Chacón deja hipotecada la operatividad del Ejército al no renovar los blindados.

Los recortes en gasto de Defensa del Gobierno de Zapatero –un 16% en menos de tres años– han pasado de suponer un parón en la modernización de las Fuerzas Armadas a constituirse en una amenaza seria de retroceso que en el caso del Ejército de Tierra afecta ya a la operatividad de las unidades. Primero por ahorrar en lo más fácil y menos popular –por disciplina y eficacia de los afectados– y ahora porque no hay fondos ni crédito, el Ministerio de Defensa tiene paralizada la renovación del parque de blindados de ruedas (los vetustos BMR), un asunto que consideraba “urgente” en 2007. Carme Chacón lo ha planteado varias veces en el Consejo de Ministros sin ningún resultado y deja el problema en herencia para el próximo Ejecutivo.

Lo que era urgente hace cuatro años ya se ha confirmado que además es “imprescindible”, según sostienen en el Estado Mayor del Ejército de Tierra. El grueso del parque de vehículos blindados del Ejército está compuesto por unos 1.200 BMR (blindado medio de ruedas), en versión de transporte de tropas, combate o exploración de caballería (VEC), que entraron en servicio en los años ochenta, cumplieron en las operaciones de los Balcanes y quedaron ya en evidencia en los conflictos asiáticos en cuanto empezó la ofensiva talibán. Los ejércitos de los países de la OTAN los están sustituyendo por los llamados 8x8.

Los BMR españoles fueron modernizados hace años, pero no aguantan más. Defensa tuvo que recurrir a la compra urgente de blindados especialmente preparados frente a la acción de las minas (los RG-31 y los Lince) para salir del paso en las misiones de Afganistán y Líbano. Pero no son blindados de combate ni sirven, por características y número, para relevar el parque de BMR en servicio, vehículo que el propio secretario de Estado de Defensa, Constantino Méndez, calificó en público de “obsoleto” hace dos años. El programa para renovar los BMR costará alrededor de 1.300 millones de euros y desde que el ministerio anunció que había que ponerlo en marcha al final de la anterior legislatura, todo han sido largas. Carme Chacón no sacó ni un euro a Salgado para el proyecto en los Presupuestos vigentes, igual que en los anteriores. En noviembre de 2009 pidió en el Consejo de Ministros un “esfuerzo añadido” ante la gravedad del problema. Para quedar bien o para presionar más en el seno del Gobierno, hizo pública una nota con sus peticiones que dio esperanzas al Ejército. Pasaron los meses y no hubo partida alguna para los 8x8. En febrero pasado y ante representantes de las empresas que aspiran a hacerse con el contrato, la ministra volvió a dar un mensaje positivo. Habló ya de concretar pedido.

Con la legislatura agonizante, en el Ejército consideran que 2011 es otro año perdido. Si este Gobierno arranca a diseñar un proyecto de presupuestos, dan por hecho que tampoco habrá fondos para el 8x8, y si Zapatero disuelve las Cámaras en septiembre, tendrá que ser otro Gabinete el que tenga que buscar financiación para el proyecto.

El plan original para la renovación de los blindados de ruedas del Ejército tenía la fecha de ejecución en 2010. De la imprevisión se pasó a los recortes y, puesto el parche de los vehículos antiminas RG-31 sobre el terreno en la guerra de Afganistán, el grueso de los vehículos de ruedas de las unidades de tierra es de los años ochenta y tendrán que ser estirados, si aguantan, hasta la mitad de esta década. Mientras tanto, los principales países de la OTAN, como Francia, han aumentado la capacidad de combate y protección de sus fuerzas con los 8x8. España se ha quedado muy atrás y restan tres años de guerra.



Fuente: La Gaceta (www.intereconomia.com)