En declaraciones a Europa Press, el intendente portavoz de la Urbana, Carles Reyner, ha concretado que entre julio y septiembre se han interpuesto 27.587 denuncias, cuando el año pasado fueron 23.659, y se han incautado 437.127 objetos de una práctica que se concentra sobre todo en el centro de la ciudad, el parque Güell y la playa.
Este verano han empezado a combatir una figura que hasta ahora permanecía más en la sombra: los colaboradores --que avisan cuando una zona está tranquila y dan el chivatazo si viene la policía--, contra quien se han duplicado las denuncias hasta las 1.895.
Las denuncias por 'top manta' de cualquier producto han ascendido a 4.763 (45,3% más); concretamente, las de vendedores de alimentos y bebidas, a 6.624 (26,3% más), mientras que por abandono de mercancías se sitúa en cifras similares (1,2% más) y se elevan a 14.236.
Desde este verano funciona la unidad contra el 'top manta' en la policía barcelonesa, formada por unos 40 agentes y coordinada por un mando único, que recibe el apoyo de la Unidad de Policía Administrativa y de Seguridad (Upas) --los antidisturbios--.
La aparición de antidisturbios en estas operaciones se debe a situaciones de violencia a principios de verano, que acabaron con algún agente y mantero herido, y no se han repetido.
La lucha contra el 'top manta' es prioritaria para el Ayuntamiento y, según el intendente, la Urbana aplica "el máximo de potencia de efectivos" en el centro y La Rambla, donde las patrullas se relevan para no dar oportunidad de colocarse a los vendedores.
"Luchan para lograr un espacio pero todos tienen a un oponente común que somos nosotros", dice, y la Urbana actúa con agentes uniformados que evitan que se coloquen y de paisano.
Suben las incautaciones de hélices luminosas y silbatos, que se han doblado, y han alcanzado las 18.760; bisutería, que se elevan a 34.837 (80,2% más); bolsos, 11.299 (83,2%), y gafas, 10.716 (30,17%), mientras que las latas de cerveza bajan levemente hasta 158.013.
ÚLTIMO GOLPE EN EL PARQUE GÜELL
El último golpe se produjo el pasado fin de semana en el parque Güell, con un operativo de 60 agentes que realizaron 49 denuncias: 14 por vender, 14 por colaborar y 21 por abandonar el género en el parque, cuya zona boscosa es propicia para esconderlo.Se incautaron de 283 artículos de bisutería, 106 abanicos, 131 gafas, y 907 imanes y 163 figuritas decorativas, muchas con motivos de Gaudí, en un fin de semana en que la ciudad recibió a 23.500 cruceristas, siendo uno de los de más afluencia del año.
La Urbana ha desmantelado tiendas que servían de puntos de distribución, y sigue investigando a los grandes almacenes proveedores en colaboración con los Mossos d'Esquadra y la Guardia Civil por si detectan un delito fiscal ante las falsificaciones.
COLECTIVO "VULNERABLE"
Ante el aumento de presión sobre los manteros, desde SOS Racisme lamentan que con estas políticas se criminaliza a los inmigrantes y no se aborda el problema de raíz, que es la situación precaria en que viven estas personas que tienen muchas dificultades para insertarse en el mercado laboral.En declaraciones a Europa Press, una portavoz de la entidad, Alba Cuevas, ha explicado que estos dispositivos policiales "relacionan racismo y delincuencia", sin mostrar el drama que supone el carecer de papeles y no poder trabajar de manera legal.
El presidente de Asociación Catalana de Residentes Senegaleses, Mawa Ndiaye, que trabaja con jóvenes dedicados a venta ambulante, dice que "ellos saben que no es legal, pero es su medio de vida", aunque asegura que la mayoría lo dejaría si tuviera un trabajo normal.
La asociación trabaja desde 2007 para introducirles en el circuito legal formándoles para ser comerciantes o trabajar en mercadillos pero la crisis ha truncado muchos procesos.
Según Ndiaye, los manteros ganan unos 400 euros al mes, para pagar la habitación, comer y envíar algún dinero a su país, y eso "solo cuando sale mucho el sol" y las ventas funcionan.
Fuente: Europa Press (www.europapress.es)
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