El Real Madrid derrota en Santander al Racing por 0 goles a 2. - La Nación Digital

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domingo, 4 de abril de 2010

El Real Madrid derrota en Santander al Racing por 0 goles a 2.

Al Real Madrid no le asusta la presión de la Liga, la lleva con la naturalidad de los campeones, con excesiva naturalidad a veces. Apenas necesita hacer nada para tomar el mando en el marcador, pero cuando lo consigue, cuando se cree con el trabajo ya hecho se va de los partidos con demasiada facilidad. Solventó una salida comprometida y venció en un campo complicado, pero lo hizo sin ninguna brillantez. También es cierto que con poco sufrimiento, porque sólo en el primer tramo de la segunda parte pasó algún apuro el Madrid, que se desconectó y se relajó de forma irresponsable. No hubo consecuencias para el resultado porque el Racing no da para mucho, pero con otro rival delante estas 'ausencias' se pagan, como las pagó en la Liga de Campeones contra el Lyon. Lo cierto es que suma ya 12 triunfos consecutivos y llegará como líder al clásico contra el Barcelona de la próxima jornada gracias a los goles de Cristiano e Higuaín, una combinación letal en la que se resume todo lo que es este equipo. Juego directo y pegada excepcional. Ellos son el Madrid.

Salió enchufado el Madrid, avisado ya muchas veces de lo que sucede cuando no afronta sus compromisos con la concentración requerida. Esa advertencia le valió para el primer tiempo, pero, como ya ha quedado apuntado, la olvidaron en el segundo. Al poco de comenzar avisó Higuaín y después Coltorti sacó una mano para desviar un balón cabeceado por su compañero Diop. No se habían consumido dos minutos y el partido ya apuntó lo que luego fue. Dominio sin lucimiento del Madrid y el Racing agazapado a la espera de su oportunidad.

Fue un encuentro con transiciones rápidas, sin madurar las jugadas en el centro campo. Gago y Diarra se repartieron la posición de mediocentro, con Granero a la derecha y Van der Vaart con libertad absoluta, pero pisando más la banda izquierda. Ausente Xabi Alonso, Granero asumió más protagonismo, se le vio más suelto, pero todavía hay que reclamarle más peso en este equipo. Sin Xabi, el cerebro que hace encajar todas las piezas y posibilita que el conjunto se mueva y funcione, Gago asumió esa labor y superó con buena nota el examen. También estuvo correcto Metzelder, que apenas se vio exigido.

No se dejó impresionar el Racing y menos que nadie Canales, que domina algunos conceptos del juego con la madurez de un veterano. En su joven cuerpo de 19 años se esconde un gran futbolista. No le impresionó enfrentarse a su destino, se ofreció, buscó el balón, aceleró cuando fue necesario y metió pausa a sus acciones cuando lo requirió la jugada. Y no lo tuvo fácil, por la categoría del rival y por la soledad con la que debe manejarse. Habla un idioma distinto a sus compañeros y sólo Munitis parece entenderle. Aún le falta fondo y el encuentro se le hizo largo, un defecto propio de quien no lleva ni un año en Primera. Pasado el cuarto de hora disfrutó de la ocasión más clara del Racing en toda la tarde, con un tiro desde el borde del área que acabó con el balón ligeramente desviado de la portería de un batido Casillas. Asustó poco después Tchité. Nada más ofreció el Racing en todo el primer tiempo. Fuegos de artificio frente a la pegada del Madrid, que necesita media ocasión para decidir un partido.

Y le llegó a los 23 minutos, con un saque de Casillas que terminó con el balón en los pies de Cristiano después de que fallara toda la línea defensiva del Racing. Se fue con velocidad el portugués y cuando pisó el área fue derribado con claridad por Moratón. Penalti que transformó el mismo Cristiano, que no hizo mucho más.

Lo que hubo de ahí al descanso fue un dominio tan autoritario como insulso del Madrid. Anuló al Racing y se dedicó a dejar pasar el tiempo, una maniobra que conllevaría cierto riesgo si delante hubiera tenido un rival que supiera hacer daño. El riesgo era controlado. Sólo algunas faltas, del revolucionado Diop más que de nadie, irritaron al Madrid.

En el segundo tiempo, ese riesgo que comentábamos aumentó y no lo hizo por las virtudes del Racing, sino por la actitud del Madrid, que se dejó llevar en exceso, dejó de correr y comenzó a andar. Responsabilidad de los jugadores y de Pellegrini, que debió mover antes el banquillo para despertar a un equipo dormido. Esperó un cuarto de hora para dar entrada a Guti por Granero y con el '14' en el campo el Madrid espabiló. Tuvo más el balón, se reactivaron las neuronas de sus futbolistas, pero el choque no se cerró definitivamente hasta el minuto 75, con un pase genial de Guti a Higuaín, que definió en el mano a mano ante Coltorti.

Si el Racing había tenido alguna esperanza de hacer daño al Madrid ahí las perdió todas. Había salido poco antes Raúl, que pudo marcar cerca del cierre, como acarició el gol Guti, con un tiro al larguero. Malgastó una clara ocasión Cristiano, a pase de Higuaín, y no vio Delgado Ferreiro un penalti por mano de Christian. Así contado, parece que sucedió más de lo que en realidad ocurrió.

Debutó en la tierra de su familia el canterano Marcos Alonso, hijo de Marcos y nieto de Marquitos, la nota amable de un partido demasiado oscuro.


Fuente: AS (www.as.com)

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