente y en área de Reina, por una cuestión de cercanía, y así sucedió. Curiosamente, uno de los goles más feos de la historia del Atleti y del currículum de Forlán será recordado entre los más hermosos. La belleza se multiplica en ciertos escenarios, sean discotecas o semifinales.

Llegó pronto, después de 9 minutos donde el protagonista había sido el estadio, lleno, encendido, precioso, uno más, el mejor. Anfield es mucho, pero el Calderón ayer no tuvo nada que envidiarle. Y mientras el Liverpool miraba boquiabierto, Jurado se internó por la derecha y puso un centro perfecto a Forlán para que cabeceara a placer. Pero el uruguayo la pegó con la nariz en un fallo garrafal que de inmediato se convirtió en amago maradoniano, porque el balón se le quedó a los pies y, en semifallo, superó la salida de Reina y la chilena fallida de Carragher. Si a veces los balones entran llorando, éste lo hizo a chorro, como Heidi.

El gol no cambió el planteamiento de ninguno y durante el resto de la noche dio la sensación de que si el árbitro les ofrecía dejarlo de inmediato con ese resultado, Quique y Benítez firmaban. Las ocasiones goteaban lentamente. Dos fueras de juego inexistentes a Forlán y Benayoun cuando se quedaban solos y una arrancada marca de la casa de Ujfalusi, que remató fuera. El Liverpool no es que añore a Torres, es que le llora por las esquinas. Gerrard dejó dos arrancadas en la primera parte antes de desaparecer en la segunda, Kuyt lo intentó en solitario, Benayoun no la olió y N'Gog fue un fantasma.

Y Quique lo debió ver claro porque, tras el descanso, sus futbolistas salieron del vestuario con un punto más de ambición. Reyes se fue gustando, Jurado tuvo más constancia que de costumbre y Raúl García respondió y superó a Mascherano.

Así, sin excesos, llegaron tres ocasiones claras. Primero, Forlán se equivocó. Intentó una vaselina sobre Reina cuando se quedaba solo y pifió el remate. Y cuando la grada aún seguía comentándolo, Ujfalusi, enorme toda la noche, llegó a la línea de fondo y puso un gran centro que Simao pegó de maravilla a bote pronto, pero Reina respondió con una mano magistral. Como un rato después ante un buen disparo de Ujfalusi.

Gran zaga. Mientras Reina se lucía, De Gea vivía su día más tranquilo en el Atleti. Ni un tiro a puerta ni un córner. Y el mérito para una defensa impecable con ovación especial para Perea, que hizo tres cortes de esos que sólo el logra sin meterse en ningún lío de esos que sólo él provoca. Sensacional.

Y el partido murió con el Atleti sacando córners, ni un apuro, ni un suspiro, nada. El Atleti anoche pareció un buen equipo italiano y eso es un diploma para Quique, ganador a los puntos por decisión unánime. El 1-0 es magnífico pero queda Anfield. Allí jugará The Kop, pero también Agüero. La ventaja es atlética. La final está a un paso.


Fuente: AS (www.as.com)

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