El pasado 1 de mayo la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) celebró en Madrid su XX Asamblea General, tratándose en ella numerosos temas organizativos: constitución de nuevas Delegaciones Provinciales del Sindicato, creación de la Federación de Seguridad Privada, reglamentos de exención de cuotas para desempleados y de Caja de Resistencia para costear a los afiliados los descuentos salariales por huelgas, etc.
En la Asamblea estuvieron presentes afiliados de varias provincias (Madrid, Sevilla, Valencia, Valladolid, Córdoba, Salamanca y Vascongadas), constatándose los pequeños pero continuos logros de UNT: duplicación del número de afiliados en un año, varias elecciones sindicales ganadas, campañas diversas y con diversos sectores, etc.
Posteriormente tomó la palabra el Vicepresidente, Javier Sanz, quien en su discurso enlazó los sucesos históricos de 1886 que dieron lugar al Día del Trabajador con la realidad de los problemas sociales y laborales del siglo XXI, tan parecidos en muchos aspectos a los de entonces: necesidad de trabajar más de 8 horas para tene
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Finalmente intervino el Presidente de UNT, Jorge Garrido, quien sostuvo en su discurso que el actual sindicalismo de clase está desfasado y no entiende que además de los obreros hay otros colectivos numerosos como los autónomos, los agricultores o los ganaderos que también son trabajadores. Para demostrar como el actual sindicalismo clasista se ha quedado sin discurso y sin alternativa, se remontó al origen del movimiento obrero, al "ludismo" y al "cartismo", dos formas de negar la dinámica de la economía capitalista que no podían conducir a ninguna solución real. Luego mencionó a los primeros socialistas, los llamados despectivamente por Engels "utópicos" (que representaban un socialismo sano aún no contaminado por el discurso marxista del odio y el materialismo dialéctico), lo mismo que el iniciador del sindicalismo de masas, el católico irlandes John Doherty. Después analizó el proceso de "marxistización" del sindicalismo que condujo a su desnaturalización para convertirlo en un simple instrumento del partido socialista o comunista de turno, cuando
Finalmente Jorge Garrido propuso como única alternativa viable el Nacionalsindicalismo, basado en un Sindicato no clasista (de todos los trabajadores, no sólo de los asalariados), unitario (con pluralismo interno), obligatorio (para que todos tengan los mismos derechos, obligaciones y servicios), revolucionario (agente transformador del orden económico), libre e independiente (no subvencionado y sin "liberados" ajenos, pues el que paga siempre acaba mandando y creando dependencia), nacional (el patriotismo y la soberanía nacional son la mejor garantía de libertad frente al dominio mundialista), ideológico (sindicalista en sentido estricto) y propietario (propiedad sindical de las empresas), terminando su intervención con un llamamiento a la lucha sindical en la UNT.
Fuente: Blog de Unión Nacional de Trabajadores (sindicatount.blogspot.com)




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