El presidente Sarkozy fue recibido oficialmente por el rector de la Mezquita, Dalil Boubakeur, y del presidente del Consejo francés del culto musulmán, Mohammed Moussaoui, a quienes el presidente de la República presentó «un mensaje de amistad y solidaridad», declarando solemnemente: «Comprendo y debo tranquilizar a los franceses musulmanes que se sienten heridos por polémicas absurdas. Los musulmanes franceses tienen derecho a vivir su fe con la misma libertad que cualquier otro ciudadano».
«Los musulmanes franceses, continuó Sarkozy, saben perfectamente que pueden contar con nuestro apoyo y nuestra confianza en las instituciones comunes». El presidente candidato hizo un esperado anuncio: el gobierno francés está dispuesto a financiar una parte de la formación de los imanes que, recién llegados a Francia, conocen mal el francés y las instituciones francesas.
El rector de la Mezquita de París, por su parte, Dalil Boubakeur, agradeció a Sarkozy su presencia en el más grande de los lugares de culto musulmán, en Francia, en el corazón del distrito V, no lejos de la Sorbonne, con estas palabras: «Su presencia entre nosotros es un gesto simbólico que va directo al corazón de los musulmanes de Franci». El intercambio de «amabilidades» entre Sarkozy y el rector de la Gran Mezquita parisina tiene un alcance muy político, inmediato. En Francia hay entre 5 y 6 millones de musulmanes. Se trata de un fragmento social, cultural y electoral de importancia creciente. Nicolas Sarkozy espera conquistar electoralmente a los musulmanes conservadores.
Fuente: ABC (www.abc.es)
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