El pasado 1 de mayo la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) celebró en Madrid su XX Asamblea General, tratándose en ella numerosos temas organizativos: constitución de nuevas Delegaciones Provinciales del Sindicato, creación de la Federación de Seguridad Privada, reglamentos de exención de cuotas para desempleados y de Caja de Resistencia para costear a los afiliados los descuentos salariales por huelgas, etc.
En la Asamblea estuvieron presentes afiliados de varias provincias (Madrid, Sevilla, Valencia, Valladolid, Córdoba, Salamanca y Vascongadas), constatándose los pequeños pero continuos logros de UNT: duplicación del número de afiliados en un año, varias elecciones sindicales ganadas, campañas diversas y con diversos sectores, etc.
Tras la Asamblea UNT celebró un acto público en la Plaza de España de Madrid, donde Juan Carlos Delgado -Tesorero Nacional- leyó el "Manifiesto del 1º de mayo de 2011" del Sindicato.
Posteriormente tomó la palabra el Vicepresidente, Javier Sanz, quien en su discurso enlazó los sucesos históricos de 1886 que dieron lugar al Día del Trabajador con la realidad de los problemas sociales y laborales del siglo XXI, tan parecidos en muchos aspectos a los de entonces: necesidad de trabajar más de 8 horas para tener un sueldo digno, trabajo sumergido, sueldos de miseria, etc. Resaltó cómo en los últimos años las reformas laborales y de las pensiones nos devuelven cada vez más rápidamente a las condiciones del siglo XIX, y tras analizar uno a uno los distintos recortes sociales y laborales, Javier Sanz consideró que todo ello se ha realizado con la complicidad más real que aparente de los falsos sindicatos subvencionados CCOO y UGT (además del apoyo dado a las mismas por el Partido Popular y la Patronal), resultando siempre perjudicados los mismos: los trabajadores. Por ello se hace necesario renunciar a esos "sindicatos" y engrosar las filas del verdadero sindicalismo que representa UNT.
Posteriormente tomó la palabra José Ramón Alonso Sarró, afiliado no sólo de UNT, sino también actual Secretario de la "Asociación de Ganaderos 19 de abril", quien procedió a dar lectura al "Manifiesto nacionalsindicalista del campo español". Se trata de un texto en el que UNT hace pública su postura en defensa no sólo de los agricultores y ganaderos como colectivos trabajadores, sino también del campo español como forma de vida y esencia de la propia España. En dicho Manifiesto se plantean los principales problemas del agro español y las soluciones que UNT propone a ese importante sector abandonado completamente por los "sindicatos" clasistas: garantía de la justa remuneración recurriendo al proteccionismo del sector -aunque sea en contra de las exigencias de la UE-, rechazo de la cultura de la subvención -especialmente la destinada a no producir-, dignificación del trabajo agrario y ganadero, acotación de los intermediarios especulativos, intervencionismo en los mercados, creación de una "Agencia Nacional del Extensivo", introducción de la idea de "pago por servicio", reivindicación del concepto de "empresario agrícola", etc.
Finalmente intervino el Presidente de UNT, Jorge Garrido, quien sostuvo en su discurso que el actual sindicalismo de clase está desfasado y no entiende que además de los obreros hay otros colectivos numerosos como los autónomos, los agricultores o los ganaderos que también son trabajadores. Para demostrar como el actual sindicalismo clasista se ha quedado sin discurso y sin alternativa, se remontó al origen del movimiento obrero, al "ludismo" y al "cartismo", dos formas de negar la dinámica de la economía capitalista que no podían conducir a ninguna solución real. Luego mencionó a los primeros socialistas, los llamados despectivamente por Engels "utópicos" (que representaban un socialismo sano aún no contaminado por el discurso marxista del odio y el materialismo dialéctico), lo mismo que el iniciador del sindicalismo de masas, el católico irlandes John Doherty. Después analizó el proceso de "marxistización" del sindicalismo que condujo a su desnaturalización para convertirlo en un simple instrumento del partido socialista o comunista de turno, cuando el verdadero sindicalismo (en cualquiera de sus variantes: el anarco-sindicalismo, el sindicalismo revolucionario impulsado fundamentalmente por Georges Sorel y el Nacionalsindicalismo) es una ideología en sí mismo y no debe supeditarse a partdo alguno. Tras ello Jorge Garrido explicó que hoy en día la dialéctica marxista ha invertido sus papeles, de forma que el sindicalismo clasista no forma parte de la "antítesis" que propugna un orden nuevo -aunque en realidad siempre fue una forma de capitalismo de Estado-, sino que ha pasado a ocupar el papel de la "tesis" que trata de conservar lo que se pueda, dado que ya carece de iniciativa alguna y ha asumido el papel pasivo y negador de la realidad del viejo "cartismo" (que es en lo que han quedado los sindicatos clasistas).
Finalmente Jorge Garrido propuso como única alternativa viable el Nacionalsindicalismo, basado en un Sindicato no clasista (de todos los trabajadores, no sólo de los asalariados), unitario (con pluralismo interno), obligatorio (para que todos tengan los mismos derechos, obligaciones y servicios), revolucionario (agente transformador del orden económico), libre e independiente (no subvencionado y sin "liberados" ajenos, pues el que paga siempre acaba mandando y creando dependencia), nacional (el patriotismo y la soberanía nacional son la mejor garantía de libertad frente al dominio mundialista), ideológico (sindicalista en sentido estricto) y propietario (propiedad sindical de las empresas), terminando su intervención con un llamamiento a la lucha sindical en la UNT.
Fuente: Blog de Unión Nacional de Trabajadores (sindicatount.blogspot.com)
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