El Barcelona sufre para vencer al Sporting de Gijón. - La Nación Digital

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sábado, 3 de marzo de 2012

El Barcelona sufre para vencer al Sporting de Gijón.

Intentar demostrar que la vida es bella sin Messi es un valiente pero estéril ejercicio futbolístico. Aun así, hay Barça sin Leo. Por mucho que la sombra de la 'Pulga' sea alargada. Remontar este partido, con tantas cosas en contra, no es sencillo. Cierto es que el equipo de Guardiola echó de menos a su desatascador por excelencia el día que más trabajo se le iba a acumular, pero resolvió la papeleta con talento y casta. Como era de preveer, al Sporting sólo le faltó tener algún portero más. Salió sin delanteros puros y ordenó a sus jugadores como un plantel de balonmano. Sin embargo, la gran diferencia entre lo ocurrido y lo esperado fue que donde se preveía un colador se encontró un martillo pilón junto a un colegiado nefasto. Para un día que no estaba mal visto ser Clemente, el técnico vasco no quiso desaprovechar la ocasión de reafirmar que los planes ultradefensivos no deben sonrojar a nadie. Y para una semana en la que el barcelonismo había exculpado al arbitraje en sus diferencias con el Madrid, Velasco Carballo se empeñó en contradecirle.

El plan le salió a la perfección a Clemente durante más tiempo del que nadie esperaba. 80 minutos en concreto. Además de polémico y timorato, también es listo. Sin embargo, aunque con una estrategia bien ejecutada se puede debilitar al Barça, de momento no se ha inventado la fórmula para neutralizarle por completo. Sólo es posible abortar tanto talento, y no siempre con acierto, con ayuda celestial. En este caso de los árbitros, que son quienes mandan y los que son capaces de no conceder tres penaltis como tres casas. Sea como fuere, el Sporting ha sido hasta el momento el único rival, junto al Sevilla, que sobrepasó la primera media hora virgen en el Camp Nou. El Barça lo pasó realmente mal porque su adversario, además de echarse atrás defendió ordenadamente y de forma escalonada, por lo que dificultó mucho los pases interiores de Xavi e Iniesta y las llegadas desde atrás de Cesc. Sin su referente en ataque, y con Alexis y Tello demasiado tiempo sentados, sólo Cuenca fue capaz de romper tantas líneas como cinturas.

Goles y quejas

Este Barça te avasalla por insistencia y por su gran colección de virtudes individuales. Así que sin brillar tuvo sus ocasiones. Adriano avisó a Juan Pablo en el primer tiempo con una de sus numerosas arrancadas. La angustia crecía con el empate y las alternativas se agotaban. Hasta que las decisiones arbitrales terminaron por desesperar al Barcelona. Guardiola y compañía se quejaron sin razón por un fuera de juego originado por Iniesta, pero más tarde se cargó de argumentos al pedir tres penas máximas que eran suyas y le arrebataron. Una por un empujón de Gálvez a Alves, otra más por un desplazamiento de Botía a Keita y una última por manos en el área. Es una anécdota que pudo ser un losa.

Cada culé contó diez segundos para tranquilizarse y no porfiar contra el Villarato pero lo que más ayudó a la terapia fue el tanto de Iniesta. Llegó al final del primer tiempo. Mereció la pena esperar. Por ver el descaro de Adriano en busca de los defensores del Sporting y por su caridad para asistir a Iniesta tras apoyarse en Keita. El 1-0 pareció traer la paz. Error. Las emociones fuertes estaban reservadas a la vuelta del descanso.

La expulsión, el susto y la remontada

El arranque del segundo tiempo fue increíble. Jamás se vio algo parecido. No por la expulsión de Piqué, justa aunque criticable. Clemente respondió inmediatamente con un doble cambio en el que metió mordiente (Barral) y creatividad (Carmelo) en detrimento de dos soldados rasos. Su estrategia no pudo ser más efectiva. Un minuto después de ver al Barça mermado, Mendy rompió a Adriano en banda, apuró la línea de fondo y puso un balón en bandeja a Barral que machacó a Valdés con la sutileza que le inculcó Valdebebas. Clemente hinchó el pecho y Guardiola se mordió las uñas. Había partido. Se acababa la Liga.

Cosas del fútbol, el empate y la inferioridad dieron aires de grandeza al Barça en busca de la victoria. Los grandes equipos son los que mejor reaccionan. Xavi e Iniesta tiraron del carro. El Barça no estaba fino pero sí hambriento. Tuvo que soportar alguna piedra más en el camino puesta por el hombre del silbato pero Keita primero, y Xavi después, remontaron un partido con dos obras de arte. La victoria del perseguidor, lograda a base de tesón, recalca que un genio como Messi es vital cuando juega y es imprescindible cuando se ausenta pero sobre todo, deja tres cuestiones claras: el tema arbitral lo reduce a una tertulia secundaria, la añoranza de Messi, que es mucho peron no todo, la convierte en una curiosidad y la situación de Clemente y su Sporting en una alerta roja.



Fuente: AS (www.as.com)

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